Martirologio Romano: En San Severino Marche (Septémpeda), también en la región de Piceno, santa Margarita, viuda.

Fue dada como esposa a un hombre que la maltrataba, y lo soportó con paciencia ejemplar durante muchos años. Tuvo una hija a la que educó con amor. Al quedarse viuda se dedicó a las obras de piedad, a la penitencia y al servicio de los pobres. Fue muy devota de la Eucaristía y se pasaba las noches delante del Santísimo. Para imitar la Pasión de Cristo, se infligía terribles penitencias: caminaba descalza por las calles de la ciudad (de allí que se la llame Margarita "la descalza"), llevaba cilicio y dormía sobre un lecho de ramas apoyando su cabeza sobre una piedra. Soportó una larga y dolorosa enfermedad con gran fe y resignación. Murió en San Severino Marche, Ancona. Su cuerpo reposa en la iglesia parroquial de Cesolo. Su culto es popular.
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