Martirologio Romano: Memoria de Santa María Virgen Reina, que engendró al Hijo de Dios, príncipe de la paz, cuyo reino no tendrá fin, y es saludada por el pueblo cristiano como Reina del cielo y Madre de misericordia.
Esta festividad, instituida por Pío XII en 1955, el 31 de mayo, ha sido trasladada al día octavo de la Asunción para subrayar el vínculo de la realeza de María con su glorificación corpórea, como afirma la constitución "Lumen gentium": "María fue asunta a la gloria celestial y fue ensalzada por el Señor como reina universal con el fin de que se asemejase de forma más plena a su hijo".
En algunas iconografías antiguas, a partir del siglo IV, junto al Cristo "Pantocrátor" (rey-soberano) se encuentra representada con frecuencia la madre, que en la Edad Media recibió el título de reina en muchos himnos que todavía siguen cantándose hoy ("Salve Regina", "Regina, coeli", "Ave Regina caelorum").
Aunque la sensibilidad del hombre contemporáneo sea menos propensa a considerar este título por las evoluciones culturales y políticas superadas; aunque se tienda a sustituir la mariología "de los privilegios" por la mariología "del servicio", no se puede negar que junto al título de Cristo rey (renovado ahora en su sentido escatológico al final del año litúrgico), el fundamento de este título real de la "madre del Señor" es bíblicamente seguro. María es reina porque es madre del Rey de los reyes (Is.9,1-6). En el capítulo 12 del Apocalipsis dice: "Y apareció una Mujer que tenía la luna como escabel de sus pies y estaba coronada con doce estrellas". MEMORIA OBLIGATORIA.
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