Martirologio Romano: En Lviv, de Ucrania, beato Román Lysko, presbítero y mártir, que durante la persecución contra la fe, siguiendo de cerca las huellas de Cristo, por su gracia llegó al reino celestial.

En 1946, el gobierno soviético, que había anexionado esa parte de Polonia al estallar la II Guerra Mundial, suprimió la iglesia greco-católica y obligó a sus obispos, sacerdotes y fieles a pasar a la ortodoxia y Román se negó. Los Lysko se refugiaron en su pueblo natal. A pesar de todo, Román seguía ejerciendo su ministerio pastoral sin crearse problemas. Bautizaba en el patio de la casa y celebraba bodas en el bosque, decía misa en los pueblos, en las casas de los fieles, con las ventanas cerradas, junto a una mesa con vodka para hacer creer que era una fiesta entre amigos, en caso de que irrumpiera los agentes de la NKVD (la policía secreta de Stalin).
En 1949, fue arrestado y llevado a la cárcel de Lviv para prisioneros políticos. Su mujer lo iba a visitar a la cárcel, hasta que en 1950, se dio cuenta que su marido estaba seguramente muerto. Le dijeron que su marido había muerto por paro cardiaco. Otros dicen que fue torturado y colocado en una rejilla incandescente. Según otra versión, fue encerrado vivo entre cuatro paredes cerradas con cemento.
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