(it.: Caterina Morigi di Pallanza).
Total destrucción. Pura, inmaculada.
Nació en Pallanza, cerca del lago Mayor, en el seno de la noble familia de los Morigi; tuvo una infancia difícil, ya que la peste le llevó a sus padres y 11 hermanos, y se quedó sola en el mundo. Desde muy joven se dedicó a la práctica de las penitencias y a la oración. Pero un día, cuando contaba 14 años, escuchó el sermón sobre la Pasión por san Alberto de Sarteano, que hizo que se retirara del mundo, en el Sacro Monte del Varese en compañía de otras mujeres, que hicieron votos privados. Entre ellas estaba la beata Juliana Puricelli, que vivió a la sombra de Catalina y vivió la pureza religiosa.
Teniendo necesidad de regularizar la comunidad y, después de varias tribulaciones e incomprensiones, en 1474, el papa Sixto IV con una bula autorizó la creación de la Orden que la puso bajo la regla de San Agustín, observando las constituciones de San Ambrosio ad Nemus y oficiando según la liturgia ambrosiana. Catalina fue nombrada superiora. Así nació el monasterio de San Agustín de Nuestra Señora del Monte. Catalina murió, dejando a la pequeña comunidad el testamento de la caridad y de la obediencia a la voluntad de Dios. Su culto fue confirmado por Clemente XIV el 16 de septiembre de 1769. La liturgia ambrosiana celebra su festividad el 27 de Abril.
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