Nació en Ledesma, Salamanca. Con 18 años fue admitido como novicio salesiano en Carabanchel Alto, profesando allí mismo en 1907. La ordenación presbiteral la recibió en El Campello en 1915.
Apenas ordenado presbítero, fue destinado a la casa de Madrid-Atocha, donde desplegó una actividad incansable y un celo apostólico que le hicieron muy popular en las barriadas cercanas. En 1926 fue destinado a Salamanca-María Auxiliadora como catequista, y a los dos años a Béjar, donde fue a la vez catequista y consejero. En 1930 pasó a Baracaldo como consejero escolar y a los dos años fue nombrado director. Desde 1934 estaba de nuevo en Carabanchel Alto, hasta que, en julio de 1936, fue, con toda la comunidad, expulsado del colegio por los milicianos que lo asaltaron.
Apenas ordenado presbítero, fue destinado a la casa de Madrid-Atocha, donde desplegó una actividad incansable y un celo apostólico que le hicieron muy popular en las barriadas cercanas. En 1926 fue destinado a Salamanca-María Auxiliadora como catequista, y a los dos años a Béjar, donde fue a la vez catequista y consejero. En 1930 pasó a Baracaldo como consejero escolar y a los dos años fue nombrado director. Desde 1934 estaba de nuevo en Carabanchel Alto, hasta que, en julio de 1936, fue, con toda la comunidad, expulsado del colegio por los milicianos que lo asaltaron.
Don Félix siguió las mismas vicisitudes que la comunidad del seminario de Carabanchel Alto, hasta la pensión Loyola, de la calle Montera, si bien, él solamente permaneció allí unos pocos días. Dicho refugio lo abandonó para albergarse en casa de su hermano Ángel, que vivía en la barriada de Ventas. Pero también de allí se marchó el 7 de agosto, ante el agravamiento de la situación. Encontró seguidamente habitación en una casa de huéspedes de la calle Espoz y Mina, en la que solamente paraba para comer y dormir. El resto del día lo pasaba oculto en una trastienda inmediata al domicilio de su hermana Corina, en la calle de la Bolsa, 6. La trastienda formaba parte de una librería regentada por antiguos alumnos.
En el ejercicio de su ministerio sacerdotal, el 24 de agosto de 1936, don Félix fue a visitar a una familia de la calle Méndez Álvaro, 2, siendo entonces denunciado como sacerdote y detenido, alrededor del mediodía, por un grupo de milicianos. Al parecer le asesinaron ese mismo día 24 de agosto por la noche. Los milicianos que le detuvieron pertenecían a la checa de la estación de Atocha, cercana al lugar del arresto. Es probable que le condujeran allí. Y de este lugar a la muerte.
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