Nació en Durango (Vizcaya). Siendo todavía muy joven entró en el Colegio de Nuestra Señora de Regla, de Chipiona (Cádiz). Allí hizo los estudios de humanidades, hasta que en 1887 vistió el hábito franciscano; terminado el año de prueba, emitió la profesión de votos simples en 1888 y la de votos solemnes en 1891. Fue ordenado de sacerdote en 1896 por el beato Marcelo Espínola, arzobispo de Sevilla.
Por su delicada salud, permaneció algunos años en el Colegio de Regla, pero cuando se fundó el convento de Fuente Ovejuna formó parte de su primera comunidad. En febrero de 1900 lo destinaron los superiores a la Custodia de Tierra Santa, en la que prestó sus servicios durante 13 años. Estuvo de familia en los conventos del Santo Sepulcro en Jerusalén, de Ain Karem, de Belén y de Nazaret, dedicado al culto de los santuarios y a guiar a los peregrinos que visitaban los Santos Lugares. En 1902 lo nombraron maestro de estudiantes, que estaban en Belén, de donde pasó al noviciado de Nazaret del que fue nombrado segundo maestro en 1907. Poco después, en septiembre del mismo año, lo enviaron a Egipto como presidente del hospicio del Roseto, cercano a Alejandría, y de aquí pasó el año siguiente a Damieta, con el mismo oficio.
Por su delicada salud, permaneció algunos años en el Colegio de Regla, pero cuando se fundó el convento de Fuente Ovejuna formó parte de su primera comunidad. En febrero de 1900 lo destinaron los superiores a la Custodia de Tierra Santa, en la que prestó sus servicios durante 13 años. Estuvo de familia en los conventos del Santo Sepulcro en Jerusalén, de Ain Karem, de Belén y de Nazaret, dedicado al culto de los santuarios y a guiar a los peregrinos que visitaban los Santos Lugares. En 1902 lo nombraron maestro de estudiantes, que estaban en Belén, de donde pasó al noviciado de Nazaret del que fue nombrado segundo maestro en 1907. Poco después, en septiembre del mismo año, lo enviaron a Egipto como presidente del hospicio del Roseto, cercano a Alejandría, y de aquí pasó el año siguiente a Damieta, con el mismo oficio.
Volvió a España el verano de 1913, y se reintegró al Colegio de Chipiona, pero sucesivamente lo enviaron a distintos conventos: Puente Genil, Lebrija y Coín. Estando en este último destino, tuvo que dejar el convento, después de poner a salvo parte del ajuar conventual, cuando la revuelta y quema de conventos de mayo de 1931. Luego la obediencia le dio nuevos destinos: Sanlúcar de Barrameda (capellán de las clarisas), Lebrija, Coín, y de nuevo Lebrija, hasta que, a principios de julio de 1936, marchó a Fuente Ovejuna.
Y aquí le sorprendió aquel mismo mes la guerra civil española. Pronto fue detenido y después asesinado a tiros en el patio de la cárcel de Azuaga (Badajoz), a mediodía del 21 de septiembre de 1936, por negarse a blasfemar contra Dios, y cayó al grito de «¡Viva Cristo Rey!».
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