San Sabino de Egipto. M. 287.
Natural de Sabina.
Martirologio Romano: En Hermópolis, en Egipto, san Sabino, mártir, que después de varios suplicios terminó siendo arrojado al río.
Noble egipcio que fue ahogado en el Nilo, durante la persecución de Diocleciano.
Sabino, también llamado Babino o Abibo, es mencionado en diversas fuentes tanto griegas como latinas. De los “meneis” (santorales) griegos nos llega la fecha y el nombre; también fue inscripto en el “Martirologio Hyeronimianum”, de donde pasó a los demás martirologios históricos.
Era un cristiano que por rechazo al paganismo que lo rodeaba se había retirado fuera de la ciudad, y vivía en el desierto, en una choza junto con otros ermitaños, en lo que sería una primitiva forma de monaquismo. Un tal Menandro, pagano al que acogió en su celda, lo denunció a Ariano, presidente del tribunal en la Tebaida, quien mandó comparecer a Sabino a la ciudad de Hermópolis, a orillas del Nilo. Como este se negara a sacrificar a los dioses, fue, luego de varios tormentos, atado a una piedra y arrojado al río.
Se conserva sobre el mártir un dístico griego que dice: «Arrojado Abibo al río con una piedra / su vida navegó lentamente por el agua.»
Santos Macedonio, Patricia y Modesta. M. c. 304.
Patricia: De padre rico y noble.
Martirologio Romano: En Nicomedia de Bitinia, santos mártires Macedonio, sacerdote, Patricia, su mujer, y Modesta, su hija.
Es un grupo de tres mártires, marido, mujer e hija, que el antiguo Martirologio ubicó en Nicomedia de Bitinia. En otros martirologios formaban parte de un grupo de 22 personas.
Recordemos que al furor persecutorio de Diocleciano se sumó que en su propia corte de Nicomedia halló muchos cristianos, y que incluso supo allí que su esposa y su hija estaban interesadas en el nuevo culto, por lo que la ejecución del edicto fue en este sitio más cruel, si cabe, que en otros.
San Ramiro y compañeros. M. 554-630.
El anterior Martirologio Romano decía: “ En el monasterio de san Claudio, en la ciudad de León, memoria de san Ramiro y sus doce compañeros, monjes y mártires, que perecieron a manos de los arrianos”.
Ramiro era prior del monasterio de San Clodio en León; dos días después de la muerte de su abad, san Vicente de León.
Ramiro había quedado como superior del monasterio y estaba dispuesto a seguir los pasos de su superior. Pero no sabía la disposición de los demás monjes. Había notado diversas actitudes y estaba preocupado. En tan críticas circunstancias, les habló de una doble posibilidad. Los que se sintieran fuertes, habían de prepararse para el martirio, los pusilánimes podían retirarse a las montañas. Se retiraron casi todos los monjes a las montañas de Galicia y, Ramiro con doce hermanos religiosos, se pusieron en oración. No se hicieron esperar, los fanáticos arrianos, se presentaron en el monasterio dispuestos a terminar con todos ellos. Los monjes se pusieron a cantar con fervor el símbolo niceno, poniendo especial entusiasmo en las palabras que afirman la divinidad de Cristo. Todos fueron acuchillados.
San Ansovino de Camerino. M. 840.
Amigo de los dioses.
Martirologio Romano: En Camerino, del Piceno, san Ansovino, obispo.
Natural de Camerino, Umbría. Cuando recibió la ordenación sacerdotal, se retiró a un lugar solitario de Castel Raimondo, cerca de Torcello, donde no tardó en adquirir renombre por su santidad y los milagros que obraba. A raíz de su fama, el emperador Luis el Piadoso escogió al padre Ansovino como su confesor y luego, promovió su nombramiento para ocupar la sede episcopal de Camerino. Aceptó el cargo con la condición de que su sede estuviera exenta de la obligación del servicio militar, obligación impuesta por la mayoría de los obispos en su calidad de señores feudales, por considerar que ese suministro era inadecuado y contrario a las leyes de la Iglesia.
Desde que asumió el cargo, Ansolvino demostró ser un pastor sabio y prudente. Su extraordinaria liberalidad para socorrer a los pobres le procuró el amor de todos y, su fama de obrar curaciones y otros milagros, le valió la veneración general. Se hallaba en Roma cuando le atacó una fiebre que, desde un principio, él mismo calificó de fatal. Al sentirse enfermo, insistió en volver a su sede para morir con sus fieles. A caballo viajó hasta Camerino y aún pudo impartir su postrera bendición y recibir el viático, antes de expirar serenamente.
San Leandro de Sevilla (c.540 - c.600). Arzobispo de Sevilla. En España se celebra su festividad el 13 de noviembre.
Martirologio Romano: En Sevilla, en Hispania, san Leandro, obispo, hermano de los santos Isidoro, Fulgencio y Florentina, que con su predicación y diligencia convirtió, contando con la ayuda de su rey Recaredo, a los visigodos de la herejía arriana a la fe católica. En España se celebra su memoria el 13 de noviembre. (Ver) 13 de noviembre.
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