3 de octubre de 2014

Santos EWALDO “el Negro” y EWALDO "el Blanco". M. c. 695.


Martirologio Romano: En Sajonia, en la actual Alemania, dos santos mártires de nombre Ewaldo, el primer conocido como el Negro, el otro como el Blanco: sacerdotes de origen inglés, formados bajo el ejemplo de san Willibrordo y de sus compañeros, pasaron a Sajonia y, cuando comenzaron a predicar a Cristo, fueron capturados por los piratas, sufriendo el martirio

San Willibrordo y sus once compañeros empezaron la evangelización de Frisia en el año 690. Poco después, dos sacerdotes de Nortumbría siguieron el ejemplo de los misioneros y partieron a predicar el Evangelio a los sajones de Westfalia. Ambos habían pasado algún tiempo en Irlanda dedicados a las ciencias sagradas y los dos se llamaban Ewaldo. Para distinguirlos, el pueblo los apodaba "el Blanco" y "el Negro", por el color de sus cabellos. 
El primero era más versado en la Sagrada Escritura, pero ninguno de los dos cedía ante el otro en devoción y celo. Ambos sacerdotes llegaron a Germania hacia el año 694. Ahí conocieron a cierto personaje que se empeñó en presentarles a su señor, porque los misioneros llevaban algunas noticias que podían interesarle. Dicho Señor feudal los alojó en su casa durante varios días. Los misioneros aprovecharon ese retiro para hacer oración, cantar salmos e himnos y celebrar diariamente el Santo Sacrificio.
Al ver los bárbaros la conducta de los dos predicadores, temerosos de que persuadieran a su señor para que renegase de sus dioses y se convirtiese a la nueva religión, decidieron asesinarlos. A Ewaldo el Blanco le degollaron sin más ni más en donde lo encontraron. En cambio, a el Negro le atormentaron largamente con inaudita saña y, antes de matarle, le arrancaron los miembros uno a uno. 
Cuando el señor del lugar se enteró de lo sucedido, montó en cólera porque los bárbaros procedieron por su cuenta y ejecutaron a los monjes sin haberles presentado a su juicio. Como represalia, el señor feudal mandó ejecutar a los culpables e incendió la aldea. Los cuerpos de los mártires habían sido arrojados al rio, pero fueron descubiertos gracias al fulgor que despedían. Un monje inglés, llamado Tilmón, recibió aviso de lo que significaba aquel fulgor sobrenatural y les dio honrosa sepultura. San Beda dice que se trataba del río Rin, pero la tradición sitúa el martirio en Aplerbecke, sobre el Embscher, que es un afluente del Rin en las proximidades de Dortmund. 
El culto de los dos Ewaldo se popularizó inmediatamente. El rey Pipino mandó trasladar las reliquias a la iglesia de San Cuniberto, en Colonia, donde reposan todavía. El Martirologio Romano menciona a los dos Ewaldo, que son patronos de Westfallia. San Norberto consiguió algunas reliquias de estos mártires para los premonstratenses, en 1121 y dichos religiosos celebran la fiesta de estos santos.

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