Martirologio Romano: En Lacedemonia, del Peloponeso, san Nicón, monje, que después de una vida cenobita y eremítica transcurrida en Asia, trabajó con celo evangélico para llevar a la vida cristiana a los habitantes de la isla de Creta, recién liberada del yugo de los sarracenos, y luego recorrió Grecia predicando la penitencia, hasta que falleció en el monasterio de Esparta, fundación suya.
Nació en Ponto (actualmente Armenia) en el seno de una familia acomodada. En su juventud, se escapó de su casa y fue monje en el monasterio armenio de Khrysopetro (Piedra de Dios), donde hizo penitencia austera y humilde oración durante 12 años. La pureza de su amor a Dios hizo que sus superiores le enviaran a predicar la palabra de Dios como misionero, primero en Armenia y posteriormente en Creta, cuando fue liberada de los sarracenos; volvió a Grecia a predicar la penitencia, hasta que murió en el monasterio de Esparta, que había fundado; se le conoce como "metanoite" porque predicaba la "metanoia" (conversión), es decir la penitencia siempre fue el tema de su predicación.
A imitación de san Juan Bautista, iniciaba cada sermón con una llamada a la conversión y a la necesidad del sincero arrepentimiento y la penitencia. Enseñó que la oración ferviente, la mortificación, la limosna y la meditación sagrada eran necesarias para la conversión. La dulcura con la que Nicón recomendaba las máximas más severas del Evangelio, hizo que la fe cristiana fuera aceptada por los mismos musulmanes. Su palabra fue confirmada con muchos milagros.
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