Martirologio Romano: En Paracuellos de Jarama, Madrid, España, beatos Francisco José Marín López de Arroyave, Justo Juanes Santos, Valentín Gil Arribas y Anastasio Garzón González, religiosos de los Salesianos de Don Bosco, mártires.

En estos pocos años, este salesiano coadjutor destacaría por su celo apostólico en las dos casas a las que estuvo destinado, sobre todo en la de Atocha.
Don Francisco José fue detenido el mismo día 19 de julio en la esquina de la calle José Antonio Armona, junto al colegio. Le condujeron primero a la Dirección General de Seguridad y, a los tres días, le recluyeron con otros salesianos y antiguos alumnos en la cárcel Modelo. Allí permaneció hasta la madrugada del 7 al 8 de noviembre que fue sacado para ser “trasladado” a la cárcel de Alcalá. Nunca llegó pues le fusilaron el día 8 de noviembre a las diez y media de la mañana, en Paracuellos del Jarama. Aunque la primera fecha que se dio de su muerte fue el día 9 de noviembre, no parece exacta, pues las “sacas en masa” se interrumpieron el día 8. Tampoco está comprobada la existencia de expediciones numerosas el día 9 de noviembre.

Cuando, entre el 19 y 20 de julio, los salesianos de la comunidad de Atocha se vieron obligados a marcharse del colegio, don Justo se refugió en una pensión de la calle Fuencarral, 154. Fue detenido el 9 de octubre. Después de pasar la noche en la Dirección General de Seguridad, ingresó en la cárcel Modelo. De allí, el clérigo trienal pasó a la cárcel de San Antón, donde permaneció hasta que, junto con otros dos salesianos, Anastasio Garzón y Valentín Gil, salió para ser fusilado en Paracuellos del Jarama el día 28 de noviembre de 1936. Los tres partieron hacia la muerte con gran firmeza de ánimo, según un testigo presencial.

Eran características de don Valentín, el espíritu de trabajo y una caridad que dejaba siempre contentos a los hermanos. En verano, con gusto iba a alguna de las casas en que había colonias escolares. Sencillo y bueno, no se retraía de pedir perdón, cuando su genio vivo, le hacía excederse.
El 18 de septiembre de 1936 ingresó en la cárcel Modelo donde permaneció hasta que, el 16 de noviembre, fue trasladado a la prisión de San Antón. Los tribunales populares le condenaron por ser religioso y once días más tarde, el 27 de noviembre, el delegado de Orden Público firmaba una irónica y trágica “orden de libertad” para 46 presos de dicha cárcel, entre ellos don Valentín Gil. El día 28, “cumplimentada” esta orden, los cuarenta y seis presos incrementaban el número de fusilados en una de las tétricas expediciones a Paracuellos del Jarama.

Luego del asalto al colegio, la tarde del día 19 de julio, este coadjutor salesiano de la casa de Atocha se refugió durante unas horas en casa de un antiguo alumno. Seguidamente pasó al domicilio de otro conocido del colegio, que también se vio obligado a abandonar dos días después, debido a varios registros del mismo practicados por milicianos. El día 27 de julio llegó a la pensión Asturiana, en la calle Abada, 10, pidiendo albergue. Allí le detuvieron dos hombres armados, el 7 de septiembre, por ser salesiano. Fue llevado a la Dirección General de Seguridad y recluido en los calabozos hasta que, a las cinco de la madrugada, salió de allí camino de la cárcel Modelo. Todavía sufrió don Anastasio otro traslado a la cárcel de San Antón el día 16 de noviembre. Le instalaron en una de las grandes galerías, donde estuvo hasta el día 28 del mismo mes. Salió para la muerte en una de las sacas de presos asesinados en Paracuellos del Jarama, el día 28 de noviembre de 1936.
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