Martirologio Romano: En la ciudad de Presov, de Eslovaquia, beato Basilio Hopko, obispo auxiliar de esta eparquía y mártir, que en tiempo de un régimen contrario a Cristo y a la Iglesia, mientras servía a los fieles de rito bizantino fue encarcelado, debiendo sufrir malos tratos y una cruel enfermedad hasta la muerte, alcanzando así la palma de la victoria.
Nació en Hrabské, provincia de Bardejov (Eslovaquia), en el seno de una familia campesina pobre. Al morir su padre en 1905, su madre emigró a Estados Unidos, y él se quedó al cuidado de su abuelo y luego de sus tíos, que el tío era sacerdote greco-católico.
En 1923 ingresó en el seminario de Presov. Realizó sus estudios teológicos en la Academia teológica greco-católica de esa ciudad. Antes de concluir sus estudios su madre le envió dinero para que se fuera con ella a los Estados Unidos y allí se ordenara sacerdote, pero Basilio enfermó y tuvo que ser operado, con el dinero que tenía, en Kosice. En 1929 fue ordenado sacerdote en Presov. Su primer ministerio lo realizó en la parroquia de Pakostov como administrador, preocupándose principalmente por los jóvenes, obreros, los desempleados y los huérfanos. Fundó el Círculo de estudiantes greco-católicos y la Unión de la juventud greco-católica. Fue nombrado párroco de una nueva parroquia de Praga. Allí se reunió con su madre que había regresado de los Estados Unidos. Fue director espiritual del seminario mayor de Presov. En 1940 se doctoró en Teología y fue nombrado secretario del obispo. Fue profesor de Teología pastoral y moral en la facultad de teología de Presov desde 1943. Escribió numerosos artículos y varios libros de espiritualidad. Fue el primer redactor de la revista “Blahovistnik” (Mensajero del Evangelio).
En 1947 fue nombrado obispo auxiliar de Presov. Después de la II Guerra Mundial, Checoslovaquia quedó bajo el dominio comunista, que preparó la eliminación violenta de la iglesia greco-católica. En 1950, el estado la declaró ilegal. Fue arrestado este mismo año y sometido a crueles interrogatorios: no le permitieron dormir, debía caminar continuamente, le restringieron la comida con el fin de debilitar sus fuerzas y entereza. Querían que firmara una confesión de acusaciones inventadas contra él. En 1951, después de estas torturas fue condenado a 15 años de cárcel y una multa de 20.000 coronas checoslovacas, la pérdida de los derechos civiles durante diez años y la confiscación de todos los bienes que se traspasaron a la Iglesia ortodoxa. Estuvo en las cárceles de Bratislava, Ilava, Leopoldov, Praga, Mirov y Valdice.
En 1964, en Valdice, por su mala salud y buena conducta le dieron la libertad condicional. Las autoridades comunistas le obligaron a vivir durante cuatro años en una casa para sacerdotes ancianos en Osek (Bohemia septentrional), donde permaneció vigilado continuamente por la policía secreta.
Su estado de salud a consecuencia de los sufrimientos en las cárceles estaba muy mermada, sufrió depresiones psíquicas causadas por las torturas y malos tratos, cuando murió la autopsia reveló que había sido envenenado progesivamente con arsénico. Cuando en 1968, la Iglesia greco-católica fue rehabilitada, Basilio volvió a desempeñar su cargo de obispo auxiliar, a pesar de su mala salud. Murió en Presov. Fue beatificado por SS Juan Pablo II en Eslovaquia, el 14 de septiembre de 2003.
No hay comentarios:
Publicar un comentario