3 de octubre de 2014

San UTO u OTÓN. (c.750 - c.820).


Martirologio Romano: En el monasterio de Metten, en Baviera, beato Uto u Otón, fundador y primer abad.

Nació en Milán y parece que fue bautizado por san Gamelberto, párroco de Michaelsbuch en Baviera, que estaba de paso en Milán durante su peregrinación a la tumba de los Apóstoles en Roma. El beato Gamelberto en su viaje de regreso, como hubiera presagiado la santidad del pequeño Uto, le pidió a sus padres que se lo confiaran, para darle al niño instrucción y formación religiosa. Los padres aceptaron y después de un tiempo, al llegar a la adolescencia, Uto se marchó con su padrino Gamelberto, por quien fue educado en el sacerdocio, sucediéndole después de su muerte (800) en la parroquia de Michaelsbuch, donde se quedó durante muchos años, desarrollando con fervor su ministerio. 
Apenado al ver las malas costumbres del pueblo, que no querían cambiar y para huir de los ecos de la guerra que amenazaban Baviera, deseó vivir en soledad, para lo cual se retiró a un bosque situado en la orilla izquierda del Danubio, estableciéndose  junto a una fuente seca, que según la tradición comenzó a manar prodigiosamente por sus oraciones; fuente que en su honr será llamada “Uttobrunn”. Aquí construyó una pequeña celda, donde vivió en oración y rigurosa penitencia, sin dejar de llevar la palabra de Dios a los vecinos.
La fama de su santidad se difundió por toda la región y Uto fue considerado un hombre de Dios. Parece que Carlomagno, un día mientras cazaba en el bosque, se encontró con Utto, quedando maravillado ante el hecho de que tenía colgada su hacha en un rayo de sol; el emperador le dijo que si tenía algún deseo él se lo cumpliría. Utto le pidió que en aquel lugar fuera construido un monasterio en honor de san Miguel, según la regla benedictina; así en Metten, cercana a Deggendorf en Baviera inferior, surgió en el 792 el monasterio solicitado, el mismo Carlomagno nombró a Uto como su abad. Fundó y dirigió el monasterio benedictino de Metten en Baviera (Flavigny). 
Parece que los monjes de la nueva comunidad llegaron del monasterio de Reichenau, el abad supo ser modelo de padre, cultivando la perfección religiosa. Utto murió en este monasterio y fue sepultado en la iglesia conventual; su tumba pronto fue meta de peregrinos.

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