5 de septiembre de 2014

Santos PEDRO NGUYEN VAN TU y JOSÉ HOANG LUONG CANH. M. 1838.


Martirologio Romano: En Ninh Tai, en Tonkin, santos mártires Pedro Nguyen Van Tu, presbítero de la Orden de Predicadores, y José Hoang Luong Canh, médico, decapitados por quienes odiaban el nombre cristiano.

Pedro nació en 1796, desde niño se distinguió por su carácter humilde y afable. Fue ordenado sacerdote a los 30 años y poco tiempo después ingresó en la Orden dominica; hizo la profesión en 1827. Cuidó diversas parroquias y su ministerio fue muy provechoso. Aseguraban sus contemporáneos que: “Fue tan asiduo a la oración y adquirió tal hábito de orar, que siempre estaba ocupado en tan santo ejercicio”.
Fue traicionado y apresado; confesó ante los jueces: “Soy sacerdote y de ningún modo pisaré este adorable signo de la redención. Si he de morir estoy dispuesto a sufrir la muerte”. En el espacio de tres meses fue interrogado y torturado varias veces. Fue hacia el lugar del suplicio vestido con su hábito religioso. En la sentencia condenatoria se decía: “Ha seguido la falsa religión de Jesucristo, haciendo daños insoportables. Cuando se le ha examinado, ha confesado la verdad. Acatamos, pues la sentencia que le condena a ser decapitado”. 
Murió junto con José Hoang Luong Canh. Cinco seglares que pertenecían a su distrito fueron condenados al destierro, pero una intervención personal del emperador Minh-Manh hizo que se reabriera su causa y fueran condenados amuerte, en 1839, por estrangulamiento. Todos pertenecían a la comunidad cristiana de Ké-Mot. Sus nombres son: Tomás Nguyen Van De, Francisco Javier Ha Thong Mau, Agustín Nguyen Van Moi, Domingo Bui Van Uy y Esteban Nguyen Van Vinti

José nació en 1763, era un médico vietnamita que ejerció su trabajo en el poblado de Tho-Ha, allí difundió la misericordia y bautizó a los niños moribundos. Fue Terciario Dominico. Fue también catequista. Contaba 75 años cuando fue detenido mientras intentaba escapar de la persecución; compartió la cárcel con el padre Pedro Nguyen Van Tu; fue torturado varias veces por negarse a pisar el crucifijo. En los interrogatorios dijo: “Ruego que pronunciéis mi sentencia, para que pueda morir con mi sacerdote el padre Tu, y de esta suerte, me alegrare sobremanera”. Fue decapitado. 

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