Martirologio Romano: Conmemoración del beato Onésimo, que, siendo esclavo huido, fue acogido por Pablo y engendrado como hijo en la fe, pasando a estar vinculado a Cristo, tal como el apóstol escribió a su amo Filemón.
Discípulo de san Pablo. Frigio de nacimiento. Dejó sin previo aviso la casa de su amo en Colosas, se refugió en Roma, porque había robado a su amo. Allí conoció a Cristo y fue bautizado por Pablo. Y como su amo san Filemón, también había recibido el bautismo, el Apóstol consiguió algo más que la reconciliación con una carta de caridad: “Te ruego un favor de mi hijo, a quien engendré entre cadenas, Onésimo, que en otro tiempo te fue inútil, pero ahora muy útil para ti y para mí”. ”...que te remito; mejor, no a él, sino mis entrañas. Tal vez se apartó de ti por un momento, para que por siempre le tuvieras, no ya como siervo, sino como hermano muy amado. Si en algo te ofendió o algo te debe, ponlo a mi cuenta. Yo, Pablo, de mi puño escribo". (Flm 10 ss). Filemón le perdonó y le concedió la libertad, mandándolo con san Pablo. Juntamente con san Tíquico, llevó la carta a los Colosenses.
Una tradición dice que llegó a ser presbítero, después obispo y que murió mártir durante la persecución de Domiciano en Pouzzoles, pero le confundieron con otro Onésimo que fue obispo de Éfeso después de san Timoteo. Onésimo es la profecía de la nueva libertad cristiana.
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