Martirologio Romano: En el monasterio de Avena, en las espesuras del monte Mercurio, en la Calabria, san León Luca, abad de Monte Mula, que, ajustándose a las instituciones de los monjes orientales, destacó en la vida eremítica y cenobítica.
Nació en Corleone de Sicilia (no en Corleone de Calabria, como señaló algún estudioso) de León y Teotista, campesinos y pastores. Cuando era aun joven quedó huérfano de sus dos padres, abandonó las labores del campo e ingresó como novicio en el monasterio de San Felipe de Agira, donde recibió la primera tonsura de un anciano monje, y el consejo de emigrar a Calabria a causa de las violentas incursiones de los sarracenos en Sicilia.
Cuando llegó a Calabria, encontró a una piadosa mujer, a la que manifestó las tribulaciones de su alma, y le solicitó consejo. Y fue propiamente esta mujer la que lo indujo a abrazar la vida cenobítica. Entonces, mientras en Agira había recibido la primera tonsura y el consejo de abrazar la quietud contemplativa en Calabria, aun no devastada por las correrías de los sarracenos, una vez allí recibió el consejo de abrazar la vida de comunidad. Después de peregrinar a Roma, «ad limina Apostolorum», se estableció en Calabria, en el monasterio del monte Mula, y llegó a ser discípulo del hegúmeno Cristóbal (erróneamente identificado con Cristóbal de Collesano), que le dio el hábito monástico y el nombre de Lucas. Fundaron juntos un monasterio basiliano en el territorio de Monte Mercurio, y otro en el de Vena (o Avena), y en este último permanecieron hasta la muerte.
Cuando llegó a Calabria, encontró a una piadosa mujer, a la que manifestó las tribulaciones de su alma, y le solicitó consejo. Y fue propiamente esta mujer la que lo indujo a abrazar la vida cenobítica. Entonces, mientras en Agira había recibido la primera tonsura y el consejo de abrazar la quietud contemplativa en Calabria, aun no devastada por las correrías de los sarracenos, una vez allí recibió el consejo de abrazar la vida de comunidad. Después de peregrinar a Roma, «ad limina Apostolorum», se estableció en Calabria, en el monasterio del monte Mula, y llegó a ser discípulo del hegúmeno Cristóbal (erróneamente identificado con Cristóbal de Collesano), que le dio el hábito monástico y el nombre de Lucas. Fundaron juntos un monasterio basiliano en el territorio de Monte Mercurio, y otro en el de Vena (o Avena), y en este último permanecieron hasta la muerte.
Fue designado hegúmeno del monasterio de Vena por el propio Cristóbal moribundo, y desplegó allí una actividad taumatúrgica muy amplia (curó a un leproso, a paralíticos y endemoniados). A punto de morir designó sucesores suyos a Teodoro y Eutimio, sus discípulos. Del monasterio de Vena, donde murió, fue trasladado en seguida a Monteleone, en Calabria, donde se erigió en su honor la iglesia madre.
Este breve resumen biográfico resume los puntos principales que se hallan en la «Vita» latina que ha llegado hasta nosotros, y que se transcribe en "Acta Sanctorum". Sin embargo, cada punto de los mencionados, desde su cronología hasta la identidad de los que le rodearon suscita problemas históricos. Tiene culto local.
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