Martirologio Romano: En la fortaleza de Schemaris junto a la orilla del río Tzkhenis Dsqali en las montañas del Cáucaso, tránsito de san Máximo el Confesor, abad de Crisópoli cercano a Constantinopla: insigne por la doctrina y celo por la verdad católica, que por haber combatido hasta la extenuación contra la herejía monotelita sufrió del emperador herético Constante la amputación de la mano derecha; junto a dos discípulos ambos de nombre Anastasio, fue después encerrado en una dura cárcel y sufrió numerosas torturas, en la región de Lesghistan, donde rindió el espíritu a Dios.

Se opuso firmemente a las herejías monotelitas, monofisitas y monoenergismo y sostuvo la autoridad del obispo de Roma; en el 645, se opuso al patriarca de Constantinopla, Pirro, que era monotelista, y le hizo volver a la fe de calcedoniana, después de rebatirle todos sus argumentos. En el 649, huyendo de la invasión islámica, llegó a Roma para participar en el concilio de Letrán, del que fue su máximo inspirador, convocado por el papa san Martín I, para condenar el monotelismo y los decretos del emperador en favor de la herejía; permaneció allí durante algunos años, hasta que en el 655, por orden del emperador monotelita Constante, fue apresado, junto con el papa san Martín y llevados a Constantinopla, donde fueron mutilados y exiliados. El Papa murió en el 655, exiliado en el Quersoneso.
Máximo fue acompañado de sus dos discípulos, el monje san Anastasio, y el otro san Anastasio, llamado "Apocrisiario" (embajador), después de grandes disputas, no lograron que se uniera a la herejía y con sus discípulos, fue exiliado a Byzya, en Tracia, separándole de sus dos amados discípulos. Como no consiguieran doblegarle para que se uniera a la Iglesia de Constantinopla, renunciado a la primacía de Roma, lo exiliaron a Pérbera, donde se encontraba su amigo el monje Anastasio. En el 658, fue llevado de nuevo a Antioquía, con intención de nuevo doblegarle su obediencia a la primacía de Roma, y defensa de la fe calcedonense, pero no consiguieron nada. Fue ordenado que se le cortase el brazo derecho, a él y a sus dos discípulos, se les arrancó la lengua y fueron desterrados cerca de Batum en Transcaucasia donde murió.
Su gran valor en defensa de la ortodoxia calcedonense le valió el título de "el Confesor". Fue un prolífico escritor teológico y ascético. Escribió una gran cantidad de “Opuscula thológica et polemica”, los “Ambigua”, las “Quaestiones ad Thalassium”, los “Capita de caritate” y el “Liber asceticus”. En el 680, en el Concilio Ecuménico de Constantinopla se rehabilitó la memoria de Máximo así como la fe calcedonense. Su festividad se celebra junto a la de sus dos compañeros.
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