San Euplo. M. 304.
Martirologio Romano: En Catania, de Sicilia, san Euplo, mártir, que, según la tradición, en la persecución desencadenada por el emperador Diocleciano, cuando llevaba en sus manos los volúmenes de los Evangelios, fue encarcelado por el gobernador Calvisiano y cuando, interrogado de nuevo, respondió que se gloriaba de tener en el corazón los Evangelios, fue flagelado hasta morir.
Diácono. Mártir en Catania (Sicilia), durante la persecución de Diocleciano y Maximiano. Las Actas de su martirio son claras. Fue presentado ante el Prefecto con un Evangelio en la mano y este le preguntó: - "¿Este libro es tuyo?. - Tú lo ves - Desde luego veo que lo tienes en la mano. ¿Qué tiene escrito? Léemelo. - Es el santo Evangelio de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. - Y ¿eso que es?. - Es la Ley de mi Señor. - Tu lenguaje es claro, que se le encierre en prisión".
Y en el segundo interrogatorio: - "¿Tienes todavía aquél libro prohibido?. - Si lo tengo todavía. - Y ¿dónde lo tienes?. - Dentro de mí, en mi corazón".
Entonces el prefecto Calvisiano le dijo a los guardias: "Acostadlo allí y pégale hasta que no haya sacrificado a los dioses", y añadió "sacrifica si quieres quedar libre. - Ahora me estoy ofreciendo a mí mismo en sacrificio a Cristo Dios; más no puedo hacer. Tu empeño es vano. Soy cristiano". Euplio murió decapitado o azotado.
Sta. Hilaria |
Santos Hilaria, Digna, Eutropia, Eunomia, Euprepia y compañeros. M. 304.
Hilaria es la presunta madre de santa Afra; junto a cuatro siervas (Eutropia, Euprepia, Digna y Eunomia), fue capturada mientras visitaba la tumba de esta santa y fueron quemadas vivas en Augsburgo. Otros autores dicen que murió al mismo tiempo que su hija. Los otros mártires, 20 en total, murieron en Roma y fueron sepultados en la vía Ostiese, entre los que nos encontramos Quiriaco o Ciriaco, Memmia, Largión o Largo, Crescenciano, Juliana.
Santos Graciliano y Felicísima. M. c. 304.
Según la leyenda, Graciliano era un cristiano de Faleria que, mientras estaba en la cárcel en espera del martirio, restituyó la vista a una muchacha ciega y la convirtió al cristianismo; los dos fueron decapitados.
Santos Aniceto y Focio. M. c. 305.
Martirologio Romano: En Nicomedia, santos Aniceto y Focio, mártires.
Aniceto y Fotino eran parientes, mártires en Nicomedia durante la persecución de Diocleciano. Son conocidos por unas Actas sin ningún valor histórico.
Discolio fue IVº Obispo de Vercelli. No hay documentos que nos hablen de su episcopado. Pero se conserva un retrato que se le ha atribuido. Los distintos incendios e invasiones han destruído todo lo relativo a su biografía y episcopado.
Simplicio fue VIIIº obispo de Vercelli; ejerció su episcopado en los momentos difíciles de las invasiones bárbaras y murió hacia el 470. En su sepulcro hay la siguiente inscripción: “Simplicius episcopus octavus, mira Dei gratia praeditus, maximo sanctitatis splendore praeluxit”. (Simplicio, octavo obispo, extraordinariamente dotado de la gracia de Dios, brilló vivamente del más grande explendor de la santidad).
Este texto se considera apócrifo por los estudioso y es necesario decir que sobre san Simplicio no hay memoria en el antiguo calendario eusebiano. La autorizada “Bibliotheca Sanctorum” lo cataloca junto a san Discolio, IVº obispo de Vercelli, celebrados el mismo día en el calendario litúrgico local.
San Herculano de Brescia. M. c. 550.
Martirologio Romano: En Brescia, san Herculano, obispo.
XVIIIº Obispo de Brescia. Parece que murió a Campione del Garda, donde, según algunos historiadores, se había retirado a la vida eremítica. Sus reliquias reposan en la iglesia de Maderno. Patrón de Salò (Brescia).
Cruz de S. Muderaco |
San Muderaco. s. VI.
Martirologio Romano: En Killala en Irlanda, san Muderaco, obispo.
Parece que estaba conectado con la familia del rey Lóegaire Mac Néill. Discípulo de san Patricio, que lo ordenó primer obispo de Killala en el 442. Cuando murió vivía como ermitaño en la isla de Inismurray, que lleva su nombre; otra tradición afirma que Columba le conocía (575). Ambas podrían ser exactas. También puede ser el patrono del monasterio que hubo en la isla de Inismurray.
Santa Lelia. s. VI.
Martirologio Romano: De nuevo en Hibernia, en el monasterio que recibió su nombre, santa Lelia, virgen.
En «Vidas de los santos irlandeses», el canónigo O. Hanlon escribe a propósito de santa Lelia: «La época y el sitio en que vivió esta doncella son inciertos, pero hay motivos para creer que vivió en un período muy remoto y, muy probablemente, llevó una vida de estricta observancia, si es que no dirigió un convento en la provincia de Munster».
Muchos lugares de Irlanda mantienen viva su memoria, especialmente en Limerick, que la tiene como su patrona. No se hace ninguna mención de ella en el “Martirologio de Tallaght”, ni en el de “Oengus”, mientras que el nombre de Liudain probablemente corresponde a la santa que aparece con el nombre de Liadan de Killyon.
Actualmente, los investigadores suelen identificar a Lelia con santa Liadhain, la cual era biznieta del príncipe Cairthenn, bautizado en Singland por san Patricio. No poseemos ningún detalle sobre su vida. En el siglo XVII, se decía que la santa era hermana de san Mainchin. Lo cierto es que el nombre del distrito de Killeely (Cill Liadaini), en Limerick, se deriva del nombre de la santa.
Cecilia de Remiremont. Beata. s. VII.
Hija de san Romárico, decidió, con su hermana Azaltrude, renunciar al mundo: su padre edificó para ellas el monasterio de Remiremont en Lotaringia, del que Cecilia fue abadesa durante 30 años. Perdió la vista de tanto llorar de felicidad y por esto se la invoca contra el mal de ojos.
Carlos Meehan. Beato. (1640-1679).
Iglesia irlandesa |
Martirologio Romano: En Ruthin en Gales septentrional, beato Carlos Meehan, sacerdote de la Orden de los Hermanos Menores y mártir, que, irlandés de origen, fue arrestado mientras viajaba a través de esta región hacia su patria y, condenado a muerte por entrar en los dominios del rey Carlos II, obtuvo la palma del martirio sufriendo el ahorcamiento y el descuarzamiento.
Presbítero franciscano irlandés, pronto llegó a ser un excelente hermano menor y sacerdote. Fue arrestado en Denbygh y condenado a 10 meses de dura prisión. Mártir en Ruthy (Denbighshire, Gales), que en tiempos del protector Ricardo Crowell fue condenado a muerte por haber entrado en Inglaterra como sacerdote católico. Antes del martirio dijo sus últimas palabras, que son una valerosa profesión de fe:
“En este momento Dios Todopoderoso se complace en que yo sufra martirio, su Santo Nombre sea alabado, mientras me tiño [i.e.: de sangre] por mi Religión. Sin embargo, tú no tienes derecho a llevarme a la muerte en este territorio: aunque yo he confesado ser sacerdote, tú me has prendido cuando yo iba hacia mi país natal, Irlanda, conducido al mar desde esta costa; nunca he ejercido mi ministerio en Inglaterra. Pero Dios te perdona, tal como lo hago yo, y ruego por ti, y especialmente por aquellos que han sido buenos conmigo en mi angustia. Ruego a Dios que bendiga a nuestro rey, lo defienda de sus enemigos, y lo convierta a la santa Fe Católica. Amén”.
Ahorcado, su cuerpo fue cruelmente despedazado. Fue beatificado por Juan Pablo II el 22 de noviembre de 1987.
Pedro Jarrige de La Morelie de Puyredon. Beato. (1737-1794).
Martirologio Romano: En una sórdida galera a lo largo de Rochefort en Francia, beato Pedro Jarrige de La Morelie de Puyredon, sacerdote, que durante la persecución contra la Iglesia murió por Cristo, expuesto largamente a la violencia del sol.
Nació en Saint-Yrieix en el seno de la ilustre familia de Puyredon. A los 16 años recibió la tonsura, fue nombrado canónigo de la catedral de Limoges, y llegó a la ordenación de presbítero el 16 de mayo de 1761. Para entonces había hecho ya brillantes estudios en la Universidad de Angers y había conseguido el grado de doctor en teología. El 4 de agosto de 1763 fue nombrado profesor de teología en el Colegio Real de Limoges y el 19 de enero de 1767 fue elegido deán del cabildo de Saint-Yrieix.
Al ser suprimidos los cabildos catedrales por la Revolución, él y sus compañeros de Limoges protestan, y como se niegan a prestar el juramento constitucional, son arrestados y encarcelados. De La Regle es llevado a La Forcé, donde estaría hasta su envío a Rochefort, partiendo de Limoges en el convoy que salió el 25 de febrero de 1794. Embarcado en “Les Deux Associés”, no soportó las duras condiciones de su detención, enfermó y murió el 12 de agosto de aquel mismo año, siendo enterrado en la isla de Aix. Todos elogiaban no solamente su cultura sino también sus virtudes.
Flavio Argüeso González. Beato. (1877-1936).
Martirologio Romano: En Valdemoro junto a Madrid siempre en España, beato Flavio (Atiliano) Argüeso González, religioso de la Orden de San Juan de Dios y mártir, que en la misma persecución fue ejecutado por odio a la fe.
Atilano nació en Mazuecos de Valdeginate, Palencia. El 28 de noviembre de 1894 ingresó en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Profesó los votos simples el 14 de mayo de 1896, y realizó la profesión solemne el 21 de octubre de 1900, tomando el nombre de hermano Flavio. Destinado a distintos centros, tanto de enfermos mentales como de niños enfermos, fue enviado un tiempo a Italia, en donde estuvo entre 1914 y 1922, en los hospitales de Roma y Nettuno. Vuelto a España, continuó sirviendo a los enfermos con gran entrega y dedicación.
Al iniciarse la guerra en 1936, estaba destinado en el manicomio de Ciempozuelos. Cuando la tarde del 7 de agosto fueron arrestados y encarcelados todos los hermanos de la comunidad del sanatorio psiquiátrico San José, él se quedó en la casa porque estaba en cama. Algo repuesto ya, el día 12 de agosto lo llevaron a declarar ante las Organizaciones Socialistas de Ciempozuelos. Luego, junto con otro preso, lo montaron en una camioneta y los llevaron al kilómetro 30 de la carretera de Andalucía, término de Valdemoro, donde fueron fusilados y los cadáveres abandonados. Un médico del manicomio lo reconoció cuando lo llevaban por la plaza del pueblo gritando vivas a Cristo Rey. Fue beatificado el 25 de octubre de 1992 por el papa Juan Pablo II en el grupo de 71 mártires Hospitalarios de San Juan de Dios.
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