Martirologio Romano: En Valencia, también en España, beato Juan Martorell Soria, presbítero de la Sociedad Salesiana y mártir, que en la persecución sufrió el martirio. Con él se conmemora también al beato Pedro Mesonero Rodríguez, religioso de la misma Sociedad, que en la aldea Vedat de Torrent, en el territorio de Valencia, en un día no conocido, fue coronado por su testimonio de Cristo.
Juan Martorell Soria nació en Picassent, Valencia, en 1889. Profesó como religioso salesiano en 1914 y al acabar sus estudios fue ordenado sacerdote el año 1923. Pasó los cinco años siguientes en diversos colegios salesianos hasta que en 1928 lo enviaron al colegio de Valencia, como párroco de la iglesia aneja de San Antonio Abad. Fue un párroco excelente, entregado con gran celo al bien de sus feligreses, especialmente de los más pobres. Organizaba con mucho interés el catecismo de los niños, visitaba a los enfermos y atendía a todos sus deberes con plena dedicación.
Cuando en julio de 1936 los religiosos fueron llevados a la Cárcel Modelo, él estuvo con ellos, y una vez liberado buscó un sitio donde refugiarse, pero no lo halló y fue nuevamente detenido. Volvió a su colegio, esta vez convertido en checa, y allí lo pudieron ver ensangrentado y acurrucado en un rincón. Fue sacado la noche del 10 de agosto y eliminado, sin que se haya podido saber el paradero de su cadáver.
Pedro Mesonero Rodríguez nació en 1912 en Aldearrodrigo, Salamanca, en el seno de una familia humilde con inquietudes cristianas. Su padre, José Mesonero, era herrero de profesión. Pedro inició sus estudios sacerdotales en el Seminario Salesiano de Campello. Terminados sus estudios en Campello hizo el noviciado en Gerona, profesando en la Congregación Salesiana el 3 de agosto de 1931. Pedro empezó sus estudios de Filosofía, realizando su trienio práctico en la casa de Mataró, pasando luego a Valencia, en donde le sorprendió el Alzamiento Nacional.
Llevado con los demás a la Cárcel Modelo y liberado el 29 de julio, se fue con don Fidel Martín a buscar refugio. Estuvieron en Meliana y luego en Torrente; luego él solo se fue a Almácera. Allí acudió al comité local en busca de un salvoconducto pero comprendió que había sido un error y procuró huir. Un grupo de milicianos de Meliana lo reconoció, lo apresó y lo mató de un disparo. No se sabe con exactitud la fecha de su muerte.
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