Martirologio Romano: En Soto de Aldovea, Torrejón de Ardoz, Madrid, España, beato Serviliano Riaño Herrero, clérigo profeso de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, muerto en tiempos de la Guerra Civil por venerar el nombre de Cristo.
El 22 de julio de 1936 fue detenido con todos sus hermanos de comunidad, en Pozuelo. De modo no del todo inesperado y siempre violento, el convento fue convertido en cárcel. De ella fue sacado Serviliano con sus compañeros de prisión hasta la Dirección General de Seguridad, situada en la Plaza del Sol, centro de Madrid. Liberado al día siguiente, comienza una vida en clandestinidad con algunos de sus compañeros, hasta que el día 15 de octubre, en una redada de búsqueda y captura, fue de nuevo detenido y encarcelado.
El 7 de septiembre de 1936 oye su nombre entre los que son llamados a ser “puestos en libertad”. Consciente de lo que esto significaba y preparado para aceptar el sacrificio de la oblación cruenta que Dios le depara, llama al P. Mariano Martín o.m.i. por la mirilla de la celda. Le pide y recibe la absolución. Con ánimo decidido sube a la camioneta que le trasladará hasta Soto de Aldovea, lugar cercano a Paracuellos. Allí fue martirizado.
Su hermana da testimonio: “Cuando volvió, a mi madre le contó sólo algunas cosas, pero a mí me dijo que le habían dicho cómo había muerto: le ataron por el brazo con otro, le ataron las manos a la espalda, le cortaron sus partes, le dieron un tiro y cayó en la zanja con todos. Lloraba mi padre al contármelo. A la vez manifestaba su gran convicción de que su hijo era mártir”. Fue beatificado por Benedicto XVI el 17 de diciembre de 2011.
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