Nació en Torres del Obispo, Huesca (España). En 1878 entró en el Seminario de Huesca. Mas al poco tiempo, la familia tuvo que trasladarse a Barcelona. En la ciudad condal Antonio inició los estudios de farmacia, pero pudo más su deseo de ser sacerdote e ingresó de nuevo en el Seminario. El 19 de diciembre de 1890 fue ordenado sacerdote.
El 14 de abril de 1913, D. Antonio toma posesión de la parroquia de San Pedro de Coslada, pueblo próximo a Madrid. Gracias a su constancia y empeño, D. Antonio obtuvo la licenciatura en Teología por la Universidad de Toledo, el 14 de enero de 1920.
El 5 de enero de 1927 D. Antonio aceptó la Capellanía de la casa de formación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de Griñón (Madrid). Sus funciones le quedan claramente fijadas: misa diaria, servicio penitencial cada mañana, los jueves y domingos, por la tarde, bendición con el Santísimo, y atención espiritual a los moradores de la casa, especialmente a los ancianos y enfermos. Sintonizó perfectamente, de modo que la casa de los Hermanos era su casa y él era un Hermano más. Además, durante cierto tiempo, se encargó de la parroquia del pueblo.
El 28 de julio de 1936 después de comer, se disponía a descansar cuando se oyó algunos disparos. Un poco más tarde, desde la ventana que daba a la calle pudo oír a los mismos milicianos comentando que habían matado a los frailes. Temiendo lo peor, D. Antonio y Rosario, su ama de llaves, se marcharon esa misma tarde a casa de la viuda de D. Santos Alonso.
El 9 de agosto, a requerimiento del Sr. Alcalde, D. Antonio y Rosario dejaron el chalet de la señora viuda de Alonso y se fueron a su propia casa. D. Antonio fue tranquilo, porque no creía tener en el pueblo enemigo alguno. Unos milicianos enviados por el Alcalde, ya anochecido, llamaron a la puerta y requirieron la presencia de D. Antonio, que se presentó de inmediato. El que hacía de jefe le saludó con aparente cordialidad, dándole una palmadita en la espalda. Lo subieron con ellos al coche y se lo llevaron.
Apenas había recorrido el coche dos kilómetros cuando, en el lugar denominado “La Junquera”, de la carretera de Griñón a Torrejón de la Calzada, hicieron bajar del coche a D. Antonio que, al darse cuenta de lo que iban a hacer con él, les dijo: “Hijos míos, ¿me vais a matar? ¿No veis que os vais a condenar? Dejadme rezar mis oraciones”. Uno de ellos le dio un culatazo con el fusil, en el momento que D. Antonio “pedía a Dios que les perdonara”, según testimonio de uno de los verdugos. Inmediatamente lo fusilaron. Veinticuatro horas quedó su cuerpo en la cuneta de la carretera, hasta que el enterrador de Torrejón de la Calzada lo sepultó en el cementerio de este pueblo. Beatificado el 13 de octubre de 2013 por SS Francisco.
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