(fr.: Gilduin).
Nació en Dol (Bretaña, Francia) en el seno de una familia de la nobleza; su padre era el señor de Dol y de Combour. Sus progenitores quisieron matrimoniarlo, pero se encontraron con la fuerte oposición de Gilduino que quería entrar en la vida eclesiástica. A la edad de 15 años fue ordenado diácono y luego nombrado canónigo de la catedral de San Sansón en Dol, por su tío el arzobispo de la ciudad; fue un devotísimo y serio canónigo.
Al morir su tío el arzobispo, le sucedio Johoneo, un obispo indigno y simoníaco y siete años después fue depuesto por los obispos de la región e intentaron que nuestro santo fuera el nuevo arzobispo. Pero, sintiéndose e indigno y demasiado joven (tenía 23 años) rechazó el cargo y marchó a Roma exponiendo sus razones al papa san Gregorio VII, que aceptó su decisión y nombro arzobispo a Evencio según le había sugerido Gilduino. Murió de unas fiebres mientras regresaba de Roma, en la abadía benedictina de Saint-Pierre-en-Vallée de Chartres; junto a su tumba se obraron muchos milagros. Sus reliquias reposan hoy en la catedral de Chartres. Tiene culto local.
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