Martirologio Romano: En Alesia, en el territorio de los eduos, en la Galia, santa Regina, mártir.
Natural de Alessia, hoy Alise-Sainte-Reine en Borgoña. Había hecho voto de celibato a los 15 años, cuando Olibrio, prefecto de las Galias, viudo, la pretendió como esposa. Al negarse, murió decapitada en Borgoña.
Su historia, como la de tantas otras mártires, entra en el campo de la leyenda, ya que otra historia que se cuenta es que fue huérfana de madre desde su nacimiento, fue perseguida por su padre a causa de su fe, al no poder vencer su resistencia la hizo decapitar.
Sobre este mártir no se tiene ninguna noticia y todo proviene de una reliquia donada por los jesuitas del convento de Nuestra Señora de Manresa a Malta, por parte del papa Benedicto XIV en el 1753, y su culto se difundió tanto en Malta como en Sicilia.
El cuerpo del santo provenía del cementerio de Pretextato y de la inscripción de la ampolla, que venían con las reliquías, “Calcedonius in pace”, fue identificado como el mártir Calcedonio. Los jesuitas de la provincia siciliana de la Orden difundieron su devoción, con el hecho de los milagros que le fueron atribuidos al santo, en los primeros años en los que llegaron las reliquias.
El papa Clemente XIII en 1766, concedió a la ciudad y diócesis de Palermo la autorización para el culto de san Calcedonio mártir con misa propia.
Soldado de la famosa Legión Tebana de estancia en la Galia, huyó al Piamonte para no sacrificar a los ídolos y fue martirizado en Crissolo, durante la persecución de Diocleciano y Maximiano.
Un nombre tan germánico hace pensar que la leyenda no tiene ningún fundamento histórico y que posíblemente el sarcófago que se encuentra en Crissolo se refiera a Teofredo, abad del monasterio de Calmiliac en Puy-en-Velay, ejecutado por los sarracenos entre el 728 y el 732 y venerado también en el Piamonte. Patrón de la díocesis de Saluzzo (Cúneo, Italia).
San Sozonte. M. c. 304.
Martirologio Romano: En Pompeyópolis, de Cilicia (hoy Turquía), san Sozonte, mártir.
Natural de Licaonia; desempeño el oficio de pastor. Desde muy joven fue un propagador de la fe cristiana y combatió la idolatría en Cilicia, durante una ceremonia pagana, arrancó la mano dorada de un ídolo, la partió a trozos y los repartió entre los pobres; por esto fue quemado vivo en Pompeiópoli, Cilicia.
San Paragorio y compañeros. s. IV.
Junto con Parteo, Partenopeo, Severino. Todos nacieron en Noli (Savona, Italia). Paragorio pertenecía a una familia noble y eligió la carrera militar, sufriendo el martirio en Córcega junto a sus soldados Parte, Partenopeo, Severino.
Otra tradición dice que eran soldados de la Legión Tebana y que salieron indemnes del martirio de Agauno (Suiza) y marcharon a Córcega donde fueron ejecutados por orden del pretor de la zona.
La iglesia edificada en su honor en Noli es del siglo VIII, y es un documento histórico de la existencia de san Paragorio y compañeros. La presencia de esta iglesia y el hecho de que los nombres de Paragorio, Parteo y Partenopeo sean de origen griego ha dado origen a la hipótesis que se pueda tratar de un comandante de nave bizantino, que guió las naves de la antigua república marinera de Noli, contra los infieles de la época y cuya gesta haya sido retrotraida en el tiempo, en tradiciones sucesivas. Tiene culto local en Noli y en Herault en Provenza y en la zona de Berry.
Santos Memorio y compañeros. M. 451.
Martirologio Romano: En Breuil, de la Galia Trecense (hoy Francia), santos Memorio (antes Nemorio) y compañeros, mártires, según la tradición, bajo Atila, rey de los hunos.
Era diácono en Troyes, cuando era obispo san Lupo, que lo envió con cinco compañeros al campo de Atila para implorar la piedad del jefe de los hunos; éste los hizo decapitar a todos en Breuil. El relato no es digno de fe.
Martirologio Romano: En Châlons en la Galia lugdunense, hoy Francia, san Alpino, obispo, que fue discípulo de san Lupo de Troyes.
Nació en el castillo de Baye, acompañó a san Lupo, obispo de Troyes y a san Germán de Auxerre, en misión a Inglaterra. Nombrado en el 433 obispo de Châlons-sur-Marne, en 451 preservó la ciudad de la furia de Atila. En el 460 asistió al concilio de Tours y murió en Baye. El obispo de Reims, san Remigio presidió sus funerales. Su intervención ante el rey de los hunos fue inventada para convertirle, como a san Aniano de Orleans, en un "defensor civitatis".
Santa Carísima de Albi. s. VI - VII.
Martirologio Romano: En Albi, de Aquitania (hoy Francia), santa Carísima, virgen reclusa.
Nació en Albi; abandonó el mundo para huir de un matrimonio no deseado; se retiró en un bosque cercano a la ciudad, donde vivió solitaria y después se marchó al convento de Tarn, en los alrededores del pueblo de Vieux donde vivió como reclusa. Sus restos reposan bajo el altar mayor de la catedral de Albi.
Santa Madelberta. M. 706.
Martirologio Romano: En Maubeuge en Hainault, en el territorio de la actual Francia, santa Madelberta, abadesa, que sucedió a su hermana santa Aldeltrudis.
Hija de santos Vicente Madelgario y Wadeltrudis. Fue educada por su tía santa Aldegunda, la fundadora del monasterio de Maubeuge, donde tomó el velo. Hacia el 697, sucedió a su hermana santa Aldeltrudis como abadesa de Maubeuge.
San Hilduardo de Flandes. M. c. 750/60.
Obispo misionero en Flandes donde fundó la abadía benedictina de San Pedro en Dickelvenne.
Se dice que fue exiliado por las intrigas de una facción de personas de su diócesis en Francia. Huyó a Roma, y en una revelación san Pedro le indicó que tenía que evangelizar los cantones todavía idólatras de Flandes. Sin vacilar, en el 733 inició su misión con dos discípulos. No muy lejos de las orillas del río Escalda, existía la aldea de Ticlivinum (ahora se llama Dickelvenne) que era totalmente pagana, después de su evangelización, todos los habitantes de esta parte del Condado de Aalst se convirtieron. Allí fundó un monasterio benedictino dedicado a san Pedro, donde tomó el hábito, vivió la austeridad, oración y penitencia y lo gobernó hasta su muerte. También construyó un convento de monjas que lo confió a la dirección de la beata Cristina de Termonde.
San Gauzlino de Toul. M. 962.
Martirologio Romano: En Toul, de la Lotaringia (hoy Francia), san Gauzlino, obispo, promotor de la vida monástica.
Pertenecía a una noble familia franca. Obispo de Toul (922-962). Después de una visita al monasterio de Saint Benôit sur Loire, reformado por san Odón, abad de Cluny, fundó las abadías benedictinas de Saint Évre y de Bouxières aux Dames, en Lorena, para religiosas, donde está enterrado.
San Juan de Lodi. (c.1025/40 - c.1105).
Martirologio Romano: En Gubbio, en la región de la Umbría, en Italia, san Juan de Lodi, obispo, acompañante de san Pedro Damián en legaciones.
Nació en Lodi en la Lombardía. Siguió los pasos de san Pedro Damián en el monasterio de Fuente Avellana, y entró así en la órbita de los reformadores camaldulenses, y aquí, donde pasó casi toda su vida, fue ordeado sacerdote. Fue el secretario y biógrafo de san Pedro Damián. Fue un monje dedicado a la oración, el estudio y la contemplación, además de realizar trabajos en el “scriptorium” del monasterio. Junto con Pedro Damián estuvo en Montecasino en el 1067, y después en Francfourt donde representó en un concilio al papa Alejandro II. De nuevo juntos, los dos santos, fueron a Montecasino en ocasión de la consagración de la nueva basílica construida en el monasterio benedictino. Solamente hasta la muerte de su amigo Pedro en Faenza, Juan, no regresó a Fuente Avellana, donde cambió el rumbo de su propia vida, al ser elegido prior de la comunidad. Se dice que elegido prior general, aunque este dato no está confirmado, y se distinguió por su humildad, su integridad y solicitud hacia los pobres, para los que en tiempo de carestía, había recogido víveres, en un viaje a la Apuglia. A los 65 años fue elegido obispo de Gubbio, pero a los pocos meses murió. Está enterrado en la catedral de Gubbio.
San Esteban de Châtillon. (c.1149 - 1208).
Martirologio Romano: En Die, en Francia, san Esteban de Chatillon, obispo, que, sacado de la soledad cenobítica de la Cartuja de Les Portes (Belley), presidió la Iglesia con gran diligencia y sin menoscabo de su austeridad cartujana.
Nació en Châtillon-les-Dombes, (departamento de Ain, Francia) en la noble familia de los Chatillons; creció como un estudiante modelo en parte con preceptores y en parte en las escuelas diocesanas de la época; desde su adolescencia se dedicaba al ayuno y a la abstinencia, con la oración asidua. A los 25 años, ingresó en la cartuja de Portes-en-Bugey, iluminada por la virtud del abad beato Antelmo de Chignin.
Después de muchos años vividos en la espiritualidad y soledad cartujana, fue elegido prior en el 1196. En el 1203, fue elegido obispo de Dié, Francia, por el Capítulo de la diócesis y aprobado por el papa Inocencio III y por Jancelino, prior general de los cartujos. Dirigió la diócesis durante pocos meses, porque murió pronto. Ya en vida, cuando era prior de Portes, se le atribuyeron diversos milagros, como la profecía del nacimiento de la Orden de Predicadores en el 1215. Cuando se estaba muriendo curó a una enferma de su diócesis. Su cuerpo incorrupto fue profanado y quemado por los hugonotes en 1561.
San Ventura de Città di Castello. M. 1250.
Ventura era rector de la iglesia de San Bartolomé cercana a la villa de Centoía en Valdipetrina en el territorio de Città di Castello (Perugia); era un sacerdote devoto y entregado a su ministerio. Un día se tropezó en camino del bosque con un hombre que, cortando leña blasfemaba horriblemente. Ventura lo corrigió dulcemente, pero el hombre, enfurecido, mató al sacerdote con un golpe de hacha en la cabeza, escondiendo después el cuerpo ensangrentado debajo de un montón de piedras.
Según la tradición que narran los hagiógrafos, una paloma tocó con el pico la campana de la iglesia del santo, haciéndola tocar a muerto, y después voló hacia el montón de piedras, para después regresar de nuevo a la iglesia. La gente del lugar, dándose cuenta del suceso, se puso en busca de Ventura. El cuerpo del sacerdote se encontró después de muchos días y fue sepultado en la iglesia. Desde ese mismo instante la iglesia tomó el nombre de San Ventura y fue meta de continuas peregrinaciones.
Con el tiempo su cuerpo fue trasladado a la iglesia del seminario de Città di Castello y hay varias iniciativas proponiéndolo como el “mártir antiblasfemo”. Tiene culto litúrgico y popular.
Ascensión de San José de Calasanz Lloret Marco. Beata. (1879-1936).
Martirologio Romano: En Gandía, ciudad de la provincia de Valencia, en España, beata Ascensión de San José de Calasanz Lloret Marco, virgen del Instituto de Hermanas de las Escuelas Cristianas y mártir, que culminó su vida terrena, en la persecución contra la Iglesia, afirmando su fe religiosa.
Natural de Gandía. Ingresó en el noviciado de Vic (Barcelona) en 1879. Después de la profesión pasó por los destinos de Castellón y Valencia y en 1916 fue al colegio de Benejama (Alicante). Observantísima, siempre olvidada de sí y sumamente caritativa, su sitio preferido era el último y el más escondido.
El 28 de julio de 1936 las Hermanas tienen que salir de Benejama y ella con su hermano también religioso, se refúgia en una casa de campo de sus familiares. El día 7 de septiembre fue descubierta y apresada junto con su hermano Salvador, escolapio. Se los llevaron a través de los campos y a la mañana siguiente sus cuerpos acribillados aparecieron en las puertas del cementerio de Tavernes de Valldigna según relata un testigo y también añade que se les dio sepultura en dicho cementerio pero ninguno de los dos cuerpos, se han encontrado. Fue beatificada el 2001, con los 233 mártires de la persecución en Valencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario