Santa Tabita. s. I.

San Frontón de Périgueux. s. II.
Martirologio Romano: En Périgeux, de Aquitania, san Frontón, considerado como el primer anunciador del Evangelio en esta ciudad.
Junto con Jorge. Fueron apóstoles de Périgueux en un periodo impreciso; leyendas privadas de valor, han oscurecido completamente su verdadera historia. Parece que fue el primer obispo de Périgueux y apóstol de la región de Périgord cuya leyenda es una mezcla de episodios copiados de la correspondiente a su homónimo, san Frontón de Egipto y de la de su vecino, san Marcial de Limoges. Parece que murieron mártires. Patrón de Périgueux.
Santos Mauro y Beneria. s. II.
Eran matrimonio que fueron decapitados en Cerdeña por odio a la fe cristina, durante la persecución de Trajano. Son venerados en Cerdeña y se conoce muy poco sobre su vida.
Martirologio Romano: En Florencia, ciudad de la Toscana, san Miniato, mártir.
Según la leyenda era un rey armenio que estaba de visita en Florencia, durante la persecución de Decio. Rehusó sacrificar a los dioses y fue torturado y martirizado. La realidad es que fue el primer mártir florentino. Patrón de Florencia.
Al final del siglo X, al hallarse un sepulcro, a poca distancia de Ivrea, sus restos fueron trasladados a la catedral de la ciudad y sobre sus reliquias se entretejió toda una leyenda. Se le presumió como uno de los soldados pertenecientes a la Legión Tebana, que logró huir a la masacre de Agauno (Suiza), pero fue localizado y decapitado en el camino que lleva a Montaldo en el Piamonte italiano. Su mismo nombre “Tegulo”se refiere al material de construcción de las tumbas de la época romana, y podría haber sido atribuido a un individuo inhumado del cual no se conocía la identidad. Venerado en la ciudad de Ivrea (Italia).
Santos Martirio y Marciano. M. 351.
Martirologio Romano: En Constantinopla, santos Martirio, subdiácono, y Marciano, corista, ejecutados por los arrianos bajo el emperador Constanzo.
El subdiácono Martirio y el corista Marciano fueron martirizados en Constantinopla, durante el gobierno del patriarca arriano Macedonio, acusados de sedición; todo fue un montaje para matarlos.
San Hilario de Javols. M. 540.
Martirologio Romano: En el territorio de Gevaudan, en la Galia, san Hilario, obispo de Javols.
Nació en Mende, se bautizó siendo ya adulto; fue ermitaño en las orillas del Tarn, luego monje en Lerins y obispo de Javoulx, cerca de Mende. Asistió al concilio de Auvergne, en el 535, y fundó el monasterio de Canourgue.
Al inicio del siglo VI, desde Bretaña, Canna pasó a Gales, junto con su marido san Sadwrn, con su hijo, Crallo, y con su tío, san Cadfano. El motivo de este traslado fue quizás por las invasiones de los francos, o por los constantes intercambios que se producían entre Inglaterra y el continente. Muerto san Sadwrn, Canna se casó de nuevo con un noble del lugar, Gallgu Reiddog o Alltu Redegog, del que tuvo a sus hijos: Tegfan y san Elian conocido como “Geimiad”, “visitador de lugares santos, peregrino”. Cada uno de estos santos ha dejado su propio nombre en varias localidades, especialmente san Elian que goza de un culto particularmente vivo en la isla de Mona.
San Cleto de Tívoli. s. XI.
Las pocas noticias que tenemos provienen de las Actas de san Pedro de Trevi, donde se cita que san Pedro, eremita itinerante y predicador, fue durante dos años discípulo del diácono Cleto en Tívoli; después cuando Cleto pensó que Pedro ya estaba bien preparado, lo presentó al obispo de Tívoli, Gregorio, que le impuso la tonsura eclesiástica y una cruz de hierro, encargándole predicar en los pueblos de la región.
Las reliquias de san Cleto se conservan en la catedral de Tívoli y su culto está limitado a esta diócesis.
San Mauro de Pécs. M. c. 1070.
Martirologio Romano: En la ciudad de Pécs, en Hungría, san Mauro, obispo, que, hombre de sólida formación eclesiástica, fue monje y abad del monasterio de San Martín de Pannonhalma.
Abad benedictino que, san Esteban de Hungría invitó a su reino; fue miembro de la comunidad de Pannonhalma hasta 1036, cuando fue elegido obispo de Pécs. Se distinguió como hagiógrafo. Escribió las biografías de los beatos Andrés Zoerard y Benito de Skalka.
Ludovico de Arnstein. Beato. M. 1185.

El doble monasterio no tuvo larga vida: las religiosas canonesas pronto se trasladaron a Gommersheim, diócesis de Maguncia: en este monasterio murió Ludovico con fama de santidad. Sus restos fueron trasladados a Arnstein. El culto público de Ludovico fue concedido a la Congregación de los Premostratenses en España, practicamente separada del resto de la Orden desde el siglo XVI; esta Congregación se disolvió al inicio del siglo XIX y con ella cesó el culto público a Ludovico de Arnstein.
Catalina de Bosnia. Beata. (1424 - 1478).
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En 1463, Bosnia fue conquistada por los turcos, y sus hijos para salvar su vida se hicieron musulmanes. Catalina, que se había quedado viuda ese año, huyó y fijó su residencia en Roma donde se hizo Terciaria franciscana seglar y donde llevó una vida de gran piedad, penitencia y buenas obras. Fue acogida en Roma con gran honor por el papa Pío II. Gozó de la estima y consideración de los pontífices Pablo II y Sixto IV. A su muerte en Roma, dejó su reino en feudo de la Santa Sede, con la clausula que si su hijo Segismundo, prisionero por los turcos, una vez liberado regresara al cristianismo, él debía ser el rey de Bosnia. Su culto es popular y nunca ha sido confirmado por la Iglesia.
Santos Gabino, Proto y Genaro. M. c. 130. Mártires en Puerto Torres (Cerdeña). (Ver) 30 de Mayo.
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