(Metrófano, Mitrofán).
Resplandor de Dios.
Martirologio Romano: En Constantinopla, san Metrófano, obispo de Bizancio, que consagró al Señor la Nueva Roma.
Obispo de Bizancio (313-325); se supone que fue el primero en ocupar esta sede; pero en realidad se sabe muy poco de él.
Metrófanes era el hijo de Domecio, hermano del emperador Probo. Aquel se convirtió al cristianismo y se fue a vivir a Bizancio, donde cultivó una profunda amistad con el obispo Tito. Este le confirió las órdenes y, al morir, invistió a Domicio con la dignidad episcopal. El obispado pasó a manos de los dos hijos de éste último: Probo, quien ocupó la sede durante quince años y, luego, Metrófanes. La vida de santidad del obispo fue, al parecer, uno de los factores que indujeron a Constantino a elegir la ciudad de Bizancio como su capital; el otro factor fue la inmejorable situación de la ciudad.
Metrófanes, era obispo de Bizancio en los días del emperador Constantino; probablemente fue el primer obispo en aquella ciudad, que antes se hallaba comprendida en la diócesis de Heraclea. Gozó de gran reputación de santidad entre los cristianos de oriente, quienes construyeron una iglesia en su honor, poco después de la muerte de Constantino.
La avanzada edad de Metrófanes le impidieron asistir al Concilio de Nicea, pero envió a su presbítero san Alejandro de Constantinopla para representarle. Al regreso del emperador y los clérigos que habían asistido al Concilio, el obispo Metrófanes anunció a todos, como si hiciera una profecía, que el presbítero Alejandro sería un sucesor y que era su deseo que san Pablo de Constantinopla, un jovencito, lector del obispo, sucediera a Alejandro. Pocos días más tarde, murió.
Obispo de Bizancio (313-325); se supone que fue el primero en ocupar esta sede; pero en realidad se sabe muy poco de él.
Metrófanes era el hijo de Domecio, hermano del emperador Probo. Aquel se convirtió al cristianismo y se fue a vivir a Bizancio, donde cultivó una profunda amistad con el obispo Tito. Este le confirió las órdenes y, al morir, invistió a Domicio con la dignidad episcopal. El obispado pasó a manos de los dos hijos de éste último: Probo, quien ocupó la sede durante quince años y, luego, Metrófanes. La vida de santidad del obispo fue, al parecer, uno de los factores que indujeron a Constantino a elegir la ciudad de Bizancio como su capital; el otro factor fue la inmejorable situación de la ciudad.
Metrófanes, era obispo de Bizancio en los días del emperador Constantino; probablemente fue el primer obispo en aquella ciudad, que antes se hallaba comprendida en la diócesis de Heraclea. Gozó de gran reputación de santidad entre los cristianos de oriente, quienes construyeron una iglesia en su honor, poco después de la muerte de Constantino.
La avanzada edad de Metrófanes le impidieron asistir al Concilio de Nicea, pero envió a su presbítero san Alejandro de Constantinopla para representarle. Al regreso del emperador y los clérigos que habían asistido al Concilio, el obispo Metrófanes anunció a todos, como si hiciera una profecía, que el presbítero Alejandro sería un sucesor y que era su deseo que san Pablo de Constantinopla, un jovencito, lector del obispo, sucediera a Alejandro. Pocos días más tarde, murió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario