Martirologio Romano: En Seúl, Corea, santas Magdalena Yi Yong-Hui, Teresa Yi Maeim, Marta Kim Song-Im, Lucía Kim Nusia, Rosa Kim No-Sa, Ana Kim Chang-Gum, y María Wo Kwi-Im, vírgenes, y Juan Bautista Yi Kwang-Nyol, mártires.

Llegada la persecución de abril de 1839, Magdalena fue una de las cristianas que se decidieron a ofrecerse espontáneamente a las autoridades y así se presentaron como cristianas a los soldados que buscaban a san Agustín Yi Kwang-hon. No las tomaron en serio y las mujeres persistieron, y como prueba les enseñaron sus rosarios. Entonces los soldados las llevaron a la cárcel. Al día siguiente fueron interrogadas e invitadas a renunciar al cristianismo. Ellas se negaron a apostatar y esto les valió el que fueran torturadas.
Había otros muchos presos cristianos en la cárcel y se declaró una epidemia de tifus. Faltaba agua y alimentos y la situación se hizo muy dura. Empezaron las apostasías. San Pedro Maubant, el misionero francés que había ido a Corea luego de tanto tiempo de ser solicitados misioneros, animaba a los presos diciéndoles que si morían de miseria en la cárcel, ello no era menor martirio que morir a espada. Por fin las espontáneas confesoras de la fe fueron llevadas ante el Ministro de Justicia, ante el que repitieron su confesión de fe y su negativa a apostatar. Como consecuencia, en el día señalado Magdalena junto con sus compañeras fue decapitada.




Ana Kim Chang-Gum había nacido en Seúl en una familia católica el año 1789. Educada cristianamente, desde joven se adhirió de todo corazón a los principios del cristianismo. Tenía espléndidas dotes naturales de inteligencia y habilidad. Llegada a la edad nupcial contrajo matrimonio, pero su esposo murió al poco tiempo. Se dedicó entonces al cuidado de su madre, y tuvo el consuelo de que llegara un sacerdote y le administrara a la anciana el sacramento de los enfermos. Tuvo como vecino a San Juan Bautista Yi Kwang-nyol que estaba destinado por Dios a compartir el martirio con su cristiana vecina. Ambos se conocieron y se animaron a vivir cristianamente, y juntos pusieron un pequeño negocio del que sacaban su sustento. Ambos fueron arrestados el 8 de abril de 1839 con María Kwi-im. Interrogada Ana confesó abiertamente su fe y se negó a apostatar como enseguida se le exigió bajo amenazas. Posteriormente sería torturada, sometida a juicio y condenada a muerte. Detenida en la cárcel, pasó hambre, sed, enfermedad y malos tratos hasta que llegó el día de su ejecución.
Maria Won Kwi-Im había nacido en Yongmo Ri, Koyang Kun, provincia de Kyonggi, el año 1818. Muy niña perdió a su madre y estuvo algún tiempo con su padre, pero se la llevó su tía Lucía Won, que era cristiana y preparó a la niña para el bautismo, que recibió a los quince años de edad tomando el nombre de María. Se le ofreció un matrimonio pero ella decidió permanecer virgen y ofrecerse al Señor, por lo que vestía como las mujeres casadas.
Cuando en la noche del 8 de abril de 1839 la policía rodeó la casa de su tía Lucía, intentó María huir pero se topó con un conocido que la entregó a la policía. Muy impactada por el arresto, se serenó luego y aceptó la voluntad de Dios, confesó la fe en el interrogatorio y se negó a apostatar. No lo consiguieron tampoco las torturas. Se mantuvo firme en el juicio y en los malos tratos de la cárcel hasta que fue decapitada en la fecha señalada.
Juan Bautista Yi Kwang-Nÿol nació el año 1795 en Kwangju, provincia de Kyonggi, y era hermano del también mártir San Agustín Yi Kwang-hon. Pertenecía a una familia aristocrática. Había oído ya hablar del cristianismo cuando su hermano Agustín, tras su conversión, le invitó expresamente a hacerse católico y él estuvo de acuerdo, pese a ser ya entonces una religión prohibida en el reino. Comenzó a vivir con intensidad su nueva fe. Se hizo cargo de su madre y vivió con ella cerca de la casa de Agustín. Su pobreza le impidió casarse. Los cristianos lo incluyeron varias veces en el grupo que fue a Pekín para pedir misioneros a Corea, y fue en uno de estos viajes cuando recibió el bautismo y tomó el nombre de Juan Bautista. Decidió entonces no contraer matrimonio nunca para estar libre al servicio de la Iglesia. Vivía con gran espíritu ascético. La Iglesia utilizó sus servicios como catequista. Se incrementó la persecución y el 8 de abril de 1839 fue arrestado junto con su anciana madre. Presenció el interrogatorio y maltrato infligido a su hermano Agustín, arrestado también ese día, e invitado a apostatar se negó firmemente. Llevado a juicio y torturado, permaneció firme. Condenado a muerte, no se le ejecutó junto con su hermano porque una ley prohibía ejecutar a dos hermanos al mismo tiempo. Por ello fue dejado para otra fecha, que fue finalmente el 20 de julio de 1839.Todos estos santos fueron canonizados el 6 de mayo de 1984 por el papa Juan Pablo II en Seúl.
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