Martirologio Romano: San Clemente I, papa y mártir, que dirigió la Iglesia de Roma en tercer lugar después de san Pedro Apóstol y escribió a los Corintios una célebre Epístola para restaurar la paz y la concordia entre ellos. En este día se conmemora la deposición de su cuerpo en Roma.
Nació en Roma. Discípulo de san Pablo, según una tradición muy antigua (Flp 4, 3). Tertuliano dice que era un judío convertido por san Pedro que le confirió el presbiterado y el diaconado. Era hijo de Faustino, un romano por nacimiento. Acompañó a Pablo a Roma, y Tertuliano nos dice que san Pedro lo ordenó obispo, por lo que algunos entienden que lo hizo obispo de las naciones, para predicar el Evangelio a muchos países; otros que lo nombró vicario de Roma, para gobernar la Iglesia durante su ausencia en sus frecuentes misiones. Ocupó el trono de Pedro desde el 88 al 97-101, en tercer lugar de la lista de los papas, después de san Lino. Conoció y trató a san Ireneo de Lyon y Eusebio de Cesarea, sus principales fuentes.
En Corinto, tuvo lugar entre los creyentes una profunda división, y una partida se reveló contra los presbíteros y quisieron deponerlos. Parece que poco después de la muerte de Diocleciano, y escribió una “Carta a los Corintios”, que se hizo famosa en la antigüedad: "Es preciso someterse con humildad; dejemos la soberbia, enemiga de la armonía. El gran artífice, el dueño del mundo, ha querido que todo sea ordenado, en una conformidad perfecta. La cabeza no es nada sin los pies; pero a su vez los pies serían inútiles sin la cabeza. Ni los grandes pueden existir sin los pequeños, ni los pequeños sin los grandes. Las ofrendas y ritos litúrgicos han de celebrarse, no a voluntad de cada uno y sin orden, sino en horas determinadas y conforme a lo ordenado por el maestro. Sigamos el canon venerable y glorioso de nuestra tradición, conservemos el muro fraterno de la caridad. Por ella subieron los santos a la perfección; sin ella nada es agradable a los ojos divinos".
La leyenda dice de él que el emperador Trajano le desterró al Quersoneso, a Crimea, después de ser acusado de brujería por haber convertido al cristianismo a Teodora, mujer de Sisinio, amigo del emperador Nerva; se le condenó a trabajos forzados en una cantera. Al final fue ahogado en el mar Negro con un ancla en el cuello. Se le atribuye la “Segunda Carta de Clemente” (que es la homilía más antigua de la Iglesia subapostólica), como las “Constituciones apostólicas”, es decir, la más grande compilación litúrgica y canónica de la antigüedad. El fue el que restableció el uso de la Confirmación según el rito de san Pedro y durante su pontificado se empezó a usar en la liturgia la palabra “Amén”.
Se le nombraba en la Plegaria Eucarística I, y su memoria está en Roma en la iglesia, que parece que se erigió sobre su casa. Santos Cirilo y Metodio, trasladaron sus reliquias de Crimea a Roma, donde hoy estan depositadas en la basílica de Santa Sofía, de Roma. Patrón de Crimea. MEMORIA FACULTATIVA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario