28 de febrero de 2015

San HILARIO. Papa (461-468). M. 468. (Cuando es año bisiesto se celebra el 29 de febrero).

Sonriente, alegre



Martirologio Romano: En Roma, en la vía Tiburtina, sepultura de san Hilario, papa, que escribió diversas cartas sobre la fe católica, con las que confirmó los concilios de Nicea, Efeso y Calcedonia. De este modo enalteció el primado de la Sede Romana.


Natural de Cágliari (Cerdeña). Diácono y hombre de confianza del papa san León I Magno quién en el 449 le mandó al "latrocinio" de Éfeso como legado donde san Flaviano de Constantinopla fue vejado de forma brutal e Hilario asistió impotente. Temiendo por su vida y, llevando consigo la apelación que san Flaviano, obispo de Constantinopla, dirigía al Papa, Hilario se puso bajo la protección de san Juan Evangelista y en su tumba hizo voto, (iniciando así un culto que prácticamente era inexistente en Roma). Consiguió volver sano y salvo a Roma (desde donde escribió a la emperatriz Pulqueria, informándole de lo sucedido). Tanto el Papa como san Próspero de Aquitania alabaron la valentía demostrada por Hilario en este concilio de Éfeso. Hacia el 457, el Papa le confió la misión de examinar las divergencias entre los diferentes sistemas para determinar la fecha de la Pascua con el fin de de establecer una unidad. Se elaboró un computo que sólo siguieron en la Galia e Italia.
Al final del 461, sucedió a san León en la silla pontificia. Gobernó la iglesia durante siete años, durante los cuales no se produjo ningún hecho digno de mención. Combatió la herejía de Filoteo y Eutiques y Arrio, aunque tuvo que tolerar una iglesia arriana en Roma, aunque no permitió la construcción de un segundo templo para estos herejes. Escribió cartas defendiendo los dogmas proclamados en los concilios de Nicea, Éfeso y Calcedonia, e ilustrando el primado de la Sede Romana. Hizo edificar dos oratorios dedicados a Juan Bautista y Juan Evangelista en la basílica de Letrán, de manera que el culto de estos dos santos quedará siempre vinculado a la basílica lateranense. Prohibió conceder las ordenes sagradas a quiénes se hubieran casado dos veces o les faltara algún miembro. También prohibió que los obispos eligieran a sus sucesores. Está sepultado en la iglesia de San Lorenzo Extramuros.   

Santas MARANA y CIRA. M.c.440.

Cira: Pastor

Martirologio Romano: Conmemoración de las santas Marana y Cira, vírgenes, que en Berea, en Siria, viviendo en un lugar estrecho y cerrado sin techo, recibían el alimento necesario por una ventana y guardaban siempre silencio.

santa Marana
Todo lo que sabemos de las santas proviene de la «Historia Religiosa» de Teodoreto de Ciro, quien las conoció personalmente. En esa obra, el obispo e historiador eclesiástico nos traslada ejemplos de lo que fue un vastísimo movimiento ascético monástico en Siria, del que nuestras dos santas formaron parte. Según el autor, aunque eran de cuna acomodada, y habían recibido una formación acorde a su condición, es decir, a pesar de que habían sido preparadas para vivir en el mundo, las dos decidieron dejarlo todo para unirse a la vida penitencial que llevaban algunos hombres y mujeres de la región. 
santa Cira
Abrazaron la vida eremítica en Berea, Alepo, Siria, se dice que observaban un total silencio durante todo el año excepto en el Domingo de Pentecostés. Así resume el historiador Teodoreto su vida: se encerraron en un pequeño local de la ciudad haciéndose tapiar la puerta. Como desearan algunas de sus domésticas imitarles en este género de vida, hicieron construir para ellas una pequeña casa junto al eremitorio; observaban su vida por una pequeña ventana y les animaban a hacer frecuente oración y les inflamaban en el amor de Dios. Por una ventana recibían cuanto necesitaban, y hablaban con las mujeres que iban a visitarlas sólo durante el tiempo de la cincuentena pascual; transcurrían el resto del año en continuo silencio; esto se refiere a Marana, porque Cira no pronunciaba palabra. Teodoreto alaba la bravura de estas mujeres en el combate espiritual señalando que su fortaleza sobrepujaba a la de los varones, reputados normalmente como más fuertes. Vestían tan solo una túnica, y dedicaban su día a la oración.
De todos esos años, algunos los pasaron cargadas de cadenas, tanto que Cyra, de complexión más débil, no podía mantenerse erguida. Cuando Teodoreto escribía esto habían pasado ya 41 años de voluntaria reclusión. Una sola vez salieron de su estrecha celda: fue para realizar una peregrinación a los santos lugares, y visitar la iglesia de Santa Tecla. Una vez que lo hubieron hecho, inflamadas de caridad, volvieron a su encierro. Murieron hacia el año 440, y se le atribuyen multitud de milagros.

San ROMÁN DE CONDAT. (c.400 - c.460).

(Romano)

Ciudadano de Roma

Martirologio Romano: En los montes del Jura, en la Galia Lugdunense, sepultura del abad san Román, que, siguiendo los ejemplos de los antiguos cenobitas, primeramente abrazó la vida eremítica y llegó después a ser padre de numerosos monjes.

Sobre su juventud sabemos muy poco. Su vida se mueve en los años difíciles de las invasiones bárbaras. Reinaba la barbarie y la desolación. Román, dotado de un carácter vivo y expansivo se encontró la en la encrucijada de elegir entre el servicio de las armas y el silencio y la oración. Eligió el sacerdocio y fue ordenado en Besançon por san Hilario de Arles en el 444; renunció a todas las prebendas que podía ofrecerle su nuevo estado e ingresó en la abadía de Ainay cerca de Lyon. Al poco tiempo salió con autorización del abad para vivir solitario en el Jura. Su fama atrajo a muchos, especialmente a su hermano san Lupicino, y así nació la abadía de Condat -después llamada de Saint-Oyend-, que será el origen de otros muchos monasterios. 
Se vio obligado a fundar otro monasterio en Leuconne, después un tercero, femenino, en La Beaume, después llamado de Saint Romain de la Roche, regido por su hermana. En estos monasterios impuso la novedad de una especie de diarquía, porque quiso dividir el gobierno de la abadía con su hermano, ya que él era demasiado blando, y su hermano más riguroso. Lupicino era más fogoso que Román y a veces un tanto duro en las penitencias que él se imponía y quiso también para los demás. Entonces aparecía Román, y con su gran bondad, traía la paz y descargaba a los monjes de penitencias exageradas. Gracias al buen hacer de Román nunca hubo escisiones en el monasterio y todos vivieron como verdaderos hermanos. Román también supo ser duro e intransigente con los príncipes y nobles cuando vió que los derechos humanos y de la Iglesia eran pisoteados por ellos. Condat se convirtió en una de las escuelas más famosas de su tiempo y de allí se difundió la vida religiosa en los Alpes, Jura, los Vosgos, Suiza y Germania.  

Beato PABLO UCHIBORI SAKUEMON y 15 compañeros. M. 1627.


Martirologio Romano: En el monte Unzen, en Nagasaki, beatos mártires Pablo Uchibori Sakuemon, Samurai, Gaspar Kisayemon, María Mine, Gaspar Nagai, Luis Shinzaburo, Dionisio Saiki Zenka, Luis Saiki Kizo, Damián Ichiyata, León Nakayama Sokan, Pablo Nakayama, Juan Kisaki Kyuhachi, Juan Heisaku, Tomás Shingoro, Alejo Shohachi, Tomás Kondo Heiemon y Juan Araki Kenshichi.

Son un grupo de veintinueve, todos ellos indicados con sus nombres y datos concretos. Destacan el samurai Pablo Uchibori, con sus tres hijos, y el anciano señor ("tono") de la aldea Hachirao, Pablo Onizuka, padre del mártir beato Pedro Onizuka, s.j., quemado vivo en 1622. Pero los veintinueve mártires se distribuyen en tres grupos, según la fecha del martirio: 21 de febrero, 28 de febrero y 17 de mayo de 1627. Se les conoce como los “mártires del monte Huzen” en Nagasaki. Hoy celebramos los 16 que murieron el día 28 de febrero.
Casi todos habían sufrido anteriormente cárcel y torturas. Algunos son descendientes o familiares de mártires. Otros mueren con su esposa e hijos. Algunos eran catequistas o jefes de aldeas, o habían hospedado a los misioneros ocultos, arriesgando su propia vida.
A los tres hijos de Pablo Uchibori, antes de matarlos y arrojarlos al mar (21 de febrero de 1627), les cortaron los dedos de las manos, ante su padre y ante un gran grupo de condenados al martirio, para presionarlos a apostatar. El niño Ignacio Uchibori, de cinco años, sufrió la mutilación con gran serenidad, levantando sus dedos y mano mutilada y sangrienta, con la admiración de todos los presentes. Con ellos murió del mismo modo, con los dedos mutilados y arrojada al mar, Gracia, esposa de Tomás Soxin, porque no quiso renegar de la fe; también mataron allí mismo, arrojándolos al mar, a otros doce.
Cinco de los veintiséis mártires de la presente lista, martirizados en los sulfatos del monte Unzen —en dos grupos y fecha distinta: 28 de febrero y 17 de mayo— son firmantes, entre otros doce, de la carta dirigida anteriormente a Pablo V (18 de octubre de 1620), expresando su disponibilidad de "ofrecer nuestras vidas en testimonio de Cristo y de la santa Iglesia romana... Nada tenemos tan grabado en el corazón como el padecer el martirio, cuando la ocasión se ofrezca, con la gracia de Dios".
El samurai Pablo Uchibori, ya desde las torturas en la cárcel y durante los tormentos de los sulfatos, animaba a todos sus compañeros a perseverar en la fe, mientras él y otros eran torturados y mutilados en rostro y manos. Murió diciendo: "Alabado sea el Santísimo Sacramento". De él se conserva una carta escrita desde la cárcel, en la que explica el martirio de otros mártires anteriores y su propia disponibilidad martirial por amor a Cristo: "Deseo padecer por su amor".
Todos murieron orando, fuertes en la fe y con alegría, a veces dejando escritas, durante el trayecto hacia el martirio, expresiones poéticas de despedida, como hicieron los mártires Joaquín Mine y Bartolomé Baba con esta afirmación: "Hasta ahora creía que el cielo estaba muy lejos; ahora, viéndolo tan cerca, me llena de alegría". El samurai Juan Marsutake murió orando: "¡Señor Jesús, no me dejéis de vuestra mano!". Los testigos han dejado constancia de la actitud martirial de todos. Fueron beatificados por SS. Benedicto XVI el 24 de noviembre de 2008.

San AUGUSTO CHAPDELAINE. (1814-1856). (Cuando es año bisiesto se celebra el 29 de febrero).

Magnífico. Respetable

Martirologio Romano: En la ciudad de Xilinxian, en la provincia china de Guangxi, san Augusto Chapdelaine, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y mártir, que, detenido por los soldados junto con muchos neófitos de esta región a los que había convertido, recibió trescientos azotes, fue encerrado en una reducida jaula y finalmente decapitado.

Nació en La Rochelle, Francia, en el seno de una familia de campesinos. Estudió en el seminario de Coutances y, fue ordenado sacerdote en 1843. Fue destinado al pueblo de Boucey como coadjutor, y después fue párroco del mismo. Cumplió con sus obligaciones pastorales y atrajo a muchos a la iglesia. Pero él sentía la vocación misionera. En 1851, ingresó en la Sociedad de Misiones Extranjeras de París.
En 1852, fue enviado a China como misionero en el vicariato apostólico de Kuang-si, en el que hacía más de un siglo que no había entrado ningún misionero y se desconocía si quedaban cristianos. Con el fin de tener más noticias de su territorio, prefirió quedarse un tiempo en Ta-Chan, hasta que por las noticias de un indígena convertido supo que había cristianos. Pudo trabajar en su territorio durante cuatro años, que tuvo su apostolado un gran fruto de conversiones. 
En diciembre de 1854, fue denunciado al mandarín de la región por el celoso pariente de un convertido. Fue arrestado y pasó en la prisión algunos días de ansiedad, pero el mandarín se mostró bondadoso y no le hizo daño alguno. El P. Chapdelaine volvió con mayor ímpetu al trabajo apostólico y logró muchas conversiones, a pesar de su imperfecto conocimiento de la lengua.
Pero algún tiempo después, un nuevo mandarín sustituyó al primero. El P. Chapdelaine fue denunciado por segunda vez por un hombre despechado porque una de sus concubinas, se había convertido y se negaba a seguir con él, lo delató, por lo que con muchos neófitos fue arrestado por un grupo de soldados, en 1856. Sus valientes respuestas provocaron la cólera de los jueces, quienes le condenaron a ser apaleado. El mártir quedó medio sordo a resultas del castigo, pero no dejó escapar ni una queja ni una protesta y, uno o dos días después se restableció milagrosamente. Creyendo el mandarín que su curación se debía a la magia, mandó que bañaran al santo con la sangre de un perro para anular el conjuro. La segunda vez que el P. Chapdelaine compareció ante los jueces, fue condenado a recibir trescientos golpes en el rostro con una especie de pesada suela de cuero; en el suplicio perdió varios dientes y sufrió la fractura de la mandíbula. Al fin, los jueces le dieron a entender que le dejarían libre por 1.000 taels, o aun por 300, pero los cristianos no pudieron reunir esa suma. 
Así pues, los jueces ordenaron su ejecución en la llamada jaula: metido en ella, la cabeza se le ponía en la cubierta superior, en la que se había hecho un agujero, y quitando el fondo de la jaula, se dejaba el cuerpo colgando hasta que se producía la muerte por asfixia. Los verdugos decapitaron al mártir después de la muerte, y se cuenta que de su cuello brotaron tres chorros de sangre, cosa que convenció a todos los presentes de que algo extraordinario había en él. Murió en la ciudad china de Sy-Lin-Hien. Fue canonizado el 1 de octubre de 2000 por san Juan Pablo II.

Beato CIRIACO MARÍA SANCHA HERVÁS. (1833-1909).

Que pertenece al Señor. Amor de Dios

Martirologio Romano: En Toledo, España, beato Ciriaco María Sancha Hervás, obispo, Cardenal Primado de España y fundador de las Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha.

Nació en Quintanar del Pino (Burgos) en el seno de una familia humilde. Tras estudiar en el seminario de Burgo de Osma, fue ordenado sacerdote en 1858. En 1862 se trasladó a Cuba, como secretario del arzobispo Primo Calvo y Lope, un burgalés, que había sido nombrado arzobispo de Santiago de Cuba. Con ancianos desprotegidos, niños y niñas abandonados llevó a cabo una labor asistencial y de cuidado por la que se ganó el apodo de "padre de los pobres". Es entonces cuando funda las Hermanas de la Caridad para la asistencia de los pobres marginados. 
Se niega a reconocer como arzobispo al nombrado por el gobierno y no confirmado por el papa (1872) y es encarcelado casi durante dos años. En 1876 fue nombrado obispo auxiliar de Toledo (en el tiempo en el que los obispos residían en Madrid). En 1882 fue nombrado obispo residencial de Ávila y en 1886 elegido para la sede episcopal de Madrid-Alcalá. Siendo obispo de esta diócesis, en 1888 convoca el primer Congreso Católico Nacional. León XIII le nombró arzobispo de Valencia en 1892. Dicha diócesis estaba vacante porque Antolín Monescillo había sido promovido a Arzobispo de Toledo. En 1894 el Papa lo creó cardenal del título de San Pietro in Montorio. En 1898 fue nombrado Arzobispo Primado de Toledo y Patriarca de las Indias.
Cuidó especialmente la formación de los sacerdotes. Impulsó y creo asociaciones e instituciones religiosas produciendo una gran renovación. Llevó a cabo una intensa labor pastoral y social entre los más necesitados, en tiempos de especial dificultad política. A él se le atribuye también los primeros movimientos encaminados a la unidad de los católicos. Fue Senador en las legislaturas 1887-88 (por derecho como arzobispo de Toledo) y 1893-94 (por derecho propio). Falleció en Toledo y fue enterrado en la catedral de la ciudad. En su tumba de bronce, que recibe flores a diario, figura el siguiente epitafio: "vivió pobre y pobrísimamente murió". Fue beatificado por Benedicto XVI el 18 de octubre de 2009.

Beato DANIEL BROTTIER. (1876-1936).

Dios juzga. Juicio de Dios.


Martirologio Romano: En París, en Francia, beato Daniel Brottier, presbítero de la Congregación del Espíritu Santo, que se dedicó completamente a trabajar en favor de los huérfanos.

Nació en La Ferté-Cyr (Francia). Hijo de una familia modesta y piadosa, ingresó en el seminario diocesano de Blois hasta el 1899 que fue ordenado sacerdote. Al hacer el servicio militar ya manifestó sus dotes en el apostolado. Fue sacerdote diocesano durante tres años, en los cuales ejerció con dedicación su puesto de profesor en el colegio eclesiástico de Pontlevoy. Pero tenía vocación misionera y por ello en 1902 ingresó en Orly en la Congregación del Espíritu Santo, haciendo los votos en 1903. Su labor misionera se desarrolló en Senegal, donde estuvo siete años, a causa de su precaria salud, que desde los doce años venía produciéndole molestias y sufrimientos. 
La Providencia le destinó a ser apóstol de la caridad en Francia con los combatientes de la I Guerra Mundial como capellán con los que estuvo entre trincheras el tiempo que duró el conflicto, y en el que su entrega fue total, en continuo peligro de su vida. Fue el consuelo de los soldados desanimados y cansados, la alegría en los momentos de tristeza, la compañía con los heridos y el consuelo con tantísimos moribundos. Su heroísmo y patriotismo le valió que le otorgaran la Legión de Honor y la Cruz de la Guerra. 
Con la paz fue nombrado, en 1923, director de la casa de Huérfanos Aprendices de Auteil. Al empezar tenía 175 alumnos y 13 años más tarde el alumnado se había multiplicado por ocho, con 1400 alumnos. Todo eso necesitaba de un presupuesto, así con su buen hacer y administración, junto con su confianza en la Providencia y en santa Teresita del Niño Jesús, del que era un gran devoto, la obra pudo salir adelantes. Sin sus dotes para conseguir donaciones, no se hubiera podido construir la catedral de Dakar, ni lanzar la Unión Nacional de Excombatientes, que llegaría a contar con dos millones de asociados. Fue un modelo de hombre de oración, y supo conjugar perfectamente la acción con la contemplación. Fue declarado beato por el Papa Juan Pablo II, el 25 de noviembre de 1984. 

Beato CARLOS GNOCCHI. (1902-1956).

Varonil, fuerte. Del estado llano. 

Martirologio Romano: En Milán, Italia, beato Carlos Gnocchi, presbítero, llamado "el apóstol de los mutilados" por su especial dedicación a los huérfanos y heridos de guerra.


Nació en San Columbano al Lambro, villa cercana a Milán, en el seno de una familia rural. Ordenado sacerdote en 1925, muy pronto manifestó como capellán del Instituto Gonzaga y como profesor del Instituto Schiaparelli sus grandes dotes de líder de la juventud y su entrega magnífica a este ministerio; en este período estudió intensamente la pedagogía y escribió algunos ensayos sobre estos temas. En los años finales de la década del ’30, el cardenal beato Ildefonso Schuster le encargó la asistencia de los universitarios de la Segunda Legión de Milán, que comprendía en buena parte estudiantes de la Universidad Católica y muchos ex alumnos del Instituto Gonzaga. 

En la II Guerra Mundial ejerció heroicamente como oficial y capellán militar del Batallón Alpino (Cuerpo de Infantería de Montaña) del Ejército Italiano (1941-1945), destinado al frente griego-albanés. Después de un breve intervalo en Milán, en 1942 volvió a partir, esta vez al frente ruso con los alpinos de la Tridentina. Fue precisamente su experiencia del dolor en la terrible huida del ejército italiano por las estepas rusas la que inspiró su futura fundación y el libro "Cristo con los alpinos". Habiendo caído a un costado de la helada ruta rusa junto a un grupo de agotados soldados y a punto de morir, un vehículo militar que pasaba intentó llevarlo sólo a él hasta la próxima base militar, pues no tenían más lugares en el transporte, dejando allí agonizando al resto de los soldados. Don Carlo se negó a abandonar a los suyos; pero estos le insistieron diciendo: "Vaya, Capellán, y ayude a nuestros hijos, ampare usted a nuestros huérfanos". Sólo ante la impresión de este conmovedor testamento, aceptó ser trasladado al hospital militar, terminando de este modo su participación en la guerra. Fue encarcelado en 1945 por su actividad en la resistencia. 
Ya nuevamente en Italia, a partir de 1945, el Padre Gnocchi (o Don Gnocchi, como es llamado en Italia), concibe la idea de crear una fundación que ayude a los niños mutilados y discapacitados físicos y psíquicos por causa de la guerra. En 1947 funda la obra "Pro Iuventute" (hoy Obra Don Gnocchi), en la que desarrolla una gran labor social a favor de los jóvenes sin hogar, mutilados… al tiempo que con sus escritos sensibiliza a la opinión pública. Un año más tarde tuvo una audiencia con el Papa Pío XII, en la cual presentó su fundación. Durante los últimos meses de vida redactó su opúsculo "Pedagogía del dolor inocente", auténtico testamento espiritual donde toca las cumbres del sentido cristiano del dolor.
Al morir cedió sus ojos para  que dos niños ciegos pudieran ver, como así sucedió. Falleció de un cáncer al páncreas en Milán. El 25 de octubre de 2009 fue beatificado por SS Benedicto XVI y su fiesta litúrgica se ha fijado en Italia en este mísmo día del 25 de octubre.

OTROS SANTOS DEL DÍA:



Santos Mártires de Alejandría. M. 262. 
Martirologio Romano: Conmemoración de los santos presbíteros, diáconos y otros muchos, que en Alejandría de Egipto, en tiempo del emperador Galieno, al declararse una gravísima epidemia, se entregaron al servicio de los enfermos hasta morir ellos mismos, motivo por el cual la piedad de los creyentes los consideró corno mártires.
San Dionisio de Alejandría escribe: "La mayoría de nuestros hermanos, por exceso de amor y de su afecto fraterno, olvidándose de si mismos y unidos unos con otros, visitaban sin precaución a los enfermos, les servían con abundancia, los cuidaban en Cristo y hasta morían contentísimos con ellos, contagiados por el mal de los otros, atrayendo sobre sí la enfermedad del prójimo y asumiendo voluntariamente sus dolores. Y muchos que curaron y fortalecieron a otros, murieron ellos, trasladando a sí mismo la muerte de aquellos".  

San Osvaldo de WorchesterM. 992. (Cuando es año bisiesto se celebra el 29 de febrero).
(Oswaldo de York, Aswaldo).
Que tiene el poder de la divinidad. Poder de manos.
Martirologio Romano: En Worchester, en Inglaterra, san Osvaldo, obispo, que fue primero canónigo y después monje, presidió las sedes de Worchester y de York, introdujo en muchos monasterios la Regla de san Benito, siendo un maestro benigno, alegre y docto.
Nació en Inglaterra en el seno de una familia danesa, y fue educado por su tío san Oda “el Bueno” y nombrado diácono o deán de Winchester. Poco tiempo después marchó a Francia donde ingresó en el monasterio benedictino de Fleury, de regresó a Inglaterra fue ordenado sacerdote en el 959. En el 961, por sugerencia de san Dunstano, fue nombrado obispo de Worcester y colaboró con ardor en los esfuerzos de santos Dunstano y san Etelwoldo de Winchester por hacer florecer la vida monástica y restablecer la disciplina eclesiástica en Inglaterra; trabajó para introducir el celibato en el sacerdocio, para ello trajo a monjes benedictinos de Francia. En el 964 transformó el cabildo en una comunidad monástica.
Fundó la abadía de Ramsey y el monasterio de Worcester; también fundó el monasterio de Westberry. Fue empleado por el duque Aylwin para supervisar la fundación del gran monasterio de Ramsey. En el 972 fue nombrado arzobispo de York, sin abandonar su diócesis de Worcester y rigió su diócesis santamente durante 20 años, viviendo una vida austera y generosa. Vivió la perfecta humildad. Su muerte se produjo mientras estaba arrodillado delante de 12 pobres lavándoles los pies, tal y como era su costumbre diaria. 

Beata Antonia de Florencia. (1400-1472).  (Cuando es año bisiesto se celebra el 29 de febrero).
(Antonieta).
Floreciente
Martirologio Romano: En L'Aquila, en la región de los Abruzos, en Italia, beata Antonia de Florencia, viuda, que, después de fallecer su esposo, fue fundadora y primera abadesa del monasterio de Corpus Christi, conforme a la primera Regla de santa Clara.
Era florentina, a los 15 años se casó, y al poco tiempo tuvo un hijo. Murió su esposo, y para proveer al muchacho se casó por segunda vez (matrimonio que no fue tan afortunado como el precedente). También el segundo marido murió, y ella se dio cuenta que la vida del mundo no era para ella. Cuando su hijo fue mayor entró en las clarisas franciscanas. Desde aquel día el convento fue su casa. Antonia no tenía más ambición que santificarse. Su espíritu de piedad no solo edificó a sus hermanas sino también trajo la estima de sus superiores. Fue enviada a Foligno, al convento de Santa Ana como priora (1430-1433); y al convento de Santa Isabel en L'Aquila, con el mismo encargo. 
Tuvo como director espiritual a san Juan de Capistrano, que se había unido a san Bernardino de Siena para promover la "observancia" más genuina en la regla franciscana. San Juan de Capistrano le confió la guía del monasterio de Corpus Domini, (1447) para que fuese modelo del espíritu "observante" en la rama femenina franciscana, bajo la primera regla de santa Clara. Por muchos años fue reformadora de costumbres, ejemplo de virtud y de obediencia. Desgracias y calumnias la hirieron sin hacerla caer, entre ellas una dolorosa enfermedad que soportó durante 15 años. Venció las propias tribulaciones curando aquellas que padecían los otros. Aprobó su culto Pío IX el 17 de septiembre de 1847.

Beato Timoteo Trojanowski. (1908-1942). 
(pol.: Stanislaw Tymoteusz Trojanowski). 
Que honra a Dios; coraje divino
Martirologio Romano: En el campo de concentración de Auschwitz, cercano a Cracovia, en Polonia, beato Timoteo Trojanowski, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales y mártir, que durante la ocupación militar de su patria en tiempo de guerra, por confesar la fe cristiana consumó su martirio quebrantado por los suplicios.
Estanislao Antonio nació en Sadlowo cerca de Plock (Polonia). Religioso franciscano que profesó entre los Conventuales en 1930. Trabajaba en el convento de Niepokalanów, se le destinó a la redacción de la revista «El Caballero de la Inmaculada», en el reparto de los periódicos franciscanos y en la enfermería. Era muy dado a la oración y a la práctica de la caridad. 
Declarada la guerra, tuvo la opción de irse pero prefirió permanecer con los religiosos, siete de los cuales, y él entre ellos, fueron arrestados el 14 de octubre de 1941 y llevados a Varsovia, donde fueron encarcelados. Fue deportado al campo de exterminio de Auschwitz; de él dice un testigo: «Fray Timoteo soportaba con fortaleza el hambre, el frío y el duro trabajo. No se desalentaba, no perdía el ánimo. Consolaba y exhortaba a la confianza en la protección divina a los prisioneros laicos que trabajaban con nosotros». Por las durísimas condiciones de la prisión, a los dos meses de permanencia en el campo contrajo una pulmonía y murió. Era devotísimo de la Inmaculada. El papa Juan Pablo II lo beatificó el 13 de junio de 1999.