Martirologio Romano: En Borgo Sant’Antonio, del Piamonte, muerte del beato Tadeo Machar, obispo de Cork y Cloyne, en Irlanda, que, víctima de las envidias de los poderosos, hubo de salir de su país y, de viaje hacia Roma, descansó en el Señor.
Nació en Cork, Irlanda, del clan de los Mac Carthy; se educó con los franciscanos de Kilcrea y luego pasó a París para estudiar en la universidad. Fue ordenado sacerdote.
Todavía no tenía 30 años cuando fue consagrado obispo de Ross en el condado de Cork, por el papa Sixto IV, creyendo que estaba vacante aquella sede (1482), pero en realidad esto no había sucedido, sino que desde hacia 9 años estaba ocupada por Otón O’Odriscoll, que había sido consagrado en Roma.
Tadeo llegó a su diócesis y al encontrarla ocupada, en vez de retirarse, acudió al brazo secular para recuperarla, así que expulsó a Otón de su sede. El arzobispo metropolitano de Cashel y sus sufragáneos, así como el cabildo catedral de Ross, acudieron al papa Sixto IV, que les dio la razón, porque él había obrado por ignorancia, y por tanto declaro el nombramiento de Tadeo, nulo; además lo excomulgó, por haber acudido al brazo civil, en 1483.
Tadeo había actuado de buena fe, pero pensando que el nombramiento de Otón había sido ilegítimo en su origen, siguió ocupando su puesto, pero el papa Inocencio VIII le renovó la excomunión en 1488. Tadeo fue a Roma a exponer sus razones al Papa, el cual, pensando que los dos obispos tenían razón, decidió levantarle la excomunión a Tadeo, nombrarle abad comendaticio de Maure en el condado de York en 1488, y luego le nombró obispo de Cork y Cloyne, dejando a Otón en Ross.
Vuelto a Irlanda se encontró que el partido de los Fizgerald, al que pertenecía el dimitido obispo que él sustituía, era enemigo de su clan familiar y no querían que Tadeo ocupara su puesto. Por tercera vez se trasladó a Roma, para hablar con el papa Inocencio VIII que lo acogió favorablemente en 1492, excomulgando a todos los que se opusieran a Tadeo. Con este documento se puso en camino hacia Irlanda y al llegar a Ivrea, iba vestido de peregrino, y sin ninguna insignia episcopal, vistiendo pobremente, fue acogido por los canónigos regulares de San Bernardo, en una pequeña población que ahora se llama Borgo San Antonio, y esa misma noche murió, sin que supieran quien era, hasta que descubrieron que era un obispo, y que en su tumba se producían muchos milagros. León XIII aprobó su culto en 1895.
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