20 de septiembre de 2014

Santos ANDRÉS KIM TAEGON, PABLO CHONG HASANG y mártires de Corea. (1837 a 1867).


Martirologio Romano: Memoria de los santos Andrés Kim Taegon, presbítero, Pablo Chong Hasang y compañeros, mártires en Corea. Se veneran este día en común celebración todos los ciento tres mártires que en aquel país testificaron intrépidamente la fe cristiana, introducida fervientemente por algunos laicos y después alimentada y reafirmada por la predicación y celebración de los sacramentos por medio de los misioneros. Todos estos atletas de Cristo -tres obispos, ocho presbíteros, y los restantes laicos, casados o no, ancianos, jóvenes y niños-, unidos en el suplicio, consagraron con su sangre preciosa las primicias de la Iglesia en Corea.  




La Iglesia de Corea, floreció bajo la dirección laica en el siglo XVIII, cuando unos diplomáticos coreanos de visita en Pekín conocieron a misioneros jesuitas y se interesaron por el cristianismo, los misioneros les dieron libros religiosos y el catecismo; esto provocó que mandaran a Pekín a un coreano, que luego se bautizó con el nombre de Pedro, regresara a Corea, se llevara más libros y comenzara a crear comunidades de católicos, esto provocó que las autoridades se dieran cuenta del peligro y en 1785 prohibieron la nueva religión. Las comunidades coreanas pidieron misioneros y mientras llegaban sobrevino la primera persecución formal en 1791, donde murieron algunos cristianos a causa de la fe; en 1801 se prohibió formalmente el cristianismo y mandó a la muerte a 300 cristianos entre ellos al sacerdote chino que había llegado a Corea. Los cristianos coreanos pidieron al papa Pío VII misioneros diciéndole que eran unos 10.000 pero no se les creyó, ni tampoco el papa León XII, hasta que definitivamente, y después de muchas vicisitudes la Santa Sede nombró a san Lorenzo Imbert como Vicario apostólico, que con los sacerdotes santos Pedro Filiberto Maubant y Jaime Honorato Chastan serían los primeros misioneros occidentales que llegaron a Corea. Se encontraron con una iglesia viva, de modo que en 1837 enviaron a tres candidatos al sacerdocio a Macao, entre ellos se encontraba san Andrés Kim que encabeza la canonización de esta lista de mártires; pero en el 1839, en el 1846, 1862 y en el 1867, se iniciaron feroces persecuciones, en las cuales cayeron 103 católicos y algunos misioneros franceses. 

Andrés Kim nació en Tchyoung-tchyeng (Corea) en 1821, miembro de una de las más nobles familias coreanas, era hijo del mártir san Ignacio Kim, que había dado su vida por la fe en 1839, luego de una apostasía insincera y efímera en el 1830, fue bautizado por su hijo en la cárcel. Andrés tenía 15 años cuando san Pedro F. Maubant, viendo sus buenas cualidades naturales y su magnífica disposición, lo envió a Macao para que se prepara para el sacerdocio; terminados sus estudios regresó a Corea por tierra, en un largo viaje, en el curso del cual, y estando en Mongolia, le dio todas las órdenes hasta el diaconado el Vicario Apostólico de la zona mongólica, monseñor Ferreol. Y en 1845 en la capilla católica de Kin-khan, cerca de Shangai, lo ordenó como el primer sacerdote indígena. Monseñor Ferreol le ordenó que estudiase la posibilidad de encontrar una vía de acceso para los misioneros obviando los soldados y los puestos de aduana. Así entraron monseñor Ferreol y san Antonio Daveluy. 
En su cumplimiento, Andrés fue capturado y llevado a Seúl en junio de 1846, siendo encarcelado entre los presos comunes. Se le propuso la libertad si apostaba y se movieron cuantos medios imaginaron para que abandonara el cristianismo. El se mantuvo firme de manera que exhortaba a los verdugos a que se convirtieran al  cristianismo. Ante lo cual fue condenado a muerte y decapitado en una localidad llamada Sai-Nam-Hte, junto a Seúl, ribereña del río Han-Gan el 16 de septiembre. Desde la cárcel escribió dos cartas, una al vicario Ferreol y otra a los cristianos de Corea, animándoles a permanecer firmes en la fe de Cristo, sin miedo a la persecución.  
Este grupo de santos está compuesto de hombres, mujeres y niños: Pablo Chong HasangAntonio Daveluy, Obispo de Akka, Lorenzo Imbert, Obispo, Simeón Francisco Berneux, Obispo, Jaime Honorato Chastan, Pbro. Justo Ranfer de Bretenières, Pbro. Luis Beaulieu, Pbro. Pedro Aumaitre, Pbro. Pedro Enrique Dorié, Pbro. Pedro Filiberto Maubant, Pbro. Águeda Chong Kyong-Hyob, Águeda Kim A-Gi, Águeda Kwon Chin-I, Águeda Yi, Águeda Yi Kiong-I, Águeda Yi So-Sa, Agustín Pak Chong-Won, Agustín Yi Kwang-Hon, Agustín Yu-Chin-Gil (Nyou (Yu), Alejo U Se-Yong, Ana Kim Chang-Gum, Ana Pak Agi, Andrés Chong Hwa-Gyong, Antonio Kim Song-U, Bárbara Choe Yong-I, Bárbara Cho Chung-Gi, Bárbara Han Ag-I, Bárbara Kim, Bárbara Ko Sun-I, Bárbara Kwon Hui, Bárbara Yi, Bárbara Yi Chong Hui, Bartolomé Tjyens Moun Ho, Benedicta Ion Kyong-Nyon, Carlos Chong Shin-Chol (Tjyo), Carlos Hyong-Song Mun (Hyen, Hyon), Catalina Yi (Ni), Cecilia Yu So-Sa, Columba Kim Hyo-Im, Damián Nam Myong-Hyok, Esteban Mik Kukka, Francisco Choe Kyong Hwan, Ignacio Kim Chenju, Inés Kim Hyo-Jui, Isabel Chong Chong-Hye, José Chang Chu-Gil (Chugi), José Chang Son-Jib, José Cho Yun-ho, José Han Ouen-Ye, José Han Won So, Juan Bautista Chon Chang-Un (Juan Bautista Tj-yeng Seung-Yen), Juan Bautista Nam Tjyong-Sam, Juan Bautista Yi Kwang-Nyol, Juan Pak Hu-JaeJuan Yi Jun-Il, Juan Yi Mun-I, Julita Kim Yuridae, Lucas Hwang Sok-Tu (Hoang Tjai-Ken), Lucía Kim Nusia La Jorobada, Lucía Park Hui-Sun, Magdalena Cho (Tjyo), Magdalena Han Yong-I, Magdalena Ho Kye-Im, Magdalena Kim Ob-I, Magdalena Pak Pong-Son, Magdalena Son So-Byog, Magdalena Yi Indog, Magdalena Yi Yong-Dok, Magdalena Yi Yong-Hui, Marcos Chong Ui-Bae (Marcos Tyeng), María Pak K’Un-Agi, María Won Kwi-Im, María Yi In-Dok, María Yi Yon-Hui, Marta Kim Song-I, Martín Lucas Huin, Pablo Ho Hyob, Pablo Hong Yong-Ju, Pedro Ch’Oe Ch’Ang Hub, Pedro Ch’Oe Hyong, Pedro Cho Hwa So, Pedro Hong Pyong-Ju, Pedro Kwon Ugin, Pedro Ni Mieng-Sye, Pedro Son Syeng-Tji, Pedro Tjeng Ouen-Tji, Pedro Yi Ho-Yong, Pedro Yi Myong-So, Pedro Yu Chong-Nyul, Pedro Yu Tae-Ch’Ol, Perpetua Hong Kum-Ju, Protasio Chong Ku-Bo (Chong Kurbo), Rosa Kim No-Sa, Sebastián Nam I-Gwan, Teresa Kim, Teresa Yi Maeim y Tomás Son Tja-Syen. MEMORIA OBLIGATORIA.

San Lorenzo Han I-hyong y compañeros. M. 1846. 

Martirologio Romano: En Seúl, de Corea, santos Lorenzo Han I-hyong, catequista, más seis compañeros mártires, que sufrieron el suplicio por Cristo, ahorcados en diversas cárceles. Su memoria se celebra hoy juntamente con los demás mártires de estas regiones
Sus nombres: santos Pedro Nam Kyong-mun, catequista; Teresa Kim Im-i, virgen; Susana U Sur-im y Águeda Yi Kan-nan, viudas; Catalina Chong Ch’or-yom y José Im Ch’i-Baeg, bautizado en la cárcel.

Lorenzo nació en el seno de una familia noble pagana en Doksan (Corea). Tenía un carácter fuerte y espíritu de sacrificio. Conoció el cristianismo cuando tenía 14 años; después de estudiar el Catecismo, fue bautizado dentro de la Iglesia Católica y se convirtió en un devoto católico dedicado a la oración, a la ascesis para reparar sus errores. Con 21 años, se casó con una mujer católica y se fue a vivir en una remota zona rural cerca de Yangji.
Se dedicó hacer el bien entre sus vecinos, especialmente los más pobres, dándoles alimento y vestido. Solía decir que Dios recompensa a los que practican la caridad. El obispo san Lorenzo Imbert lo nombró catequistas, por sus conocimientos, virtud y buen ejemplo. Cumplió su deber satisfactoriamente.
Después de que el padre san Andrés Kim Taegon fuera arrestado, las autoridades quisieron apresar a todos los católicos que tuvieran alguna relación con él. Lorenzo fue detenido accidentalmente. Fue denostado y golpeado brutalmente. Lo desnudaron y lo colgaron del techo, luego le golpearon intentando que renegara de su fe y revelara el paradero de otros católicos. Lorenzo se negó una y otra vez a pesar de las crueles torturas a las que lo sometieron. Sus enemigos elogiaron su valor. Fue enviado a Seúl, y nuestro mártir se negó montar en el caballo que le ofrecieron. Caminó 42 kms de camino áspero con los pies heridos y descalzos.
Según los expedientes del gobierno coreano, Lorenzo Han y cuatro mujeres fueron severamente torturados para que apostataran de su fe. Fueron golpeados hasta la muerte ocurrida el 20 de septiembre de 1846. Se cree que Lorenzo fue estrangulado, porque según el testimonio del arzobispo Mutel, si no morían bajo los golpes de forma inmediata, eran estrangulados. Lorenzo tenía 48 años de edad cuando sufrió el martirio.

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