(fr.: Maximin de Trèves).
Martirologio Romano: En Tréveris, en la Galia Bélgica, san Maximino, obispo, que, como valiente defensor de la integridad de la fe frente a los arrianos, acogió fraternalmente a san Atanasio de Alejandría y a otros obispos desterrados y, siendo expulsado de su sede por sus enemigos, murió en Poitiers, su tierra natal.
Nació en Silly (Poitiers). Se trasladó a Tréveris donde fue ordenado presbítero, bajo la guía de san Agricio. En el 333, sucedió a su maestro san Agricio como obispo de Tréveris (la ciudad era por aquel entonces la capital del Imperio de Occidente), y fue un valiente defensor de san Atanasio de Alejandría y de san Pablo de Constantinopla, a los que hospedó cuando fueron exiliados de sus sedes por el emperador arriano Constantino II. San Atanasio, que permaneció dos años en Tréveris, alaba el valor, la prudencia y las nobles cualidades de su huésped, que ya entonces era famoso por sus milagros.
Maximino fue uno de los principales adversarios del arrianismo en los concilios de Milán, Sárdica (343) y Colonia. A la muerte del emperador, logró ejercer un influjo positivo sobre su sucesor Constante, que se puso de parte de los nicenos. Por eso, posteriormente, los arrianos de Filipópolis excomulgaron al mismo tiempo a san Atanasio y a san Maximino. San Jerónimo lo definió "como uno de los obispos más valerosos de su tiempo". Según parece san Maximino compuso muchas obras, pero no se conserva ninguno de sus escritos. Murió en Poitiers.
Nació en Silly (Poitiers). Se trasladó a Tréveris donde fue ordenado presbítero, bajo la guía de san Agricio. En el 333, sucedió a su maestro san Agricio como obispo de Tréveris (la ciudad era por aquel entonces la capital del Imperio de Occidente), y fue un valiente defensor de san Atanasio de Alejandría y de san Pablo de Constantinopla, a los que hospedó cuando fueron exiliados de sus sedes por el emperador arriano Constantino II. San Atanasio, que permaneció dos años en Tréveris, alaba el valor, la prudencia y las nobles cualidades de su huésped, que ya entonces era famoso por sus milagros.
Maximino fue uno de los principales adversarios del arrianismo en los concilios de Milán, Sárdica (343) y Colonia. A la muerte del emperador, logró ejercer un influjo positivo sobre su sucesor Constante, que se puso de parte de los nicenos. Por eso, posteriormente, los arrianos de Filipópolis excomulgaron al mismo tiempo a san Atanasio y a san Maximino. San Jerónimo lo definió "como uno de los obispos más valerosos de su tiempo". Según parece san Maximino compuso muchas obras, pero no se conserva ninguno de sus escritos. Murió en Poitiers.
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