11 de agosto de 2015

San ALEJANDRO "el Carbonero". M. 270.


Martirologio Romano: En Comana, en el Ponto, san Alejandro, de sobrenombre Carbonero, obispo, que a partir de la filosofía alcanzó la eminente ciencia de la humildad cristiana y, elevado por san Gregorio Taumaturgo a la sede episcopal de aquella Iglesia, fue célebre no sólo por su predicación, sino también por haber sufrido el martirio por el fuego.

Parece que su vida empezó, cuando el obispo de Neocesarea, san Gregorio el Taumaturgo, fue a la ciudad de Comana, con la intención de organizar la comunidad cristiana; cuando llegó el momento de elegir al obispo, algunos cristianos como broma, dijeron que se eligiese al carbonero Alejandro; san Gregorio, vio en ello un signo de la Providencia, y mandó llamarlo. Al llegar Alejandro al lugar, les contó que él era de buena familia, pero que, por penitencia, había elegido el oficio de carbonero. 
Fue el primer obispo de Comana; fue sabio y prudente, grave y paternal, consuelo de pobres, alivio de enfermos, apoyo de vacilantes y fuerza para el fervoroso; elocuente y sencillo, más tosco que elegante, pero claro y sereno al reprimir los vicios. Cuando llegó la persecución de Decio, se reavivó en Comana la antigua exigencia cristiana. Y mientras san Gregorio tuvo que huir con los suyos a esconderse en los desiertos porque no se fiaba de sus ovejas -bien las conocía y las sabía faltas de raíces profundas- tan fácilmente convertidas y bautizadas, su amigo y vecino Alejandro el Carbonero daba su vida heróicamente por Jesucristo en un ejercicio de sublime renunciamiento; murió en la hoguera.

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