El que engañará. Quiera la divinidad defender. Dios recompensa.
ascetas en una ruinas del Monte Carmelo |
Se nos cuenta que Jacobo vivió unos 15 años en una cueva cercana a la ciudad de Porfirion (posiblemente la actual Haifa), practicando el ascetismo. Én ese tiempo realizó muchos milagros, y convirtió a muchos a la verdadera fe, según nos informa el autor de la "Vita". Aunque era conocido y apreciado por los pobladores del lugar, nunca un santo es del agrado de todos.
Una vez le trajeron una joven poseída por el demonio. El santo la curó, y quiso restituirla a la familia; pero el santo fue tentado y cayó en la tentación abusando de la joven y cegado por la pasión y desesperado con su propia caída, la mató y arrojó su cuerpo a un río cercano. Al ver su acto, se sintió desesperado y decidió volver al mundo ya que, según el pensaba, ya no tenía salvación. En medio de su desesperación unos monjes le aconsejaron a que volviera a una vida de penitencia y expiación. Así lo hace: se escondió por años en un sepulcro, como muerto en vida, a llorar sus pecados e implorar misericordia.
Muchos años más tarde, el obispo del lugar, a causa de un milagro, y al conocer su existencia le absolvió de toda culpa. Así puede ya, a los 75 años, morir en paz, y ser sepultado en el mismo sepulcro que fue lugar de su penitencia y curación de su alma, rodeado del obispo y del clero del lugar. En ese mismo lugar se construyó luego una iglesia, donde se veneraron las preciadas reliquias del santo, nos informa el anónimo autor del siglo X.
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