Martirologio Romano: Memoria de la santísima Virgen María del Rosario. En este día se pide la ayuda de la santa Madre de Dios por medio del Rosario o corona mariana, meditando los misterios de Cristo bajo la guía de aquélla que estuvo especialmente unida a la encarnación, pasión y resurrección del Hijo de Dios.
La memoria obligatoria de Nuestra Señora la Virgen del Rosario deriva de la fiesta de Santa María de la Victoria, instituida por san Pío V tras la victoria obtenida en Lepanto sobre la flota turca el 7 de Octubre de 1571 (que aquel año cayó en Domingo), y que Gregorio XIII hizo obligatoria para la diócesis de Roma y para las Confraternidades del Santo Rosario en 1573, bajo el título del Santísimo Rosario de Nuestra Señora la Virgen María. Solamente en 1716 inscribirá Clemente XI la fiesta en el Calendario romano el primer domingo de octubre, en agradecimiento a la victoria obtenida por el príncipe Eugenio contra los turcos en Peterwardein (Austria), con la liberación de Chipre.
La corona del rosario, como serie de cuentas engarzadas para contar las oraciones, parece muy antigua (la usan musulmanes e hindúes); pero el uso de repetir el avemaría se remonta al siglo XII, donde en el clima de la cultura profana, la piedad cristiana se complacía en trenzar coronas de "ave" en honor de la "rosa mística". Hacia 1328, un "Rosarius" (o recopilación de milagros de Nuestra Señora) atribuía a Santo Domingo la salvación del mundo gracias a su predicación del Ave María, meditadas o repetidas tanto en los salterios (salterio de la Virgen para contar las oraciones, como para los padrenuestros) como en las canciones (como el famoso “himno akathistos”). Pero fue el dominico beato Alano de la Roche, en 1745, el gran propagador del "salterio de Nuestra Señora", término preferido al de "rosario". El cambio de título, de fiesta del santo rosario por fiesta de Nuestra Señora la Virgen del Rosario (realizada en 1960), orienta hacia el sentido personal y no objetivo (arma contra los enemigos). MEMORIA OBLIGATORIA.
La corona del rosario, como serie de cuentas engarzadas para contar las oraciones, parece muy antigua (la usan musulmanes e hindúes); pero el uso de repetir el avemaría se remonta al siglo XII, donde en el clima de la cultura profana, la piedad cristiana se complacía en trenzar coronas de "ave" en honor de la "rosa mística". Hacia 1328, un "Rosarius" (o recopilación de milagros de Nuestra Señora) atribuía a Santo Domingo la salvación del mundo gracias a su predicación del Ave María, meditadas o repetidas tanto en los salterios (salterio de la Virgen para contar las oraciones, como para los padrenuestros) como en las canciones (como el famoso “himno akathistos”). Pero fue el dominico beato Alano de la Roche, en 1745, el gran propagador del "salterio de Nuestra Señora", término preferido al de "rosario". El cambio de título, de fiesta del santo rosario por fiesta de Nuestra Señora la Virgen del Rosario (realizada en 1960), orienta hacia el sentido personal y no objetivo (arma contra los enemigos). MEMORIA OBLIGATORIA.
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