san Pedro ungiendo a san Euprepio |
San Euprepio de Verona. s. III - IV.
Martirologio Romano: En Verona, en los confines de Venecia, san Euprepio, que es tenido como primer obispo de esa ciudad.
Se cree que fue el primer obispo de Verona; según la tradición fue enviado por el mismo san Pedro.
Martirologio de Roma: En Roma, en el campo Verano, santa Ciriaca, que dio su nombre al cementerio de la vía Tiburtina, que ella misma había donado a la Iglesia.
Era una rica viuda romana que refugiaba a los cristianos perseguidos, entre ellos se encontraba san Lorenzo, y allí distribuía sus limosnas. Dio nombre al cementerio de la vía Tiburtina por haberlo donado a la Iglesia.
San Privado de Mende. M. d. 260.
Martirologio Romano: En el territorio de los gábalos (hoy Mende), en la Galia, san Privado, obispo y mártir, que, en la invasión de los vándalos, fue encontrado en una cripta, donde se entregaba a la oración y al ayuno, y por negarse a entregar a sus ovejas y sacrificar a los ídolos, murió destrozado a golpes.
Obispo de Mende y apóstol de Gévaudan. San Gregorio de Tours, le describió como un hombre de oración, que alternaba el celo pastoral con su retiro en la soledad de una gruta. Fue victima de la superstición de un soberano de Aquitania, todavía pagano. Fue detenido mientras hacía oración en su gruta, y forzado a sacrificar a los ídolos; ante su rechazo se le mató a golpes.
Martirologio Romano: En Tracia, santos Agatónico, Zótico y otros mártires, que, según la tradición, sufrieron el martirio en Selimbria y en otros lugares.
Agatónico era un patricio, fue ejecutado en las cercanías de Constantinopla, bajo Maximino Hercúleo; al mismo tiempo fue martirizado Zótico, un filósofo de Bitinia, y varios de sus discípulos.
San Luxorio. M. 303.
Fue un soldado que se convirtió con la lectura de la Biblia y en particular de los Salmos. Fue denunciado al prefecto de Cagliari, Delasio (Delfio), que en el interrogatorio le invitó a apostatar. Su rechazo le llevó a la cárcel y a la condena a muerte por decapitación en los Foros Trajanos (la actual Fordongianus). Al mismo tiempo fueron denunciados como cristianos dos adolescentes, Ciselo y Camerino; también ellos, por su fidelidad a la fe, fueron decapitados.
Mártires sardos decapitados en el Foro de Trajano de Cerdeña, durante la persecución de Diocleciano; según la Pasión, Luxorio era un soldado del ejército imperial, y los otros, dos adolescentes, a los que él animó para que afrontaran con coraje el martirio.
Santos Basa, Teogonio, Agapio y Pisto. M. 304.
Martirologio Romano: Conmemoración de los santos mártires Basa y sus tres hijos, Teognio, Agapio y Pisto. Sufrieron el martirio, según la tradición, Basa, la madre, en la isla de Halona, y los hijos en Edessa, de la Hélade.
Bassa, esposa de un sacerdote pagano, fue martirizada con sus hijos en Edessa (Larissa) en Grecia, durante la persecución de Diocleciano; como la madre de los Macabeos eligió morir la última para animarlos en su agonía. El culto es muy antiguo aunque sus Actas no son dignas de fe. Algún autor dice que Bassa murió en la isla de Halona, y no incluye a Fidel entre los hijos.
Santos Bonoso y Maximiano. M. 362.
Oficiales de la cohorte Hercúlea en Antioquía, durante la persecución de Juliano el Apóstata; fueron torturados y decapitados por haberse negado cambiar el estandarte cristiano de Constantino (lábaro) con una nueva insignia pagana.
La crítica histórica dice que murieron en Antioquía, de Siria, pero la Iglesia de Jaén los considera martirizados en la ciudad de Arjona.
San Cuadrado de Útica. s. IV.
Martirologio Romano: En Útica, en Africa, san Cuadrado, obispo y mártir, que, después de haber dado todo su pueblo, clérigos y seglares, fiel testimonio de Cristo, al cabo de cuatro días siguió, como pastor, a la grey que había apacentado.
San Agustín predicó varios sermones en Cartago, en distintos años, en la fiesta de san Cuadrato, obispo de Útica, quien -según el mismo san Agustín menciona en su sermón 306 referido a los mártires llamados «De la masa cándida»- exhortó a sus fieles al martirio, y cuatro días después sufró, como ellos, el martirio. Efectivamente, el 21 de agosto sirve como referencia para fijar la fecha de los mencionados, que en la actualidad se celebran el 18. San Agustín escribe: "Enseñó a todo su pueblo, clérigos y laicos, a confesar a Cristo". Su culto está muy difundido en África.
Nació en Benevento, se hizo sacerdote y trabajó en Casale en el Piamonte.
En la catedral de Casale, desde tiempos inmemorables, se veneran las reliquias de Natalio y se festeja el 21 de Agosto. Los martirologios antiguos lo ignoran, mientras el “Acta Santorum” nos ofrece una leyenda sin ningún valor histórico.
No se puede sostener como un santo inventado por los hagiógrafos, en cuanto el culto de sus reliquias y conmemoración anual son válido testimonio de su existencia. Está asociado a la leyenda de san Evasio, hipotético obispo de Asti, que habría llegado a Casale junto con Natalio desde Benevento. Se puede por tanto afirmar que se trata de dos santos meridionales, cuyas reliquias, el rey longobardo Liutprando, trasladó de Benevento a la catedral de Casale.
Ramón Peiró Victorí. Beato. (1891-1936).
Martirologio Romano: En el lugar del Morrot, cerca de Barcelona, también en España, beato Ramón Peiró Victorí, presbítero de la orden de Predicadores y mártir, que, en la misma persecución, siguiendo con fidelidad las palabras de Cristo, pasó a través de la muerte a la vida de la gloria.
Nació en Aiguafreda (Barcelona). Cursó la instrucción primaria con los Padres de la Sagrada Familia de su pueblo. Cuando cumplió 15 años se dirigió al convento de San Juan Bautista de Corias (Asturias) donde vistió el hábito de la Orden y en 1911 hizo la profesión solemne. Recién asignado al convento de San Esteban de Salamanca pidió formar parte del grupo de restauradores de la Provincia de Aragón. Estudió los cursos de teología y fue ordenado de sacerdote en 1915.
Enseñó humanidades a los apostólicos de Solsona y superior después en Calanda. Trasladado a Barcelona incrementó las funciones del culto divino y embelleció la capilla del Santísimo Sacramento.
Abandonó el convento en 1936 y encontró refugio en casas de familias muy afectas a la Orden. Fue fusilado en El Morrot (suburbio de Barcelona).
Salvador Estrugo Solves. Beato. (1862-1936).
Martirologio Romano: En la localidad de Alberic, en la región de Valencia, en España, beato Salvador Estrugo Solves, presbítero y mártir, que, en tiempo de persecución, soportó toda clase de adversidades por amor a Cristo, hasta alcanzar la palma del martirio.
Nació en Alcira, Valencia. Capellán del hospital de Alberic. Sintió la vocación sacerdotal desde niño gracias al ambiente familiar. Estudió en el Seminario de Valencia y fue ordenado en 1888. Estuvo de coadjutor en Tous, Guadassuar, Alberic y Siete Aguas y, por último regresó a su pueblo, donde trabajó mucho en el hospital con los enfermos. Murió mártir en Alberic, por ser sacerdote.
Bruno Zembol. Beato. (1905-1942).
Martirologio Romano: Cerca de Munich, de Baviera, en Alemania, beato Bruno Zembol, mártir, que, sometida Polonia bajo un régimen hostil a Dios, a causa de su fe fue llevado al campo de concentración de Dachau, donde, destrozado por las torturas, murió para entrar en la gloria.
Nació en Letownia (Cracovia), Polonia. Religioso profeso en la Orden de los Hermanos Menores desde 1922. Fiel observante de la Regla franciscana. Fue arrestado el 19 de noviembre de 1939, llevado a la cárcel de Lublin y luego al campo de concentración de Sachsenhausen y finalmente a Dachau, donde murió agotado por las condiciones inhumanas del campo. Sus compañeros de prisión lo calificaron como «un hombre de bondad angelical».
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