
Muerto san Juan en 1139, por unánime consenso Jordán fue llamado a sucederle. Aceptada la elección como abad general de la Congregación benedictina reformada de Pulsano (1139/45/52), no quiso presentarse al rey Ruggero, que había sido excomulgado por el papa Inocencio II. Reconciliado después el papa con el rey, Jordán envió a Joel con otros dos monjes al monarca, que los acogió favorablemente y les prometió, también en memoria de san Juan, su ayuda y protección. Con Jordán tuvo nuevo impulso la propagación de la Congregación de Pulsano; en el 1140 obtuvo del obispo de Troia la iglesia de San Nicolás de Foggia; al obispo de Piacenza cedió algunos de sus monjes para la fundación de un cenobio en Ponte sobre el Trebbia. Afirmó el principio de la unidad y de la dependencia de todos los monasterios de la Congregación de abad de Pulsano que tenía el derecho de corrección y de visita sobre todos. El sistema fue sancionado por los papas.
Después de gobernar con sabiduría y santidad, Jordán murió y pronto fue venerado como santo. Sus restos son conservados en la iglesia de Pulsano. Es recordado a título local en Monteverde.
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