Martirologio Romano: Santos Protomártires de la santa Iglesia Romana, que, acusados de haber incendiado la Urbe, por orden del emperador Nerón unos fueron asesinados después de crueles tormentos, otros, cubiertos con pieles de fieras, entregados a perros rabiosos, y los demás, tras clavarlos en cruces, quemados para que, al caer el día, alumbrasen la oscuridad. Eran todos discípulos de los Apóstoles y fueron las primicias del martirio que la iglesia de Roma presentó al Señor.
La Memoria Facultativa de los primeros mártires de la Iglesia romana, celebrada al día siguiente de la solemnidad de los apóstoles fundadores de la iglesia madre, se ha conservado desde siempre en la sede del circo de Nerón en el Vaticano, recordando el famoso incendio del 16 de julio del año 64, tras lo cual fueron arrojados a las fieras gran número de cristianos, según nos narra el historiador Tácito ("Annales" XV, 44).
El antiguo Martirologio de 1584 lo menciona con cierta solemnidad: "En Roma nacimiento de muchísimos Santo Mártires que bajo el emperador Nerón fueron falsamente acusados del incendio de la ciudad y por orden suya fueron ejecutados de varias maneras: algunos fueron cubiertos de pieles de animales salvajes y arrojados a los perros para que fueran despedazados, otros fueron crucificados al atardecer y fueron usados como antorchas para iluminar la noche. Todos eran discípulos de los Apóstoles y fueron los primeros mártires que la Santa Iglesia romana envió al Señor antes de los Apóstoles". Todos estos hechos son históricamente ciertos; pero no se sabe verdaderamente si fue el propio Nerón en incendiar la ciudad.
Su primer culto se extendió a toda la ciudad desde la pequeña iglesia de Santa María del la Piedad del camposanto teutónico en 1923, y luego, en 1969, a todo el rito romano. Del calendario romano anterior han sido suprimidos 53 nombres de mártires (en veintitrés memorias) que, aunque se les veneraba desde época antigua, no gozan de la garantía de las correspondientes fuentes biográficas o no tienen interés fuera de la Iglesia local. Ellos murieron por prejuicio, aprovechado por Nerón, de que eran "odiosos a la masa de la población" por ser cristianos ("causa martyrii"). El fragmento de la carta del papa san Clemente I a los Corintios nos refiere "a la gran multitud de elegidos que, habiendo sufrido muchos suplicios y tormentos también por emulación, se han convertido para nosotros en un magnífico ejemplo". MEMORIA FACULTATIVA.
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