6 de octubre de 2014

Beato BERNARDO FÁBREGA JULIÁ. (1889-1934).


Plácido nació en Camallera, cerca de Gerona. En 1901, entró en el juniorado marista. En 1905, hizo los primeros votos y tomó el nombre de Hno. Bernardo, y en 1910 los votos perpetuos. Recorrió todas las etapas que los hermanos de aquella época conocían en las comunidades maristas: cocinero de la comunidad, estudios, profesor de primaria, después en la enseñanza secundaria, subdirector de la escuela, superior de la comunidad y director del colegio.
En 1910, enseñó en el colegio de Igualada y en 1916 se encontraba entre los fundadores del colegio de San José de Barcelona. En 1925, es nombrado director de la escuela de las minas de carbón de Vallejo de Orbó donde su apostolado se centró en la formación de los hijos de los mineros. Amaba apasionadamente a este pueblo trabajador, pobre y mentalizado por las ideas del marxismo. Consciente de la pobreza de estas familias, quiso ofrecer a sus hijos oportunidades de un futuro mejor. 
Fue un maestro extraordinario, de fuerte voluntad, de carácter enérgico, serio y profundo en todo lo que emprendía. Por otra parte, se mostraba respetuoso, afable, delicado en su forma de trato y muy caritativo. Su sinceridad y rectitud eran notables.
En 1931, los superiores le pidieron asumir la dirección de la escuela de Barruelo de Santullán, pueblo también situado en una zona minera. 
En 1934. El periódico “El Socialista”, el 4 de octubre, había dado la consigna: "Jamás un paso atrás. Todos adelante”, los socialistas de Barruelo esperaban órdenes. Convocada la huelga general, la adhesión fue total. El 5 de octubre, Barruelo estaba ya dispuesta y preparada. El primer ataque fue dirigido contra dos guardias civiles que tuvieron que refugiarse en el Ayuntamiento, éste fue pasto de las llamas. Hubo más ataques, seguidos de desfiles a los sones de La Internacional. El 6 de octubre, la revolución prosiguió. El cuartel de la guardia civil y la iglesia parroquial fueron incendiados.
Hacia las cuatro de la madrugada uno de los primeros objetivos de los revolucionarios fue la escuela de los hermanos, que se encontraba al lado de la iglesia parroquial, y sobre la que lanzaron algún cóctel Molotov. No pudieron detener a los hermanos ya que éstos, por indicación de su director, habían huido, pero sí que prendieron al director, hermano Bernardo. Su cuerpo fue objeto de insultos, mutilado, arrastrado por los pies hasta la huerta de los hermanos, donde quedó abandonado durante 24 horas. Sus restos reposan en la iglesia parroquial de Barruelo de Santullán. Fue beatificado el 28 de octubre de 2007 por SS Benedicto XVI. 

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