San Erasto. s. I.
Martirologio Romano: Conmemoración de san Erasto, tesorero de la ciudad de Corinto, que prestó sus servicios al apóstol San Pablo.
Era el tesorero de la ciudad de Corintio (Rm 16, 23), convertido por san Pablo, al que ayudó en su apostolado (At 19, 22), especialmente en Corintio (2 Tm 4, 20). La tradición griega afirma que fue el primer obispo de Apamea de Siria; la tradición latina dice que fue obispo de Filipos de Macedonia y que fue mártir.
Santos Benigno y Caro de Malcesine. s. VIII-IX.
Fueron dos eremitas que vivieron entre los siglos VIII y IX en la zona de Malcesine, en la orilla veronense del lago de Garda. De sus hechos humanos no se sabe nada, se piensa que quizás fueron dos eremitas agustinos. Sus restos reposan en la iglesia de Santo Stefano de Malcesine donde son venerados.
San Simeón de Polirone. M. 1016.
Martirologio Romano: En el monasterio de San Benito, junto al río Po, en el territorio de Mantua, san Simeón, monje y ermitaño.
Armenio que después de vivir durante un tiempo como ermitaño, en el 982 peregrinó a Jerusalén y Roma. En la Ciudad Eterna fue acusado de herejía, pero el papa Benedicto VII, que mandó examinar su doctrina, le declaró ortodoxo. El santo viajó algún tiempo por Italia, hizo peregrinaciones a los santuarios de Santiago de Compostela y San Martín de Tours y retornó a Lombardía. Fue conocido por los milagros que hizo durante sus viajes.
Los habitantes de Mantua quedaron admirados al ver a san Simeón jugando tranquilamente con el león de un circo. El santo ingresó finalmente en el monasterio benedictino de Polirone, de la reforma cluniacense, en el que pasó el resto de su vida. Los milagros que se atribuían a san Simeón llamaron la atención de la Santa Sede, y el Papa Benedicto VIII aprobó oficialmente su culto.
Martirologio Romano: En Auch, ciudad de Aquitania, san Austindo, obispo, que construyó la iglesia catedral de esta ciudad, mejoró las costumbres del pueblo y fue modelo en la casa de Dios.
Natural de Burdeos; abad de Saint-Orens en Auch, donde introdujo la observancia cluniacense; en el 1041, fue elegido arzobispo de Auch (Francia), defendió los derechos de la Iglesia contra las costumbres simoniacas. Mejoró los estudios de la iglesia catedral, perfeccionó las costumbres y mejoró la casa de Dios. Fundó la ciudad fortificada de Nogaro en Armañac.
Evangelista y Peregrino. Beatos. M. c. 1250.
Martirologio Romano: En Verona, en los confines de Venecia, beatos Evangelista y Peregrino, presbíteros.
Nacieron en Verona y fueron amigos de escuela, juntos se hicieron agustinos y los dos tuvieron el don de hacer milagros y murieron con pocas horas de diferencia. Su culto fue aprobado en 1837.
Hugo de Actis. Beato. M. c. 1290.
Martirologio Romano: En Sassoferrato, del Piceno, en Italia, beato Hugo de Actis, monje de la Congregación de los Silvestrinos de la Orden de San Benito.
Nació en Serra San Quirico (Camerino) y era hermano de José, el sucesor del beato Silvestre Gozzolini en llevar las riendas de la Orden de los silvestrinos; estudió en Bolonia y recibió el hábito monástico de manos de san Silvestre Gozzolini de quién fue un devoto discípulo de su Orden de los benedictinos silvestrinos. Su vida estuvo dedicada a las obras de misericordia y a la edificación de los fieles mediante el ministerio de la predicación. Murió en el monasterio de San Giovanni de Sassoferrato. Está sepultado en la iglesia de Santa María del Piano en Sassoferrato. Patrón de Sassoferrato.
Camila Gentili. Beata. M. 1486.
Martirologio Romano: En Septémpeda (hoy San Severino Marche), también del Piceno, beata Camila Gentili, martirizada por su propio esposo.
Natural de San Severino (Macerata, Italia); sus padres fueron Luca Gentili, perteneciente a los Señores de Rovellone, y Brandina, de la noble familia de los Grassi. Por deseo de la familia, se casó con el noble Battista Santucci, un hombre que era un bruto. El marido de Camila, desde siempre, había sentido un profundo odio hacia la familia de los Grassi y esto fue la causa que la maltratara de forma brutal; ella siempre le respondió con bondad. Inculpado del asesinato de Pierozzo Grassi, en el 1482, Battista salvó su vida gracias a las oraciones de Camila y porque intervino personalmente en su liberación. A pesar de esto, su rencor hacia los Grassi no se aplacó, si no que creció de tal manera que prohibió a su mujer tener contactos con su madre Brandina.
Cuando supo que su prohibición no había sido respetada, Battista con fingida ternura invitó a Camila para que lo acompañara a Uvaiolo, localidad donde poseía unas tierras, para pasar algunas horas en la tranquilidad del lugar. Camila aceptó sin darse cuenta que la estaba conduciendo a la muerte, ya que su marido con un puñal la mató, mientras ella le pedía a Dios su perdón y le manifestaba su amor. Battista se quedó confundido y paralizado, de tal manera que al no poder huir, fue descubierto y arrestado.
Su cuerpo se encuentra en la iglesia de San Domenico de San Severino. En Italia se la venera como mártir.
Jorge Swallowell. Beato. M. 1594.
Martirologio Romano: En Darlington, en Inglaterra también, beato Jorge Swallowell, mártir, condenado a muerte el mismo año en que había vuelto a la Iglesia católica, y aun cuando al ser atrozmente atormentado fue presa de gran pavor, permaneció firme en la fe católica aceptando los crueles suplicios a que fue sometido.
Nació en Durham, en el seno de una familia anglicana; fue pastor anglicano y maestro de escuela en Houghton-le-Spring. Se convirtió al catolicismo después de unas conversaciones que tuvo con un detenido al que visitó en la cárcel y con el que trató lealmente los problemas religiosos de su tiempo. Convencido de la verdad del catolicismo, no dudó en anunciarlo a su feligresia desde el púlpito.
Fue arrestado y llevado ante la cárcel de Durham, donde estuvo durante un año antes de su juicio. Compareció ante el juez acompañado por los beatos Juan Boste y Juan Ingram, que fueron senteciados a ser ahorcados y descuartizados. Jorge se aterrorizó al oir la sentencia y sin pensarlo le pidió al juez que le dejara prestar el juramento de reconocimiento de la supremacía religiosa de la reina. Pero san Juan Boste le hizo ver que cambiaba la vida eterna por la temporal y le animó a arrepentirse de aquella debilidad. Las palabras surgieron efecto, pues Jorge manifestó que era y quería morir católico. Fue condenado a muerte por haberse reconciliado con la Iglesia católica y fue ajusticiado en Darlington.
Juan Ingram. Beato. (1565-1594).
Martirologio Romano: En Gateshead, pueblo cercano a Newcastle, a orillas del río Tyne, en Inglaterra, beato Juan Ingram, presbítero y mártir, que siendo inglés de nacimiento, una vez ordenado en la basílica Lateranense ejerció su ministerio en Escocia hasta que, habiendo pasado a Inglaterra, fue ahorcado por ser sacerdote, en tiempo de la reina Isabel I.
Nació en Stoke Edith, Hereford, (Inglaterra), en el seno de una familia anglicana; estudió en Oxford, en el New College, y al convertirse al catolicismo fue expulsado de la universidad. Decidido a ser sacerdote marchó Reims, después a Pont-à-Mousson y Roma, donde fue ordenado en 1585.
En 1591 regresó a Inglaterra; trabajó en Escocia con notable éxito, y luego huyendo de sus perseguidores se marchó a Wark en Inglaterra. Pero regresó pronto a Escocia y allí fue capturado y encarcelado en las cárceles de Berwick y York, desde la que fue enviado a la Torre de Londres; aquí fue torturado cruelmente por el bárbaro Topcliffe quería sacarle los nombres de los católicos. No delató a nadie. Para el juicio se le envió a York, Newcastle y Durham. Fue acusado y condenado como traidor por haberse ordenado fuera de Inglaterra y ejercer el ministerio sacerdotal. Para su ejecución fue llevado a Newcastle y ahorcado frente a la casa de la familia Riddells, donde se habían celebrado misas.
Guillermo Webster. Beato. (1560-1641).
Horca de Tyburn |
Martirologio Romano: En Londres, también en Inglaterra, beato Guillermo Webster, presbítero y mártir, que después de haber ejercido el ministerio a lo largo de más de veinte años en diversas cárceles, durante el reinado de Carlos I fue apresado por ser sacerdote y consiguió la gloria del martirio en el patíbulo de Tyburn.
Nació en Thornby (Inglaterra). Aunque usó el apellido Ward, su verdadero apellido era Webster, y nació en el seno de una familia católica. Estudió en Douai donde fue ordenado sacerdote (1608).
Volvió a Inglaterra pero el barco por una tempestad fue lanzado a las costas de Escocia, donde fue detenido sospechando que era sacerdote católico. Estuvo tres años en prisión, y después puesto en libertad. Pasó entonces a Inglaterra e inmediatamente fue detenido de manera que en su trabajó en la misión inglesa durante 30 años, veinte de los cuales transcurrieron en prisión. En cuanto dependió de él trabajó con gran dedicación en mantener la fe católica y extenderla, a pesar de todas las veces que estuvo en la cárcel. Mantuvo siempre gran paciencia y fortaleza de espíritu, con una profunda espiritualidad sacerdotal. Por ello cuando en 1641 ante la orden general de que los sacerdotes católicos debían abandonar la isla, él no quiso abandonar a sus muchos fieles.
Fue detenido y encarcelado en Newgate, siendo procesado y condenado por traidor. Subió serenamente al patíbulo convencido de su inocencia y de la buena causa por la que moría. Fue ahorcado y descuartizado en Tyburn, Londres. Fue beatificado en 1929 por SS Pío XI.
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