Santos Mártires Escilitanos. M. 180.
Martirologio Romano: En Cartago, hoy Tunez, aniversario de la muerte de los santos mártires Escilitanos, Esperato, Nartzal, Citino, Veturio, Félix, Acilino, Lectancio, Jenara, Generosa, Vestia, Donata y Segunda, que por orden del proconsul Saturnino fueron, después de una primera confesión de la fe en Cristo, encarcelados; conducidos con cepos al día siguiente, confesaron con firmeza que eran cristianos, rechazaron adorar al emperador como dios, fueron condenados a muerte: todos se arrodillaron en el lugar de su ejecución, fueron decapitados con la espada mientras daban gracias a Dios.
Esperato, es el principal mártir, dijo: "Jamás hemos hecho mal a nadie; jamás hemos cometido una iniquidad, jamás hemos hablado mal de nadie, sino que hemos dado gracias del mal recibido; por lo cual obedecemos a nuestro emperador". Citino, cuando fue interrogado dijo: "Nosotros no tenemos a quién temer, sino a nuestro Señor que está en los cielos". Donata que durante su proceso dijo: "Nosotros tributamos honor al César como a César; más temer, sólo tememos a Dios". Nartzal, sus últimas palabras fueron: "Hoy estaremos como mártires en el cielo. ¡Gracias a Dios!".
Murieron atados a un madero y degollados, después de ponerse todos de rodillas fueron dando las gracias a Dios por tener la gracia de morir mártires. Existen todavía las Actas oficiales de su proceso. San Agustín predicó tres sermones en su honor.
San Jacinto de Amastris. s. III.
Martirologio Romano: En Amastris, en Paflagonia, san Jacinto, mártir.
Mártir de Amastris en Paflagonia; fue ejecutado por talar un árbol consagrado a un ídolo. Se dice que fue torturado cruelmente en prisión para que apostatara, pero todo los soportó con gran coraje y fe.
Santa Marcelina. (c.330 - c.398/401).
Martirologio Romano: En Milán, ciudad de Liguria, santa Marcelina, virgen, hermana del obispo san Ambrosio, a la que el papa Liberio impuso el velo de consagrada en la basílica romana de San Pedro, en la fiesta de la Epifanía del Señor.
Nacida en Roma o en Tréveris. Hermana mayor de santos Ambrosio de Milán y Sátiro. Su infancia la pasó en Tréveris, hasta el asesinato del emperador Constantino II, de manos de su hermano Constante.
Marcelina recibió una sólida formación cristiana y en la Navidad de un año entre el 352 y el 354, cecibió el velo de virgen consagrada de manos del papa san Liberio en la basílica vaticana. Según la costumbre, Marcelina siguió viviendo en familia, compartiendo su vida de consagrada con una amiga. Cuando su hermano san Ambrosio fue nombrado obispo de Milán, en el 374, su hermano san Sátiro se marchó con él para ayudarlo, pero Marcelina permaneció en Roma. San Ambrosio le dejó todos sus bienes en usufructo para su sustento y por motivos de prudencia. Estuvo en Milán para asistir a la muerte de su hermano Sátiro, después volvió a Roma, donde mantuvo correspondencia con su hermano Ambrosio. Volvió a Milán para ayudar a su hermano y el santo obispo se pudo servir de ella, cuando tuvo que resolver el caso de una virgen veronesa, injustamente acusada de relaciones ilícitas y de infanticidio; Marcelina fue su máxima defensora demostrando la falsedad de las acusaciones. Muerto san Ambrosio, le sobrevivió durante algún tiempo. Sus restos se encuentran en Milán.
San Generoso de Tívoli. M. 475.
Se dice que es un santo tiburtino. Según el hagíografo Cascioli, el santo fue el obispo, que según el historiador Procopio, fue martirizado en Tívoli por los godos de Totila (arrianos) en el 475. Pero no fue hasta el s. XVIII que fue nombrado protector y patrón de Tívoli porque por su intercesión la ciudad se salvó de un terrible terremoto.
Está sepultado bajo el altar mayor de la catedral de San Lorenzo de Tívoli; la clámide y los ornamentos militares revisten su cuerpo. En un fresco, de la época del papa Pío VII, situado encima de la cátedra episcopal de la catedral, Generoso está representado como un militar, mientras confiesa su fe ante el juez. El 17 de julio, según la voluntad del papa León XIII, se conmemora su fiesta con misa propia.
San Teodosio de Auxerre. M. 516.
Martirologio Romano: En Auxerre, en la Galia Lugdunense, san Teodosio, obispo.
San Fredegando. M. c. 740.
Martirologio Romano: En Deurne, cerca de Amberes, de Brabante, en Austrasia, san Fredegando, monje, al parecer procedente de Irlanda, que colaboró con san Foilán y otros misioneros itinerantes.
Parece que fue un irlandés compañero de san Foillano; fue monje y abad benedictino de Kerkelodor (Amberes) y, parece que fue colaborador de san Willibrordo.
San Kenelm. M. 812/21.
Martirologio Romano: En el monasterio de Winchelcumbe, de Mercie, en Inglaterra, san Kenelm, príncipe de esta región, mártir según la tradición.
Según una leyenda medieval, cuando Kenelmo tenía siete años murió su padre Kenulfo, y el joven príncipe resultó así heredero de los tronos de Mercia, Sussex, Wessex y de Anglia del Este; su hermana Quendrida pagó a su tutor, Asceberto, para que lo matase en los bosques de Clent, y así pudiese ella reclamar el trono. Asceberto cumplió el encargo, pero cuando fue descubierto el cuerpo sin vida del joven, y fue sepultado, numerosos prodigios comenzaron a verificarse en su tumba.
En realidad esta leyenda tiene algo de ficción, ya que si bien Kenelm existió, no murió a los 7 años, sino hasta más o menos los 20, y murió en una batalla entre el 812 y el 821, antes que su padre, por lo que no pudo sucederle en el trono.
En el medioevo Kenelm recibió culto en Inglaterra como santo y mártir, y hasta hoy sus reliquias son veneradas en Glouchesteer y Winchcombe, donde reposan. Se le nombra en los “Cuentos de Canterbury”.
San Colmano de Stockerau. M. 1012.
Martirologio Romano: En Stockerau, cerca de Viena, en Baviera (hoy Austria), san Colmano, irlandés, que, cuando se dirigía como peregrino en nombre de Dios a Tierra Santa, le confundieron con un enemigo que estaba exploraba el terreno, por lo cual le colgaron de un árbol, llegando de este modo a la Jerusalén celestial.
Peregrino irlandés o escocés que, mientras atravesaba Austria en dirección a Tierra Santa, a su regreso fue capturado por bandas armadas que le tomaron como espía húngaro, al no poderse explicar en alemán fue, torturado y ahorcado por dos bandidos en Stockerau (Viena). Su cadáver hizo milagros y fue venerado como santo. Sus restos fueron sepultados en 1015 en Melk, al comprobarse la injusticia de su muerte, el que lo procesó fue ejecutado.
Nunca hubo aprobación oficial del culto, pero se puede considerar como tal su inclusión en la última edición del Martirologio Romano. Es uno de los santos patronos de la Baja Austria y de Melk. Fue patrón de Austria hasta 1663.
S. Andrés Zoerad |
Santos Andrés Zoerard y Benito de Skalka. M. c. 1010 o 1034.
Martirologio Romano: En Nitra sobre el río homónimo junto a los montes Cárpatos, Eslovaquia, santos Zoerard o Andrés y Benito, ermitaños, que, llegaron, por petición del rey san Esteban, de Polonia a Hungría, llevaron en un eremo en el monte Zobor una vida de extrema austeridad.
Andrés era de origen polaca; bajo su influencia educó a san Benito de Skalka, que vivían como ermitaños, y a ruegos del rey san Esteban fueron de Polonia a Hungría e hicieron una vida austerísima en el monte Zobor en Hungría, cerca de un monasterio benedictino. Su vida fue escrita por el beato Mauro.
San Pedro Liu Ziyu. M. 1900.
Martirologio Romano: En Zhujiaxiezhuang, pueblo cercano a Shenxian, en la provincia china de Hebei, san Pedro Liu Ziyu, mártir, el cual, durante la persecución desencadenada por el movimiento de los Yihetuan, desoyendo a los amigos que le aconsejaban apostatar, permaneció firme en la fe cristiana ante el mandarín, por lo que fue traspasado con espada.
Era encargado de la iglesia de su pueblo de Tiu-Kia-Sion. No quiso huir cuando la persecución de los bóxers. Llegó el mandarín, partidario de los bóxers, y como no encontraron a Pedro, mandó arrestar a un sobrino suyo, que no conocía su paradero y además era pagano. Cuando Pedro supo el asunto, se presentó al mandarín para salvar a su sobrino. Éste le ofreció la vida si apostataba, a lo que se negó firmemente y allí mismo fue decapitado. Tenía 57 años. Fue canonizado el 1 de octubre de 2000 por Juan Pablo II junto con los demás mártires de China.
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