Mente gloriosa. Misericordioso, dulce, benigno.
Fue elegido obispo de Münster en 1933 al comienzo del periodo nazi. Eligió como lema: “Nec laudibus, nec timore” (Ni por alabanzas ni por amenazas me desviaré de los caminos de Dios). En su primera carta pastoral, en 1934, desenmascaró la ideología nazi. En los años siguientes defendió la libertad de la Iglesia y de las asociaciones católicas, así como la enseñanza de la religión. En un sermón de la catedral de Xanten, en 1936, acusó abiertamente al régimen nazi de discriminar a los cristianos, encarcelarlos y hasta matarlos.
Firmísimo en los derechos de la Iglesia y de la moral cristiana frente al nazismo, fue nombrado cardenal en 1946. Denunció con firmeza desde un primer momento -Le llamaban “el León de Münster”- la política contra la Iglesia del régimen, así como la introducción de ritos neopaganos. En 1934 confutó las tesis del ideólogo nazi Alfred Rosenberg y, en 1937, se dedicó con todas sus energías a difundir la encíclica de Pío XI contra el nazismo "Con viva preocupación". A partir de 1941 se pronunció en varias ocasiones contra la eutanasia de personas con enfermedades mentales, así como la política racial del régimen nazi. Murió al poco tiempo después de una operación quirúrgica. Está sepultado en la capilla de San Ludgero de la catedral de Münster. Fue beatificado por SS Benedicto XVI el 9 de octubre de 2005.
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