Rwanda presenta la evidencia física del Cielo profetizando sobre el futuro de la humanidad, ante el pecado que invade el mundo. Los videntes de Kibeho, muchos de ellos niñas estudiantes de un colegio religioso, fueron testigos de una profecía horrenda, que alertaba sobre algo que iba a ocurrir allí mismo.
APARICIONES:
María se aparecen entre 1981 y 1984 a siete jóvenes en una humilde aldea africana, en una zona con históricas tensiones étnicas entre los pueblos Hutu y Tutsi. María realiza revelaciones allí sobre el futuro de la humanidad.
Los jóvenes debían transmitir a todo el mundo un mensaje de penitencia, conversión, oración sincera y fe viva, unido al rechazo de los pecados de idolatría, fornicación e hipocresía.
Fue durante una aparición que duró ocho horas (en medio de los habitantes de la aldea que observaban azorados), que los jóvenes videntes comenzaron a gritar y llorar ante la visión que el Cielo les muestra: Según cuentan las chicas, la Virgen se presentó como "Madre del Verbo (En lengua local: "Nyina Wa Jambo"); tenía la piel oscura, invitó a la conversión, a la oración y al ayuno. Sólo en una ocasión (el 15 de Agosto de 1982) les mostró imágenes terribles; un río de sangre, personas que se mataban entre sí, cadáveres abandonados sin nadie que les diese sepultura…
“Un rió de sangre, muchos cuerpos abandonados y decapitados -
... En una visión que duró ocho horas, vieron imágenes aterradoras de personas matándose unas a otras, de cuerpos echados a los ríos. Vieron los cuerpos sin sus cabezas -- decapitados. Ellos lloraban y lloraban y los testigos a alrededor de los videntes se quedaron con una impresión inolvidable de temor y tristeza...”
Si Rwanda no regresaba a Dios, habrán "ríos de sangre". Alphonsine dice que la Virgen vino a preparar a la humanidad para la venida de su Hijo:
"El mundo está llegando a su fin. El regreso de Jesús está muy cercano... La Reina de los Angeles viene a aconsejarnos que nos preparemos para la venida de su Hijo. Tenemos que sufrir con Jesús, rezar y ser apóstoles para prepararnos para su venida"
María advierte alli que si Rwanda no se convierte, ésta profecía caerá sobre el pueblo.
María también le dijo a los videntes:
"Yo he venido a prepararle el camino a Mi Hijo, para vuestro bien, y ustedes no quieren comprender. El tiempo que resta es poco, y ustedes están como distraídos y ausentes. Están concentrados en las cosas de este mundo, que son pasajeras. He visto a muchos de mis hijos perderse, y he venido a mostrarles el camino verdadero".
LOS VIDENTES:
El 28 de noviembre de 1981, en el comedor de la escuela de Kibeho, Alphonsine Mumureke, oyó una voz que la llamaba: "Hija mía". Se dirigió hacia el pasillo y vio a una bella mujer. La describe así: "Tenía un vestido blanco sin costuras y en la cabeza un velo también blanco. No sabría definir el color de su piel, pero era de una belleza incomparable. Tenía las manos juntas a la altura del pecho, con los dedos hacia el cielo". La joven le preguntó: "¿Quién eres?". La respuesta fue: "Yo soy la Madre del Verbo".
La experiencia se repitió al día siguiente, domingo 29 de noviembre, y durante el mes de diciembre, cada sábado, siempre en el comedor o en el patio de la escuela. La primera reacción de los profesores y alumnas fue de escepticismo. Nadie le creía. Sus compañeras afirmaban que la oían hablar en otros idiomas como francés, inglés, kinyarwanda y otros, que no conocían. Muchos la ridiculizaban. Pero poco después otras jóvenes afirmaron haber tenido también apariciones de la Santísima. Según Alphonsine, la Virgen vino a Kibeho para preparar a la humanidad para la venida de su Hijo. Alphonsine siguió teniendo apariciones durante un período de varios años y afirmaba tener un secreto, confiado a ella por la Virgen, el cual no debía revelar hasta que Ella no se lo indicara. La última aparición a Alphonsine tuvo lugar el 28 de noviembre de 1989, a los siete años de la primera.
En enero de 1982, fue Nathalie Mukamazimpaka, una joven de 18 años, muy equilibrada y tranquila, quien vio a la Virgen, casi por 2 años, hasta el 3 de diciembre de 1983.
La tercera fue Marie Claire Mukamgango, de 21 años. Vió a la Virgen de marzo a septiembre del 1982. Antes no creía en las apariciones. La Virgen le dió la misión de difundir el Rosario de los Siete Dolores de María. (Ella murió en la masacre).
Otros cuatro jóvenes videntes no fueron incluidos en la aprobación eclesiástica
Cuatro jóvenes de Kibeho dijeron que también veían a la Virgen en diferentes ocasiones, pero solo han recibido aprobación oficial las apariciones a las tres arriba mencionados.
Entre las muchachas que reportaron ver la Virgen había una joven musulmana que se convirtió y bautizó. También un joven pagano llamado Sagstashe, quien después de las apariciones se convirtió tomando el nombre Emmanuel. A Emmanuel, Jesús se le apareció en el campo en julio del 1982 y le enseñó el Padre Nuestro y el catecismo. El nunca antes de las apariciones había estado en una iglesia.
Los videntes empezaron a tener apariciones de Jesús y María en forma independiente, conformando un grupo a partir del paso del tiempo y ante la guía que la propia Madre Celestial les brindaba. Con el paso del tiempo, los videntes empezaron a tener apariciones colectivas en medio del pueblo de la aldea de Kibeho, que observaba como entraban en estado de éxtasis ante la visión de María.
Las apariciones terminaron para seis de los videntes en 1983 y solo Alphonsine continuó teniendo apariciones, una vez al año el 28 de noviembre. La última fue en 1989 de esa fecha.
Las advertencias se cumplen:
Entre 1994 y 1995 se desató una masacre en Ruanda por la guerra tribal entre los hutus y los tutsis. Fue un verdadero holocausto que hizo titulares en todos los periódicos del mundo. En pocos meses murieron unas 800.000 personas asesinadas. Entre las víctimas, 3 obispos y mas de 400 sacerdotes y religiosos. No se sabe el paradero de todos los videntes. Se dice que la familia de Alphonsine fue asesinada y ella pudo refugiarse en Zaire. Se piensa que Marie Clarie, Emmanuel y otros videntes fueron asesinados. Miles de cadáveres yacían sin sepultura por todas partes, muchos de ellos decapitados; cientos de cadáveres fueron echados al rió Kagera ensangrentando sus aguas. ¡La Virgen lo advirtió!
Los mensajes no añaden nada a la doctrina de la Iglesia, pero son de gran importancia porque La Virgen viene a despertarnos, a advertirnos, para que vivamos la fe y cooperemos con ella en la salvación del mundo....
RECONOCIMIENTOS:
El 15 de agosto de 1988, el obispo de la diócesis de Butare, dentro de la cual está Kibeho, Mon. Jean Baptiste Gahamanyi aprobó la devoción pública, mediante la dedicación del Santuario de Kibeho a "Nuestra Señora de los Dolores".
En 1990, durante la visita al país africano, Juan Pablo II exhortó a los fieles a mirar a la Virgen como una guía sencilla y segura, pidiendo un mayor empeño contra las divisiones locales, políticas y étnicas.
El 29 de junio del 2001, durante una Eucaristía en la catedral, concelebrada con todos los obispos de Rwanda y el nuncio apostólico, Salvatore Pennacchio, el obispo de Gikongoro, Augustín Misago, en cuya jurisdicción se encuentra Kibeho, declaró solemnemente como creíbles las afirmaciones de tres de las videntes: Alphonsine Mumureke, Nathalie Mukamazimpaka y Marie Claire Mukangango. La aprobación NO incluye a los demás videntes ni a las apariciones posteriores a 1983. Tampoco se aprobaron las apariciones de Jesús. Se toman en consideración sólo las apariciones públicas, en presencia de testigos.
La proclama del obispo dice: “Sí, la Virgen María se ha aparecido en Kibeho el día 28 de noviembre de 1981 y en el curso de los seis meses siguientes. Hay más razones para creerlo que para negarlo”.
El Vaticano publicó la declaración del Arzobispo Misago el 29 de junio del 2001, lo cual es un signo del apoyo del la Santa Sede a las apariciones de Kibeho.
Persecución a la Iglesia en Rwanda:
La Iglesia de Rwanda aprueba la aparición en medio de una persecución iniciada por el gobierno local contra la Iglesia. En mayo de 2001 el Obispo Monseñor Misago (quien reconoció las apariciones) es encarcelado por el gobierno rwandés, acusado de haber participado en la masacre de 1994.
El gobierno ruandés había intentado transformar 13 iglesias católicas en monumentos conmemorativos del genocidio, cerrándolas al culto, pero la firme oposición de la Iglesia hizo que desistiera de su decisión. El santuario de Kibeho se convertirá en centro fundamental de conversión, de expiación de los pecados y de reconciliación.
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