Martirologio Romano: En Cocura, siempre en Japón, beatos mártires Simón Bokusai Kiota, catequista, y María Magdalena, cónyuges, Tomás Guengoro y Marta, también ellos cónyuges, y el pequeño Jaime, su hijo, que, por decreto del prefecto Yetsundo, juntos fueron crucificados cabeza bajo por odio al nombre de Cristo.
Beata María Magdalena Kyota |
Simón Bokusai Kyota era miembro de una de las más antiguas familias cristianas de Bungo y era oficial del ejército real. Era cofrade del Rosario y había difundido con todo entusiasmo el evangelio en su entorno social. Su esposa María Magdalena era unánime con él en la profesión y difusión de la fe cristiana, y extremadamente servicial con los misioneros a quienes hospedaba. Tenía 60 años.
Tomás Gengoro era también cofrade del Rosario y no sólo había hospedado a los religiosos sino que había difundido la fe entre sus amistades cuanto había podido. Su esposa María (a veces llamada Marta) participaba de sus mismos sentimientos religiosos, y era cofrade también del Rosario. Jaime era un niño de dos años, hijo de ambos, muerto por ser un niño cristiano, uno de los más jóvenes mártires beatificados.
En la ciudad de Kokura, reino de Fingen, en el Japón, fueron martirizados acusados no solamente de ser cristianos sino también de haber hospedado a los misioneros extranjeros. Ambas acusaciones eran verdaderas, pues se trataba en efecto de cristianos convencidos que habían dado de muy buena gana hospedaje en su hogar a los misioneros y colaborado así al mantenimiento de la cristiandad nipona y a la difusión del evangelio. Su martirio, al que los condenó el prefecto Yetsundo, consistió en que fueran crucificados cabeza abajo, teniendo una agonía larga y dolorosa. Las dos familias fueron beatificados el 7 de julio de 1867 por el papa Pío IX.
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