13 de julio de 2015

San ENRIQUE II. (c.972 - 1024).


Martirologio Romano: San Enrique, emperador de los romanos, que, según la tradición, de acuerdo con su esposa Cunegunda puso gran empeño en reformar la vida de la Iglesia y en propagar la fe en Cristo por toda Europa, donde, movido por un celo misionero, instituyó numerosas sedes episcopales y fundó monasterios. Murió en este día en Grona, cerca de Göttingen, en Franconia.


Nació en Hildesheim, Baviera y era hijo de Enrique el Litigioso y el mayor de sus cuatro hermanos (Bruno será obispo de Augsburgo, santa Gisela casará con san Esteban de Hungría y Brígida llegará a abadesa de San Pablo de Ratisbona). Siguiendo la costumbre de la época fue educado en un monasterio, antes de asumir sus obligaciones políticas. San Wolfgango, obispo de Ratisbona, fue su preceptor e influyó en su espíritu de devoción a la Iglesia y al monacato. 
Elegido duque de Baviera, acompañó Italia a Otón III (996) para reprimir la rebelión de los romanos contra el Papa. Se casó con santa Cunegunda de Bamberg por sus virtudes, aunque era de condición inferior a la suya, de la cual, por desdicha, no tuvo hijos (la idea de la continencia fraterna es quizá legendaria, otros autores afirman que era impotente).
 Después de siete años de gobierno ducal y tras la muerte de Otón III, fue elegido rey de Germania en el 1002. Desde su juventud fue llamado Enrique "el Piadoso". Fue coronado en Maguncia (1007) por san Willigis, arzobispo de Maguncia y después en San Pedro del Vaticano (1014), recibió por primera vez, de manos Benedicto VIII, además de la corona, un globo terráqueo dominado por una cruz, que lo hacía emperador. 
Como su predecesor, Otón, fue uno de los impulsores de la idea de restauración del antiguo Imperio romano de Occidente, cuya sede no debía estar en Roma (que era capital espiritual) sino en Alemania. Se vio obligado, casi durante toda su vida, a empuñar las armas: ante todo para someter a los rebeldes a su vasto imperio, que le pertenecía después del tratado de Verdún (843) y que comprendía la mayor parte de Alemania, los Países Bajos, Bélgica, Suiza, Austria y el norte de Italia; luego, para reprimir las incesantes rebeliones de sus cuñados y para hacer frente al duque de Polonia, Boleslao (para luchar contra este duque se alió con los pueblos paganos, san Bruno Bonifacio le reprochó este gesto, que le minaba su labor misionera entre los paganos de Rusia). 
Llamado a Italia por Benedicto VIII, con el que había concertado la reforma de la Iglesia (1021), en la que interesó asimismo al rey de Francia (Roberto el Piadoso), tuvo que volver a Alemania después de haber conseguido "la paz de Dios" (que consistía que entre los pueblos y naciones cristianas no hubiera guerras). En su estancia en Roma sufrió una contracción de los tendones que lo dejó cojo. Luchó contra la simonía y el nicolaísmo de los obispos y consiguió la conversión del rey de Bohemia, Esteban. Convocó los sínodos de Dortmund, Westfalia, y allí se trataron muchos puntos de la disciplina eclesiástica y se acordó la observancia de los sagrados cánones; y los sínodos de Frankfurt en 1006 y Bamberg en 1011. En 1022, convocó el sínodo de Pavía, en el que se prescribió el celibato eclesiástico.
Se hizo defensor del pueblo débil, a lo largo de una vida entregada a Dios y a sus súbditos en cuerpo y alma; siempre con la fiel ayuda de su casta esposa Cunegunda. Su principal rasgo es haber potenciado la reforma cluniacense, iniciada en aquella época por san Odilón de Cluny -uno de sus íntimos amigos- y el beato Ricardo de Saint-Vanne. Fundó la diócesis de Bamberg y Basilea. En los últimos años de su vida recomendaba: "nuestro corazón viva ya desde ahora en el cielo por el deseo y el amor. Porque la gloria presente, mientras se posee, es caduca y vana, a no ser que nos ayude en algún modo a pensar en la eternidad celestial".
Murió prematuramente a los 51 años en el palacio imperial de Grona en Gotinga, disponiendo que se le sepultara en la catedral que había mandado construir y que había sido consagrada por el papa Juan XVII (1007). La leyenda narra numerosos milagros que hicieron los santos Benito, Lorenzo, para curarle de sus males, pero es una copia de la vida de san Dagoberto II. Quiso hacerse benedictino y por esto fue declarado por el papa san Pío X, patrón de los Oblatos benedictinos. Patrón de Basilea y Bamberg. Eugenio III canonizó a San Enrique en 1146. MEMORIA FACULTATIVA.  

San SILAS. s. I.  


Martirologio Romano: Conmemoración de san Silas, elegido y enviado por los apóstoles con Pablo y Bernabé a las Iglesias de la gentilidad para anunciar el Evangelio, misión en la que, lleno de la gracia de Dios, puso gran empeño.

Era un judío convertido al cristianismo y formaba parte de la Iglesia de Jerusalén, en la cual gozaba de gran estima (At 15, 22), y era considerado profeta (At 15, 32). Era ciudadano romano (At 16, 37). Discípulo y compañero de san Pablo desde su segundo viaje comenzado en Antioquía. Junto con Judas, llamado Barsabas, fue encargado por las autoridades cristianas de Jerusalén, para acompañar a Pablo y san Bernabé, para que expusieran a la comunidad de Antioquía, las deliberaciones del concilio de Jerusalén (At 15, 23).
Silas tomó a su cargo la evangelización de Macedonia (At 15, 40). En Filipos, junto con el Apóstol, fue azotado con varas y encarcelado. El carcelero les oyó cantar durante la noche salmos, llenos de alegría y, después permanecer en la celda, cuando las puertas se abrieron inesperadamente, a causa de uno de los frecuentes terremotos de la región. Cuando el carcelero iba a suicidarse con su espada, porque la mayoría de los presos se habían escapado, nuestros santos detuvieron su mano y lo convirtieron (At 16). Después lo acompañó a Atenas (At 18, 15); fue uno de los evangelizadores de la comunidad de Corintio y portador de las cartas de Pablo y san Pedro. 
Según la leyenda se dice que fue obispo de Corinto y que sufrió martirio en Tesalónica. 

Beato SANTIAGO DE LA VORAGINE. (c.1230 - 1298).


Martirologio Romano: En Génova, ciudad de la Liguria, beato Santiago de Varazze o Voragine, obispo, de la Orden de Predicadores, que para fomentar la vida cristiana del pueblo, ofreció en sus escritos muchos ejemplos de virtudes.

Nació en Varaggio, hoy Varazze (Génova). En 1244 tomó los hábitos de la Orden de los Predicadores, fundada por santo Domingo de Guzmán. Tras pasar por las etapas habituales de novicio y profeso, enseñó Escritura y Teología desde 1252 en las casas de su Orden y obtuvo un cierto éxito como predicador en los más altos púlpitos del norte de Italia.
 Fue elegido provincial de Lombardía en 1267, conservando este cargo hasta 1286, en que se convirtió en definidor de la provincia lombarda de los dominicos. Fue representante de su provincia en los capítulos de Lucca (1288) y de Ferrara (1290) y el papa Nicolás IV le encargó pedir la destitución de Munio de Zamora, maestre de la Orden de los Predicadores desde 1285, que sería, en consecuencia, destituido por una bula pontifical fechada el 12 de abril de 1291.
 En 1286, a la muerte del Arzobispo de Génova Carlos Bernard, es propuesto como su sucesor, pero se niega a aceptar el cargo y queda en su lugar Obizzo Fieschi, Patriarca de Antioquía, quien fue transferido a la Sede de la arquidiócesis de Génova por Nicolás IV, en 1288.
 En 1288, la ciudad de Génova envió a Santiago de la de Vorágine ante el papa para pedir la liberación de los genoveses de la excomunión a que se les había condenado por apoyar a los sicilianos contra el rey Carlos II de Nápoles y Sicilia.
 A la muerte de Obizzo Fieschi, es elegido arzobispo por segunda vez y acepta la dignidad. En 1292, Nicolás IV lo llamó a Roma para consagrarlo pero, al llegar, se lo encontró gravemente enfermo y falleció sin haberlo consagrado, por lo que fueron los cardenales del cónclave sucesorio los que realizaron el acto.
 No tuvo grandes méritos como pastor, aunque se desvivió por los pobres. Hizo vida de asceta para que la gracia de Dios pacificara a sus diócesis que estaba en continuas luchas entre güelfos y gibelinos; y además involucrada en las disputas entre Pisa y Venecia por la hegemonía comercial. Autor de la "Leyenda Áurea", que es uno de los escritos hagiográficos que más han ayudado a la difusión de la devoción a los santos, aunque su valor histórico es muy dudoso. Poco antes de su muerte, ordenó que el dinero destinado a sus funerales fuera repartido entre los pobres. Murió en Génova. 

Beatos LUIS ARMANDO JOSÉ ADAM y BARTOLOMÉ JARRIGUE DE LA MORÉLIE DE BIARS. M. 1794. 


Martirologio Romano: En un sórdida galera que estaba de Rochefort en la costa francesa, beatos Luis Armando José Adam, de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, y Bartolomé Jarrige de la Morélie de Biars, sacerdotes y mártires, que, condenados durante la persecución contra la Iglesia por ser sacerdotes fueron confinados en una nave, murieron de enfermedad, víctimas de su caridad por sus compañeros de prisión

Luis nació en Rouen en 1741. Ingresó en los franciscanos conventuales en 1761, hizo la profesión religiosa tras el noviciado y fue ordenado sacerdote concluidos los estudios teológicos. Llegada la Revolución, hubo de dejar su convento y quedarse a vivir en Rouen, donde fue arrestado el 12 de abril de 1793. Interrogado, se negó a prestar los juramentos que se le pedían y manifestó la mayor adhesión a sus votos religiosos. Declaró que llevaba varios años sin poder decir misa y que no pensaba dejar, a menos que se lo quitaran por la fuerza, su hábito religioso. El 6 de marzo de 1794 fue enviado a la deportación, llegando a Rochefort el 12 de abril siguiente. Embarcado en el navío “Les Deux Associés”, se dedicó a la oración, guardando un gran silencio y teniendo una admirable paciencia con todas las miserias que allí se padecían. Fue víctima de su caridad con los compañeros de cautiverio.

Bartolomé nació en Moutier, junto a Saint-Yriex en 1753. Primero fue militar y luego ingresó en la abadía benedictina de Lezat, diócesis de Rieux, donde hizo la profesión religiosa y fue ordenado sacerdote. Luego pasó al clero secular, incardinándose en la diócesis de Limoges. Llegada la Revolución, se quedó a vivir con su familia en Saint-Yrieix, de cuya iglesia colegial era canónigo un hermano suyo. Continuó ejerciendo con celo su ministerio en 1791 y 1792. En 1793 fue arrestado y condenado a la deportación por el tribunal del departamento de Haute-Vienne, siendo declarado refractario a la ley del 14 de agosto de 1792. El 25 de febrero de 1794 se le envió a Rochefort, a donde llega el 12 de abril, y fue embarcado en “Les Deux Associés”. Fue uno de los primeros en morir tras su llegada a Rochefort, dado que su débil constitución no soportó tantas penalidades y murió de inanición, se quedó solamente con los huesos y la piel. 
Los dos fueron enterrados en la isla de Aix, y beatificados el 1 de octubre de 1995 por SS. Juan Pablo II.

Beatas MAGDALENA DE LA MADRE DE DIOS VERCHIÈRE y 5 compañeras. M. 1794. 


Martirologio Romano: En Orange, Francia, beata Magdalena de la Madre de Dios (Isabel) Verchière y cinco compañeras, vírgines y mártires en la misma persecución

Sus nombres eran: Teresa Enrica de la Anunciación Faurie, Ana Andrea de San Alejo Minutte, María Ana de San Francisco Lambert, María Ana de Santa Francisca Depeyre y María Anastasia de San Gervasio Roquard.
El día 13 de julio de 1794 en la plaza de Orange, Francia, donde se hallaba levantada la guillotina, fueron sacrificadas a causa de su fidelidad a Cristo seis religiosas, tres de ellas sacramentinas y otras tres ursulinas, las cuales habían comparecido aquella mañana ante el tribunal acusadas de ser refractarias a la ley, de haber rehusado obstinadamente prestar el juramento de “Libertad-Igualdad” que se les exigía y de haber propagado «el más peligroso fanatismo». Tras estas palabras de la acusación lo que se castigaba era la fidelidad de las seis a Cristo, a la Iglesia y a sus votos religiosos, habiéndose comportado con gran dignidad, nobleza, fortaleza espiritual y mansedumbre todo el tiempo de su detención. Ciertamente se habían negado a prestar el juramento revolucionario, que tenía para ellas connotaciones antirreligiosas y significaba estar de acuerdo con la línea anticatólica de la Revolución. Frente a la recién fundada Iglesia constitucional, ellas eran fieles a la religión católica, tildada por la Revolución como peligrosa superstición o fanatismo. Llegaron al patíbulo con serenidad y, elevados sus corazones al Señor, murieron como verdaderas discípulas y esposas de Jesucristo. Fueron beatificadas en el grupo de 32 mártires de Orange el 10 de mayo de 1925 por SS. Pío XI.

Isabel Verchiére nació en Bolléne en 1769 y muy joven ingresó en el monasterio de la congregación de la Adoración Perpetua del SS. Sacramento de su ciudad natal, donde emitió la profesión religiosa con el nombre de sor Magdalena de la Madre de Dios, y donde vivió como religiosa ejemplar hasta su expulsión del monasterio y posterior detención. Llevada a Orange, permaneció con sus compañeras en la oración y la paciencia.

Teresa Enriqueta Faurie nació en Serignan en 1740 e ingresó en el monasterio de la congregación de sacramentinas de Bolléne donde profesó tomando el nombre de Hermana de la Anunciación. Perseveró en el monasterio hasta su cierre y con sus hermanas fue detenida y llevada a Orange, mostrándose en todo momento como «religiosa perfecta» según se decía de ella, comentándose que no tenía otra ambición que la de servir al buen Dios con amor y fidelidad. Cuando se la invitó a prestar el juramento revolucionario exclamó: «Ya hice a Dios mi juramento; no haré ningún otro». Cuando las llevaban al tribunal, dijo a sus compañeras: «Valor, hermanas mías [...} llega el momento del triunfo. Las puertas del cielo se abren para recibirnos». Y al ser llevada al patíbulo entonó las letanías de la Virgen María.

Ana Andrea Minutte nació en Serignan en 1740 e ingresó en la congregación de Sacramentinas de Bolléne, donde profesó los votos religiosos con el nombre de sor San Alejo. Permaneció en la vida religiosa hasta que fue expulsada con las demás hermanas de su monasterio y posteriormente detenida y llevada a Orange. Contestó a los jueces con gran firmeza.

María Ana Lambert nació en Pierrelatte en 1742 y en su juventud ingresó en el monasterio de ursulinas de Bolléne, donde profesó los votos religiosos y tomó el nombre de sor San Francisco. Perseveró en la vida religiosa y se unió a sus hermanas, siendo detenida con ellas y llevada a Orange, donde contestó con firmeza a los jueces.

María Ana Depeyre nació en Tulette, diócesis de Valence, en 1756, e ingresó como hermana coadjutora en el monasterio de ursulinas de Carpentras, tomando el nombre de sor Santa Francisca. Uniéndose, cuando la supresión del monasterio, a sus hermanas de Bolléne y con ellas detenida y llevada a Orange, aquí confesó a Cristo.

María Anastasia De Roquard nació en Bolléne en 1749 y en su juventud ingresó en el monasterio de ursulinas de su ciudad natal y profesó con el nombre de sor San Gervasio. Aquí se acreditó como religiosa observante y prudente y mereció que sus hermanas la eligieran superiora, cargo que desempeñaba al tiempo de la disolución del monasterio y prisión de las religiosas el día 2 de mayo de 1794. Llevada luego a Orange, aquí se mostró digna de la vocación religiosa recibida y con sus hermanas se mantuvo firme en la fe y fue fiel hasta el martirio.

Santa CLELIA BARBIERI. (1847-1870).


Martirologio Romano: En Budrie, ciudad de la Romagna, santa Clelia Barbieri, virgen, que dedicó su vida a ayudar espiritualmente sobre todo a las niñas pobres y abandonadas, y para ello fundó la Congregación de las Hermanas Mínimas de la Virgen de los Dolores.

Nació en le “Budrie”, una pequeña localidad de San Giovanni in Persiceto (Bolonia). Quedó huérfana de padre muy pronto y experimentó las penurias económicas de su familia que acrecentó su hambre y sed de Dios; en la escuela parroquial aprendió de forma rudimentaria a leer y a escribir. A los once años recibió su primera comunión y tuvo su primera experiencia mística precisamente ante la imagen de María que había en su casa, de la que brotó el deseo de dar la vida por la humanidad.
Fue su director espiritual el párroco Gaetán Guidi, que tenía el don del discernimiento y una profunda veneración por el Espíritu Santo. A los 14 años se hizo catequista y sirvió como sirvienta en la casa parroquial, aunque tuvo que soportar los malos tratos de la hermana del párroco. Aquel periodo histórico, caracterizado por la unificación italiana y por la pérdida de los estados pontificios y los privilegios de la jerarquía, y los interrogatorios continuos a los párrocos, le hicieron concebir una comunidad de vida común, y se entregó a la restauración de la Iglesia. Sufrió una tuberculosis que casí la llevó a la muerte pero salió de ella, y en ello vio un signo de la Providencia. 
Nació así, con tres compañeras, las Mínimas de la Virgen de los Dolores, fundadas en Bolonia. El gobierno prohibió las Ordenes religiosas, y por esta razón, la obra de Clelia tendría una razón de ser entre la vida contemplativa y la caridad. Les decía a sus compañeras: "nosotras somos muy pobres, no podremos nunca ser aceptadas en ningún instituto por nuestra pobreza. Reunámonos para vivir una vida recogida y hacer el bien". Después de unas fuertes experiencias místicas, murió tísica. Toda su vida la dedicó a evangelizar y trabajar por las gentes de le “Budrie”. Fue canonizada el 9 de abril de 1989 por san Juan Pablo II.

Beato FERNANDO MARÍA BACCILIERI. (1821-1893).


Martirologio Romano: En Galeata, cerca de Bolonia, en Italia, beato Fernando María Baccilieri, presbítero, que consagró su vida a la formación, bajo todos los aspectos, del pueblo que se le había encomendado, y fundó la Congregación de las Siervas de María, cuya misión es ayudar a las familias pobres y, sobre todo, a la formación de las jóvenes.

Nació en Reno Finalese, Módena (Italia). Fue ordenado sacerdote en la diócesis de Ferrara en 1844; se dedicó a las misiones populares, a la predicación cuaresmal, dedicándose a la dirección espiritual y al mismo tiempo que fue profesor de italiano y latín en el seminario de Finale Emilia. En 1848 comenzó los estudios de Derecho en la Pontificia universidad de Bolonia, donde obtuvo el doctorado en Derecho canónico y civil. 
En 1851 le fue confiada la parroquia de Galeazza Pepoli en la diócesis de Bolonia, donde estaría hasta su muerte. Ejerció su ministerio durante 41 años, humilde y trabajador, experimentado director espiritual y predicador, que se volvió extraordinariamente eficaz, preparada en el estudio y la oración. En 1867, afectado por una afonía, continuó la enseñanza catequética con la ayuda de colaboradores, dedicándose con mayor intensidad a la dirección espiritual y al ministerio de la reconciliación, pasando muchas horas en el confesionario. Convencido de la eficacia de las misiones populares, llamaba a los Redentoristas y a los Franciscanos para que colaboren con la predicación y la orientación de los feligreses. Solicita la participación de los laicos en la vida parroquial, logrando la colaboración de jóvenes voluntarios para ayudar a familias pobres, asistir en el servicio litúrgico y apoyar en la educación a la mujer. 
Fundó un instituto religioso, las Mantelatas Servitas de María de Galeazza, con el fin de hacerse cargo de la educación de las niñas pobres en el centro educativo que había construido cerca de la iglesia parroquial. La congregación surgió de la Cofradía de la Virgen de los Dolores, erigida en 1852, luego, en 1856, el instituto se convirtió en Tercera Orden, permaneciendo las jóvenes en sus hogares, pero viviendo sus votos de castidad, pobreza y obediencia. Constatando la necesidad de tener unido a este grupo de jóvenes consagrada, abrió un convento cerca da la casa parroquial. El Instituto recibió la aprobación diocesana en 1899 y, en 1939, la aprobación pontificia. El trabajo de estas Religiosas se ha extendido por Italia, Alemania, Brasil, Corea del Sur y la República Checa. Este hombre de Dios, apóstol de la confesión, murió Galeazza.

Beato MARIANO DE JESÚS EUSE HOYOS. (1845-1926).


Martirologio Romano: En la ciudad de Angostura, en Colombia, beato Mariano de Jesús Euse Hoyos, presbítero, quien, sencillo e íntegro, se entregó totalmente a la oración, a los estudios y a la instrucción de los niños.


Nació en Yarumal, diócesis de Antioquia (Colombia), en el seno de una familia acomodada. Su infancia y adolescencia se vivió entre campesinos, enseñando a niños menos afortunado que él. Pronto sintió la vocación sacerdotal y con 24 años, en 1869, ingresó en el seminario de Medellín. En 1872 recibió la ordenación sacerdotal.

Inició su ministerio en San Pedro, como coadjutor de su tío Don Fermín. A la muerte de su tío en 1875, fue trasladado, como coadjutor a Yurumal (1876) y luego a Angostura (1878); en este lugar construyó, a pesar de las dificultades de la guerra civil, el templo parroquial. Durante la guerra se vio obligado a esconderse varias veces en las montañas o en las cuevas. Nombrado párroco de Angostura, permaneció en su puesto hasta su muerte, siendo un pastor eximio y solícito para todos sus fieles.
Su fama de santidad se difundió por toda la región; se dedicó especialmente a atender a los campesinos y a los más pobres, a pesar de que el gobierno era contrario a la Iglesia. Su apostolado constante y eficaz produjo muchos frutos, dejando entre la gente un profundo efecto y un vivo recuerdo. Los pobres, que él llamaba «los nobles de Cristo», eran sus preferidos. No tenía ningún reparo en emplear sus propios bienes para aliviar las penurias y la indigencia de los más débiles. Visitaba con frecuencia a los enfermos, y para asistirles estaba dispuesto a cualquier hora del día o de la noche. Con infinita mansedumbre y sencillez se ocupaba de los niños y de los jóvenes para guiarlos por el camino de las buenas costumbres y de la prudencia.
Introdujo muchas prácticas religiosas y devociones como al Sagrado Corazón y a María. Su buena salud le permitió llevar una vida ascética y de mortificación. Su vida estuvo siempre plena en la oración y la Eucaristía. A causa de un problema de próstata y una inflamación de la vejiga, tuvo un ataque de enteritis. Era tan grande su pobreza que no tenía ni ropa para cambiarse. Murió rodeado de sus fieles, que le ayudaron económicamente los últimos días. Murió en Angostura. Está enterrado en la capilla de la Virgen del Carmen, que él mismo había hecho construir. Fue beatificado por SS Juan Pablo II el 9 de abril del 2000.

Beato CARLOS MANUEL RODRÍGUEZ SANTIAGO (Charlie). (1918-1963).


Martirologio Romano: En Caguas, ciudad de Puerto Rico, beato Carlos Manuel Rodríguez Santiago, que trabajó incansablemente en la renovación de la sagrada liturgia y en fomentar la vida de fe en los jóvenes.

Nació en Caguas (Puerto Rico) en el seno de una familia modesta, y fue un laico entregado a la causa de Cristo y de su Iglesia como apóstol seglar. Su obsesión era el misterio pascual, de manera que proclamó la absoluta centralidad de la Vigilia Pascual. 
Su salud fue siempre mala, sufriendo desde niño una colitis ulcerosa que le acompañó toda la vida. El origen de esta enfermedad, que terminó en cancer, fue que a los 9 años salvó a su primo suyo del ataque de un perro furioso; el enfrentamiento de Charlie con el perro terminó con una lesión que tuvo que soportar toda la vida. Fue buen estudiante, y tuvo notables conocimientos de música. Una vez graduado, comenzó a trabajar como administrativo. A los 30 años inició sus estudios en la universidad de Puerto Rico, pero no pudo terminarlos por problemas de salud. Tuvo distintos trabajos, hasta que el jesuita español padre González-Quevedo le ofreció un trabajo “full time” en el Centro Católico de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, donde fundó el Círculo de Cultura Cristiana. 
La acción de Charlie fue en torno a la Eucaristía, adelantándose al Concilio Vaticano II, promoviendo que fuera la misa celebrada en la lengua vernácula. Organizó grupos de liturgia entre los jovenes y ayudo a muchos a ingresar en el sacerdocio. “Fijense que en las grandes basílicas romanas no hay reclinatorios. La actitud orante del cristiano es de pie, con lo mínimo del cuerpo tocando en tierra”. Enseñó que la Eucaristía era el centro de la vida del cristiano y enseñó y formó a los futuros sacerdotes a celebrarla con toda la dignidad. Dios le probó en los últimos tiempos con una gran noche oscura interior en la que sentía el abandono de Dios, pero salió de ella antes de morir. Dejó escrito: “La santidad no es una especialización, es la vida cristiana, toda la vida, todas las vibraciones del alma, todos los instantes de una existencia dignificada por la gracia de Cristo”. Murió de cáncer de colon, sufriendo poco después una colostomía. Murio con 44 años en Caguas. Fue beatificado por SS Juan Pablo II el 29 de abril del 2001. 

OTROS SANTOS DEL DÍA:


Esdras. s. IV - V a. C. (Antiguo Testamento).
Martirologio Romano: Conmemoración de san Esdras, sacerdote y escriba, que, vuelto de Babilonia a Judea en tiempo de Artajerjes, rey de los persas, congregó al pueblo que estaba disperso y puso gran empeño en que se conociese, se cumpliese y se enseñase en Israel la Ley del Señor.
Era escriba y sacerdote judío, nacido en Babilonia durante la cautividad, en tiempos de Artajerjes. Hacia el 397 a. C. obtuvo el permiso de llevar el grupo de exiliados a Jerusalén, hizo reconstruir la muralla de la ciudad, la reedificación del templo y se entregó al estudio de la Ley para enseñarla al pueblo y que la cumpliera. 

San Serapión de Alejandría. M. c. 195. 
Martirologio Romano: En Alejandría de Egipto, san Serapión, mártir, que bajo el emperador Septimio Severo y el gobernador Aquila obtuvo en la hoguera la corona del martirio

San Mirope de Chíos. M. 251. 
Martirologio Romano: En la isla de Chíos, santa Mirope, mártir.
Nació en la isla griega de Quío, y a menudo peregrinaba a la tumba de los mártires. Acusada de esconder el cuerpo del mártir san Isidoro, admitió haberlo hecho, fue flagelada y murió en la cárcel a consecuencia de estas torturas.

San Alejandro y 30 compañeros soldados. M. c. 303. 
Filomelio (hoy Askeshir)
Martirologio Romano: En Filomelio en Frigia, en la actual Turquía, santos Alejandro y treinta soldados, mártires, que se dice sufrieron el martirio bajo Magno el prefecto de Antioquía de Pisidia
Mártir en Antioquía de Pisidia. Otros autores separan a Alejandro con los 30 soldados martirizados en Frigia (Asia Menor), siendo Magno, prefecto de Antioquía.
El anterior Martirologio Romano decía: "En Antioquía de Pisidia, los mártires Marcos, un pastor, Alfio, Alejandro y Zósimo, sus hermanos, Nicón, Neón, Heliodoro y treinta soldados que gracias a los milagros del beato Marcos creyeron en Cristo y recibieron la corona del martirio de modo y lugares diferentes". Otros autores separan a Alejandro con los 30 soldados martirizados en Frigia (Asia Menor), durante el gobierno de Magno, prefecto de Antioquia de Pisidia. Otros autores solamente señalan a Alfio, Alejandro y Zósimo mártires en Calytane de Pisidia y su celebración es el 28 de Septiembre, pero es el mismo grupo de mártires.

San Eugenio de Cartago. M. 505. 
Martirologio Romano: En Albi, ciudad de Aquitania, trásito de san Eugenio, obispo de Cartago, glorioso por su fe y sus virtudes, que sufrió el destierro durante la persecución desencadenada por los vándalos.
Fue obispo de Cartago en el 481, con la condición de que no interfiriera en los hábitos, las costumbres y las creencias de los arrianos, y de sus obispos, con la pena de exilio de todo el clero africano. Fue el obispo idóneo para aquel momento. No polemizó, no levantó muros entre católicos y arrianos. Se dejó guiar de la caridad y quiso que las iglesias de Cartago fueran abiertas a todos. Pero los arrianos querían borrar a la jerarquía católica y por ellos fue enviado a trabajos forzados a Túnez, junto con algunos jóvenes acólitos. Su fe le ayudó a resistir las presiones gubernamentales. Regresó a Cartago, pero la invasión de los vándalos le valió el destierro en Albí, donde fundó un monasterio y murió. Salutario y Murita presbíteros de su diócesis murieron mártires en Cartago. 

San Turiavo de Dol. (c.650 - c.750). 
Martirologio Romano: En la Bretaña Menor, san Turiavo, abad del monasterio de Dôle y obispo.
Nación en Lanvollon en Bretaña (Francia), otras tradiciones dicen que nació en Poutrécoët, en el borde oriental del bosque de Brocéliande en Bretaña. Se dice que ejercía el oficio de pastor, pero un sacerdote al saber su inclinación a la vida eclesiástica se cuidó de su instrucción hasta que fue ordenado presbítero. Ingresó en el monasterio de Dol y allí se vivió como monje entregado a la contemplación y la vivencia de la regla. El abad y obispo de Dol, san Sansón, lo tomó bajo su protección y lo nombró su sucesor como abad del monasterio y obispo de Dol. En la diócesis de Quimper hay tres parroquias que le están dedicadas: Landivisiau Plogonnec y Saint-Thurien 

San Tomás Tunstal "Helmes". Beato. (1580-1616). 
Martirologio Romano: En Norwich, en Inglaterra, beato Tomás Tunstal, presbítero de la Orden de san Benito, mártir, que en tiempo del rey Jacobo I fue condenado a muerte y ahorcado por haber entrado, siendo sacerdote, en ese país.
Nació en Whinfell, en el seno de una familia noble. Estudió para ser sacerdote en Douai, donde fue ordenado en el 1609. Se dice que era benedictino, pero no está probado. 
Un año después fue enviado a la misión inglesa pronto fue arrestado, así que no pudo hacer ninguna labor efectiva. Pasó de una cárcel a otra durante cinco años, donde pidió el ingreso en los benedictinos, hasta que en 1616 logró huir por una ventana del castillo de Wisbech. Al hacerlo se hirió una mano, y la mujer que lo cuidó se lo contó a su marido, que era juez de paz, que mandó detenerlo. Preso en el castillo de Norwich, se prestó un tal Symons a declarar contra él diciendo que había reconciliado con la Iglesia a dos anglicanos. Ambos declararon que ello era falso, pero esto no impidió su condena ya que se le exigió que prestase juramento de supremacía al rey y él se negó.
No se le permitió hablar a la multitud reunida para su ejecución pero sí pudo, al pie del patíbulo, perdonar al juez de paz que lo había apresado, accediendo a la petición de éste. Pidió por el rey y por la nación y también por el falso acusador. Rogó que su cabeza fuera expuesta en la puerta de San Benito de la población. Fue ahorcado y descuartizado en Norwich.

San Manuel Le Van Phung. (c.1796 - 1859). 
Martirologio Romano: En la ciudad de Chau Doc en Conchinchina, hoy Vietnam, san Manuel Le Van Phung, mártir, padre de familia, que estano en la cárcel, no cesó de exhortar a sus hijos y familiares a la caridad hacia sus perseguidores y murió decapitado por orden del emperador Tu Duc
Natural de Dua Nuoc (Vietnam), padre de familia. Erigió a sus expensas una iglesia, un convento de religiosas y un colegio. Su dinero lo utilizó además para ganarse al subprefecto de la provincia, para que no persiguiera a los cristianos. 
Dos despechados lo denunciaron ante el gobernador de esconder en su casa a un sacerdote católico. Fue detenido cuando se encontró en su casa a un sacerdote vietnamita. Llevado a la cárcel de Chau-Doc siguió haciendo apostolado en la cárcel, exhortando a sus hijos y amigos a perdonar a sus enemigos. Se le presionó para que apostatara pero no se logró de él otra cosa que una firme y sólida confesión de fe en Cristo. Fue ejecutado con el garrote en Cay-Met, junto a Chau Doc, por orden del emperador Tu Duc. Un momento antes de morir recibió la absolución de san Pedro Doan Long Quy, martirizado con él, junto con el cual celebra su festividad el 31 de julio. Su cuerpo, según su deseo, fue llevado a su pueblo, que era una isla, y enterrado en la iglesia. Fue canonizado el 19 de junio de 1988 por SS. Juan Pablo II.

San José Wang Kuiju. (1872-1900). 
Martirologio Romano: En la ciudad de Nangong, también en la provincia de Hebei, san José Wang Kuiju, mártir, que durante la misma persecución prefirió morir gloriosamente por Cristo antes que salvar su vida diciendo, como le sugerían, una pequeña mentira.
Hermano de san Juan Wang Kuixin. Estaban casados y tenían hijos. Eran cristianos convencidos. Cuando llegó la persecución de los bóxers, quisieron poner a su familia a salvo llevándola a la población de Chan-Kia-Tchoang, donde los cristianos se habían fortificado. Allí dejaron a sus familia y volvieron a su pueblo, y por ello entraron en Nankong, donde quisieron comprar comida. Preguntados por sus vecinos si eran cristianos, ellos afirmaron que sí lo era, entonces los vecinos avisaron a los bóxers. Los dos hermanos huyeron, pero José fue encontrado y allí lo mataron. Tenía 37 años. Fue canonizado por el papa Juan Pablo II el 1 de octubre de 2000.

San Pablo Liu Jinde. M. 1900. 
Martirologio Romano: En el territorio de Langziqiao junto a Hengshui en la provincia de los Hebei en China, san Pablo Liu Jinde, mártir, que, de edad avanzada, durante la persecución de los bóxers se quedó como el único cristiano del pueblo; se fue al encuentro de sus perseguidores con un rosario en la mano y el libro de las oraciones, les saludó según el uso cristiano y por esto fue ejecutado en el mismo lugar
Era un anciano de 79 años, que se ganaba la vida como campesino; tenía a su cargo la iglesia del pueblo de Yeng-Tseu-Kiao, y la administración de los intereses temporales de la comunidad cristiana. Fue el único cristiano que quedó en la región durante la persecución de los bóxers, distribuyó todo el dinero entre la comunidad; salió al encuentro de sus perseguidores con el rosario y un libro de oraciones, los saludó al modo cristiano y fue asesinado al instante a golpe de espada. Fue canonizado por Juan Pablo II el 1 de octubre de 2000.

Santa Teresa de Jesús de los Andes. (1900-1920). Carmelita descalza. (Ver) 12 de abril.