iglesia de Saint-Baud en Pavant |
Según la leyenda, Baldo, natural de España o Portugal, en su adolescencia le presagiaron que mataría a sus padres, horrorizado, para no mancharse con tan gran delito, abandonó su patria y se fue a habitar en una aldea de otra región, donde se casó. Después de varios años, sus padres queriendo ver a su hijo, se fueron en su busca, encontrándolo después de muchos intentos.
Al llegar a la casa, fueron acogidos por su nuera, ya que su marido se había ausentado; como no los conocía, los hospedó en su casa y les ofreció su habitación matrimonail para que durmieran y se marchó en busca de su marido. Baldo regresó a su casa por otro camino, entró en su casa y vió en su lecho a dos cuerpos durmiendo, y pensando que era su mujer que lo estaba engañando, lleno de ira, con un cuchillo les cortó la cabeza. Al poco tiempo llegó la mujer y le indicó su error; en expiación por su culpa, Baldo decidió abandonar su casa y llevar una vida nómada.
Peregrinó al Santo Sepulcro en Palestina, a las tumbas de los Apóstoles en Roma y a otros célebres santuarios; después se estableció en Sens (Francia) de donde era obispo san Artemio, con el que se confesó y le pidió una penitencia. El santo obispo le dio el bastón que tenía en la mano, ordenándole que lo plantara en la cima de un monte cercano a la ciudad, lo regase con el agua del río Icauna, hasta que echase raíces, ramas, flores y frutos. Baldo aceptó agradecido la penitencia, aumentando el exfuerzo de transportar el agua, eligiendo la ruta más larga y dura, en vez de una más breve. Cuando murió fue sepultado en la celda que había construido en la cima del monte, y al poco tiempo se edificó en aquel lugar una iglesia que lleva su nombre. Su culto floreció en varias zonas de Francia, en París y en Soissons, donde es patrón de la parroquia de Pavant que celebra su fiesta el 15 de Septiembre. En Sens es festejado el 29 de Octubre.
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