Felipe: Amigo de los caballos o del alto.
Anselmo Polanco Fontecha (1881-1939). Nació en Buenavista de Valdavia (León) en el seno de una familia de labradores. Ingresó en los agustinos de Valladolid en 1896, e inició su año de noviciado. Los estudios de Filosofía realizados en la misma casa tuvo que interrumpirlos al tercer año (1899-1900) por causa de salud, permaneció una temporada en la capellanía de las monjas agustinas de Medina de Campo. Regresó a Valladolid donde en 1900, hizo los votos perpetuos. Fue trasladado al convento de La Vid (Burgos) donde cursó sus estudios de Teología y fue ordenado sacerdote en 1904. Estuvo en Alemania durante seis meses para que aprendiera el idioma.
De regreso a Valladolid obtuvo el cargo de lector y otros cargos internos dentro de la comunidad. En 1913, pasó al convento de La Vid como profesor de Teología. En estos años llevó una vida ejemplar, contra la que no se pudo poner ningún reparo. Fue superior del convento de Valladolid (1922-1926). En 1925, estuvo en Roma con ocasión de la Exposición Misional ordenada por Pío XI y asistió al capítulo general de los agustinos celebrado ese mismo año. Fue nombrado de nuevo provincial, en 1926, de Valladolid, donde realizó obras de adecentamiento del convento así como la realización del colegio de Zaragoza, y su vivo interés por la revitalización de las misiones en Iquitos (Perú). En 1932 fue elegido Provincial de la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús en Filipinas. Hizo muchos viajes: Estados Unidos, América del Sur, Italia y Francia, dando muestras de celo apostólico, estimulando el espíritu misionero.
En 1935, le nombraron obispo de Teruel y administrador de Albarracín. Como obispo llevó una vida de piedad edificante y de solicitud pastoral hacia todos especialmente los más pobres. Divisa de su ministerio episcopal fue la frase de san Pablo: “Por mi parte, con muchísimo gusto me gastaré y desgastaré por vuestras almas”. Visitó muchas parroquias e ingresó en la “Hermandad de sufragios y socorros mutuos del Clero”, que existía en la diócesis. Se preocupó por los religiosos, las misiones populares, las catequesis, promovió la Acción Católica. Fue un gran devoto de la Eucaristía y de la Virgen del Pilar.
Con el inicio de la guerra civil acogió a muchos huidos en el seminario de Teruel y firmó la "Carta colectiva" del episcopado español. También se ocupó, de forma especial, por salvar la vida de los condenados a muerte en la zona nacional. Pudo huir pero no quiso: “El pastor se debe a sus ovejas. Mientras haya un cristiano en Teruel, tiene grey su obispo”. En 1938, fue capturado y enviado al penal de San Miguel de los Reyes en Valencia y luego en Barcelona, en una antigua residencia de las Siervas de María. Estuvo preso durante un año y no valieron las intervenciones de grandes personalidades para su liberación. Fue fusilado con otros presos en el barranco de Can Tretze en Pont de Molins, cerca de Figueras (Gerona).
Felipe Ripoll Morata (1878-1939). Nació en Teruel en el seno de una familia modesta y cristiana. Desde niño ingresó en el seminario como alumno externo porque no podía pagarse el internado. Diariamente andaba los 10 Kms. que separaban el seminario de su casa. Estudiaba por el camino y, cuando el tiempo lo permitía, andaba descalzo para ahorrar zapatos.
Para ayudar a los pobres se hizo sacristán del convento de las carmelitas, hasta que al iniciar la Teología consiguió una beca del cabildo catedral y podo entrar como interno en el seminario. Fue ordenado sacerdote en 1901. Fue profesor en el seminario y después fue canónigo de la catedral. Más tarde fue arcediano. Entre 1913 y 1924 fue rector del seminario de Teruel, en 1924, ingresó en el noviciado de los jesuitas, pero en 1926 tuvo que dejar la Compañía porque su salud no se prestaba a las condiciones de la vida religiosa. Fue designado delegado diocesano de Acción Católica y consiliario de la rama de mujeres, al mismo tiempo que en la catedral se le daba el cargo de penitenciario. Se encargó del apostolado seglar.
En 1935, el nuevo obispo de Teruel, el agustino fray Anselmo Polanco, lo nombró su vicario general y ambos se dedicaron al bien de la diócesis. Al estallar la guerra civil, ninguno de los dos quiso abandonar los deberes para con los diocesanos. En 1938, fue tomada Teruel por los republicanos, y ambos fueron detenidos con otros sacerdotes y seglares. Fueron llevados a una cárcel de Valencia y luego a otra de Barcelona; animándose mutuamente y a todos los que estaban con ellos. En 1939, fueron trasladados al penal de Santa Perpetua de la Moguda y luego a la masía de Can de Boach, en Pont de Molins, en Gerona, y de allí fueron llevados por “la brigada Lister” a Can Tretze, a 7 kms. de Figueras donde los fusilaron en un terraplén y enterrados en una fosa común en Pont de Molins. Fueron beatificados por el Papa Juan Pablo II, el 1 de Octubre de 1995.
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