Martirologio Romano: En la ciudad de Chengtu, de la provincia de Sichuan, en China, san Juan Gabriel Taurino Dufresse, obispo y mártir, degollado cruelmente después de una plena dedicación a la actividad ministerial durante cuarenta años.
Nació en Ville-de-Lezoux en la diócesis de Clermont. Después de estudiar en el colegio Luis el Grande pasó al seminario de San Sulpicio; siendo diácono ingresó en el seminario de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París en 1774, y fue ordenado presbítero. En 1777 fue enviado a China; llegó a Cantón donde estudió la lengua china, y entró en clandestinamente, oculto en la bodega de un barco y disfrazado de chino; llegó a Seu-Tchuen, después de navegar por el río Pekiang a la provincia que se le había designado como misionero.
Perfeccionó su conocimiento del idioma y visitó los trece poblados que se le habían asignado en su distrito hasta que fue apresado y llevado a Pekín, pero fue absuelto y liberado, con lo que volvió a su punto de origen. En 1784 se desató una nueva persecución, y de nuevo fue detenido, pero consiguió evadirse. De forma novelesca esquivó a los guardianes ocultándose en una cueva, en un hoyo y en otros sitios similares hasta que, estando refugiado en casa de unos cristianos, le llegó una carta de sus superiores diciéndole que se entregase. Obedeció y fue enviado a Pekín. Tras seis meses de cárcel fue expulsado y enviado a Europa.
En 1789, regresó a China y pasó al distrito de Tchong-King, donde desarrolló su misión y logró una comunidad cristiana floreciente. En 1793 había conseguido casi doblar el número de bautismos de adultos y de catecúmenos. Este éxito le llevó a que se le nombrara Vicario Apostólico y en 1800, fue ordenado obispo titular de Tabraca. Tenía 400 comunidades cristianas que se agrupaban por distritos, siendo unos 50.000 en total los cristianos de su vicariato. Había logrado, junto con los misioneros, establecer una cadena de colegios para niños y niñas. Estaba estableciendo, además, un incipiente seminario de vocaciones nativas. Había logrado ordenar 24 sacerdotes nativos. Celebró un sínodo diocesano, convencido de la necesidad de disciplina y el buen orden para el progreso de la iglesia local.
Después de 15 años de peligrosa evangelización fue traicionado por un indígena apóstata, y durante meses estuvo huyendo hasta que fue capturado y llevado a Tcheng-Tou, el virrey lo condenó a muerte. Se acercó al martirio con fortaleza y alegría presenciado por 30 de sus cristianos, a los que bendijo; fue decapitado.
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