Martirologio Romano: En Nápoles, en Italia, san José Moscati, médico, entregado totalmente a la cotidiana e incansable asistencia a los enfermos sin reclamar a los pobres paga alguna, y, atendiendo a los cuerpos, curaba a la vez las almas con gran amor.

Los pobres fueron sus clientes favoritos y no aceptó de ellos ninguna recompensa, antes bien curaba a sus expensas y los ayudaba sin darlo a conocer. En la sala de espera de su consulta había un cestillo y un letrero que decía: “Si tienes, deja lo que quieras, si no tienes, toma de aquí”. Su jornada estaba llena de ocupaciones entre el hospital, las visitas, y la universidad. Dijo: "El médico se encuentra muchas veces ante las almas, que están a punto de capitular y volver a los principios hereditarios de los antepasados, están ansiosas de encontrar un alivio, atenazadas por el dolor. Dichoso el médico que sabe comprender el misterio de estos corazones y enardecerlos de nuevo. Dichosos nosotros los médicos, muchas veces incapaces de alejar una enfermedad, dichosos nosotros, si nos acordamos que más allé de los cuerpos tenemos ante nosotros, almas inmortales, con los que urge el precepto evangélico de amarlos como a nosotros mismos".
Su caridad fue patente en la erupción del Vesubio (1906), en la peste del cólera (1911) y con los soldados heridos en la I Guerra Mundial. Tomó parte en varios congresos internacionales de medicina: Budapest (1911) y Edimburgo (1923). Publicó 23 estudios de medicina. La comunión diaria fue para él fuente de intensas gracias y si alguna vez no pudo acercase a la Misa lo lamentaba con estas palabras de su "Diario"; "¡Oh Señor, hoy he permanecido lejos de Ti! ¡Tampoco hoy, Jesús mío, has entrado en mi corazón!". Alguien le preguntó por qué no se hacía sacerdote. El dijo que el Señor le quería laico cristiano. "Este es mi sacerdocio" -dijo. Murió en Nápoles defendiendo la labor de los médicos frente a la injerencia de los políticos. Está enterrado en la iglesia de Gesú Nuovo de Nápoles. Fue canonizado por SS. Juan Pablo II el 25 de octubre de 1987 en la Plaza de San Pedro.
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