22 de febrero de 2015

CÁTEDRA DE SAN PEDRO.


Martirologio Romano: Fiesta de la Cátedra de san Pedro Apóstol, al cual le dijo el Señor: “Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. En el día en que los romanos solían hacer memoria de sus difuntos, se venera la sede del nacimiento al cielo de este Apóstol, que trae la gloria de su victoria en la colina vaticana y está llamada a presidir la comunión universal de la caridad


La fiesta de la cátedra de San Pedro ya aparece en la "Depositio martyrum" (el más antiguo calendario romano del año 354) el 22 de Febrero ("Natale Petri de cathedra"), es decir, el día en que en Roma se conmemoraba el recuerdo de los difuntos. Parece que la fiesta no tuvo en su origen un carácter sepulcral, sino familiar, en honor del fundador del "Colegio de los cristianos"; y que posteriormente se convertirá en memoria del comienzo del "episcopado de Pedro", que en algunos textos está referida a la "verdad evangélica difundida por todos los reinos del mundo". Esta es la única festividad que permanece de las dos referida al príncipe de los Apóstoles, que en el calendario jeronimiano estaba fechada el 18 de Enero, para la Cátedra de Roma y el 22 de Febrero para la Cátedra de Antioquía (que Pedro había ocupado antes de la romana). Esta festividad refloreció en Roma en los siglos XI-XII. 
La cátedra, literalmente, es la sede fija del Sumo Pontífice y de los Obispos. Es colocada de modo permanente en la iglesia madre de la diócesis (de ahí su nombre de "catedral") y es el símbolo del obispo y de su magisterio ordinario en la iglesia local. La Cátedra de san Pedro, entonces, indica su posición de preeminente en el Colegio Apostólico, como lo demuestra la voluntad explícita de Jesús, quien le dio la tarea de «apacentar» la grey (Mt 16,18), es decir, guiar al nuevo pueblo de Dios, la Iglesia.
Esta investidura por Cristo, que fue confirmada después de la resurrección (Jn 21,15ss), se hace efectiva en la comunidad: vemos a Pedro desplegar, después de la ascensión, el papel de guía. Preside la elección de Matías, y habla en nombre de todos, ya sea a la muchedumbre que acude a oírles ante el Cenáculo el día de Pentecostés, ya sea más tarde ante el Sanedrín. El propio Herodes Agripa considera infligir un golpe mortal a la Iglesia naciente con la eliminación de su líder, san Pedro. FIESTA.

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