Martirologio Romano: En Chalons, en la Galia Bélgica, san Memmio, al que se venera como primer obispo de esta ciudad.
Predicó durante la segunda mitad del siglo III en la región de Châlons-sur-Marne, Bélgica; fue el fundador y el primer obispo de esta sede; la leyenda que le hace discípulo de san Pedro, es hoy rechazada. San Gregorio de Tours lo ensalzó por su poder taumatúrgico. Está sepultado en el pueblo de Saint-Memmie. Patrón de Châlons.
San Emigdio de Ascoli. M. 303.
Martirologio Romano: En Áscoli, en el Piceno, de Italia, san Emigdio, al que se venera como primer obispo de esta ciudad y como mártir.
Primer obispo de Ascoli Piceno, en las Marcas de Ancona. Fue enviado por el papa san Marcelino a predicar el evangelio a esta zona donde murió decapitado. Su leyenda no tiene ningún valor desde el punto de vista histórico.
Según la leyenda, Emidgio era un alemán originario de Tréveris. Después de su conversión al cristianismo, se transladó a Roma, en la época del Papa Marcelo I. Lleno de celo por la fe, Emidgio entró en un templo pagano y derribó una estatua de Esculapio. Ello enfureció tanto a los paganos, que el papa Marcelo, para proteger a Emigdio, le ordenó sacerdote, le consagró obispo y le envió a evangelizar el territorio de Ascoli Piceno. Allí trabajó el santo con gran éxito y logró numerosas conversiones. Fue decapitado durante la persecución de Diocleciano, junto con los santos Eupolo, Germán y Valentín. Patrón de Ascoli.
San Páride de Teano. M. 346.
Martirologio Romano: En Teano, de la Campania, san Páride, obispo, que fue el primero, según se cree, en ocupar esta sede episcopal.
Una pía leyenda, sin ningún valor histórico, narrana que Paride, ateniense, se refugió durante las persecuciones y fue consagrado obispo de Teano por el papa san Silvestre, porque se había llenado de méritos ante los habitantes de esta ciudad: ya que había amansado milagrosamente a un enorme y terrible dragón que propinaba contínuos daños a la población. Fue Baronio quién introdujo su nombre en el Martirologio Romano, por petición de la Iglesia de Teano.
Páris está considerado como el primer apóstol y patrono principal de la ciudad de Teano (Campania, Italia) donde habría muerto. Su cuerpo, conservado en la catedral que lleva su nombre, ha tenido un culto inmemorable.
San Casiano de Autun. M. 355.
Obispo de Autun (314-350). Sucedió a san Reticio y fue célebre por sus milagros.
Según una Vita legendaría, Casiano nació en Alejandría en el seno de una noble familia; siendo niño, fue confiado al obispo de la ciudad para que fuera instruido en la fe católica y creció virtuoso y caritativo, estudiando la Sagrada Escritura y visitando los sepulcros de los mártires. En tiempos del emperador Joviano fue nombrado obispo de Orta, en Egipto, y fue un pastor solícito del bien espiritual de sus fieles. Deseando el martirio, según una inspiración divina y, junto algunos clérigos, dejó su Iglesia para ir a la Galia. Llegó a Autun, fue acogido con alegría por el obispo san Simplicio, al cual sucedió después de cuatro años, y murió después de 20 años de episcopado.
Santa Nona. M. 374.
Martirologio Romano: En Nacianzo, de Capadocia, santa Nona, esposa de san Gregorio el Viejo y madre de los santos Gregorio el Teólogo, Cesáreo y Gorgona.
Nació en Capadocia y era hija de un cristiano llamado Filtazio. Se casó con un magistrado de Nacianzo llamado Gregorio, que pertenecía a una de las sectas llamada "hypsistarianos" o adoradores del Altísimo. Convirtió a su marido al cristianismo, el cual abrazo con tanto empeño la fe que fue nombrado obispo de Nacianzo. Madre de santos Cesareo de Capadocia, Gregorio Nacianceno y Gorgonia.
Su hijo Gregorio dice que fue santo mirando a Dios a través de ella. "Hay mujeres que nos edifican con sus trabajos domésticos, otras con la beneficencia, otras con la castidad, otras con la piedad, otras con la disciplina, otras con las limosnas. Pero Nonna debe ser celebrada por todas estas virtudes juntas". Decía de sí misma que era: portadora de Cristo, sirvienta de la Cruz. Era tía de san Anfiloquio, obispo de Iconío.
San Venancio de Viviers. M. 544.
Es el más célebre de los antiguos obispos de Viviers. Pertenecía a la familia de los príncipes de Borgoña. Se decantó por la vida eclesiástica y parece que por sus méritos y santidad fue elevado a la dignidad episcopal como obispo de Viviers. Durante los 27 años de su episcopado, restauró la liturgica, la adoración y, para fortalecer la fe de su grey, restableció la disciplina eclesiástica y las buenas costumbres. Participó en varios sínodos provinciales en el que se destaca el de Epaone en el 517.
Fue enterrado en la iglesia de Notre Dame du Rhône, que él mismo había construido. Hoy en día sus restos se encuentran en la iglesia de Saint Jean-Baptiste en Valence.
San Viator. s. VI.
Martirologio Romano: En Tremblevif, en la región de Sologne, en Francia, san Viator, eremita.
Viator era un monje de la abadía de Saint Mesmín cerca de Orleans, que se retiró a Sologne-sur-Loira, para servir con mayor libertad de tiempo y espíritu a Dios. Gozó del aprecio de las gentes del lugar por su santidad de vida. La leyenda dice que fue enterrado en un ataud tallado en un tronco en la aldea de Tremblevy (hoy Saint-Viatre). Su culto todavía continúa en nuestros días. Se le invoca contra las fiebres de los pantanos.
San Abel de Lobbes. M. c. 751.
Era de origen inglés o irlandés; acompañó a san Bonifacio al continente europeo. Fue monje en el monasterio de Lobbes.
Existían muchos problemas en el clero de Francia, Milón por ejemplo, tenía dos diócesis bajo su poder episcopal desde que echó fuera a san Rigoberto de su diócesis de Reims. Sin embargo, a la muerte de Carlos, el rey Pipino, su hijo, llamó a san Bonifacio para que reformara la Iglesia de Francia, en la que había abusos de bulto.
Una de las primeras decisiones que tuvo que tomar san Bonifacio fue enviar a Milón a Tréveris y proporcionar un verdadero pastor de almas a los fieles de Reims. Para esta misión eligió a Abel, como arzobispo de Reims, que ya se había distinguido como misionero en los países del Norte. Su elección la aprobó Pipino y la confirmó el papa san Zacarías el 22 de junio del año del 745 y el concilio de Soissons en el año 744. El Papa estaba lejos, Pipino luchaba fuera de las fronteras y Milón le hizo la vida imposible a Abelardo. Incluso intentó asesinarlo. Abel, desalentado y sin coraje necesario, abandonó Reims y volvió a vivir en Lobbes, donde fue abad hasta su muerte.
Pedro Miguel Noël. Beato. (1754-1794).
Playas de Rochefort |
Martirologio Romano: En el brazo de mar frente a Rochefort, en la costa francesa, beato Pedro Miguel Noël, presbítero de Rouen y mártir, que, durante la Revolución Francesa, por ser sacerdote fue encerrado de modo inhumano en un una nave de detención, donde acabó su vida contagiado de peste.
Nació en Pavilly (Seine-Maritime). Elegida la carrera eclesiástica, recibió el presbiterado en 1779. Se quedó a vivir en su pueblo natal, en cuya parroquia celebraba la santa misa todos los días. Era un sacerdote muy estimado en todo su departamento por sus magníficas cualidades morales y por su carácter dulce y bondadoso.
Llegada la hora de prestar el juramento civil del clero, se negó. Siguió viviendo en su pueblo hasta que en abril de 1793 fue arrestado y conducido a la cárcel municipal. Llevado a Rouen, de ahí fue enviado a Rochefort en el convoy que salió el 21 de marzo de 1794. El 12 de abril era registrado en Rochefort. Embarcado en “Les Deux Associés”, no soportó mucho tiempo las terribles condiciones del confinamiento en que estaban los sacerdotes detenidos, ya que su salud estaba minada por el escorbuto; sobrellevó su decadencia física con gran entereza moral y vino a morir el 5 de agosto de 1794, siendo enterrado en la isla de Aix. Fue beatificado el 1 de octubre de 1995 por el papa Juan Pablo II.
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