Martirologio Romano: En Seúl, Corea, pasión de santos Juan Pak Hu-jae y cinco compañeras, mártires, que, durante la persecución, conducidos ante el tribunal criminal en cuanto cristianos, después de sufrir crueles suplicios por la fe, murieron decapitados.

Juan Pak era hijo del mártir Lorenzo Pak. Nació en Youngin en hacia el 1798. Junto con su familia se trasladó a Seúl y allí se ganaba la vida haciendo zapatos de paja. Estaba casado y fue muy fiel en su práctica de la religión cristiana, además practicaba la mortificación de la carne como forma de alcanzar la salvación; era un hombre muy trabajador. Solía decir: “yo moriré mártir para salvar mi alma”.
Al estallar la persecución en marzo de 1839, vendió lo poco que tenía y le entregó la mitad a su esposa y la otra mitad se la quedó él para casos de emergencia. Envió a su mujer a casa de su tía y al día siguiente fue arrestado. Ante el tribunal el juez le preguntó: “¿Tus padres siguen viviendo?
- Mi madre falleció hace unos años. Mi padre fue decapitado por su fe en 1801. No tengo otros parientes.
- ¿Sabes que estás violando la ley del rey?
- Dios es mi Creador. Le debo una mayor lealtad a Dios que al rey.
- Revela el nombre de tus cómplice.
- No puedo hacer daño a los demás.
- Reniega de tu fe si quieres vivir.
- Mi religión es más importante que mi vida”
Juan fue entonces golpeado con un garrote 40 veces, esta tortura le produjo graves heridas y el ruido de los garrotazos que quebraban sus huesos, asustó a los que estaban en la cárcel, pero Juan se mantuvo firme en su fe.
Finalmente fue decapitado a las afueras de la ciudad con sus cinco compañeras. Tenía 41 años cuando fue decapitado.
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